Transición Democrática
La Transición Democrática consistió en el cambio de un régimen autoritario a otro democrático por la vía del pacto y del consenso entre las diversas fuerzas políticas. La tarea fue rápida desde el fallecimiento del dictador, en 1975, hasta el triunfo electoral del PSOE, en 1982, que representó la normalización democrática. A pesar de que los franquistas más inmovilistas afirmaban en 1975 que “todo estaba atado y bien atado, los reformistas solo deseaban una evolución del régimen hacía una monarquía parlamentaria y la izquierda, por definición republicana, no confiaba en el monarca y defendía la ruptura con el franquismo para instalar la democracia, las diversas fuerzas políticas, salvo los extremistas, lograron ponerse de acuerdo y transformar el sistema autoritario en una democracia de corte europeo.
Relaciones Internacionales del PSOE
En las relaciones internacionales la posición del PSOE cambió respecto a la entrada en la OTAN, sin duda una de las cuestiones más relevantes durante su gobierno. Para decidir si permanecíamos en la OTAN el PSOE organizó un referéndum en el año 86 que logró la permanencia por un 52,5%.
Otra de las cuestiones más relevantes fue el ingreso en la Comunidad Económica Europea (CEE). Ya durante el franquismo se había intentado el acceso pero resultaba inviable sin un sistema democrático en el país y el apoyo de EEUU para poder entrar también era decisivo, por ello, se entró en la OTAN de forma tan decidida. El tratado de adhesión a la CEE, precursora de la actual Unión Europea se firmó en junio del 85 entrando España en la UE en enero del 86
Segunda Legislatura del Partido Popular
Durante la segunda legislatura del PP existieron varias cuestiones que crearon tensión social. La primera fue el Plan Hidrológico Nacional, que preveía el trasvase de agua del río Ebro al Segura. Otro asunto destacado fue el hundimiento del Prestige, en noviembre del 2002, los vertidos a la costa gallega inundaron de marea negra las playas gallegas. Es considerado el tercer accidente más costoso de la historia, alcanzando los 12.000 millones de dólares. El tercer asunto más arduo fue el apoyo de España a la invasión de Irak por parte de EEUU y Gran Bretaña, formulada en la declaración de las Azores entre los presidentes de EEUU, Gran Bretaña, Portugal y España en marzo del 2003.
Finalmente, la tragedia del 11 de marzo de 2004, cuando varias bombas estallaron en trenes de cercanías que llegaban a Madrid produjo la muerte de 191 personas y más de 2000 heridos. El atentado, que conmocionó a España, tuvo lugar tres días antes de las elecciones. Los autores eran miembros de Al-Qaeda, grupo islamista de Bin Laden que en septiembre del 2001 derribó las torres gemelas. La posición del gobierno del PP que en un primer momento atribuyó a ETA la autoría provocó un clima de desconfianza en la opinión pública.