El Sexenio Democrático (1868-1874): Intentos de Modernización y Crisis en la España del Siglo XIX

El Sexenio Democrático (1868-1874)

La Revolución de 1868

El almirante Topete se sublevó en Cádiz, donde se formaron juntas revolucionarias. La revolución triunfó sin apenas derramar sangre e Isabel II se exilió a Francia. El sexenio de 1868 a 1874 es decisivo, ya que significó la afirmación del liberalismo opuesto al moderantismo.

La Constitución democrática de 1869

Se elaboró una Constitución que defendía la soberanía nacional y se convocaron Cortes Constituyentes por sufragio universal masculino. La Constitución establecía la división de poderes, el derecho de reunión y asociación y la libertad de cultos. La forma de Estado es la de la monarquía democrática, establece las cortes bicamerales y defiende al Gobierno como órgano que defiende el poder ejecutivo y la responsabilidad política.

La búsqueda de un rey demócrata (1869-1870)

La nueva Constitución se encontraba sin rey, por lo que se intentó solucionar provisionalmente con el establecimiento del general Serrano y de Juan Prim a cargo de la dirección del Gobierno. Una vez descartada la idea de la vuelta de Isabel II, Cánovas del Castillo formó un partido para asegurar la defensa de los derechos de Alfonso XII. Las diferentes corrientes políticas y de opinión presentaron a sus candidatos para ocupar el trono vacante, sin olvidar al pretendiente don Carlos VII, quien vio una nueva oportunidad de hacer valer sus derechos a la Corona.

Nuevos conflictos

Mientras se buscaba un rey, resurgió el problema colonial. Por ejemplo, la insurrección cubana fue uno de los problemas más graves del Sexenio y duró diez años. Prim, como jefe del Gobierno, intentó conciliar las distintas posiciones de los partidos hasta que hubiera un rey. A raíz de esto, resurgieron los carlistas, que reclamaban los poderes de don Carlos, y los republicanos, decididos a impedir el restablecimiento del régimen monárquico.

La monarquía de Amadeo de Saboya (1870-1873)

Amadeo, duque de Aosta, aceptó el trono de España. Prim había sido tiroteado. La desaparición de la figura de Prim dividió al progresismo y debilitó el apoyo a Amadeo. La oposición de fuerzas monárquicas alineadas con el carlismo y el nuevo partido Alfonsino causaron el fracaso de la primera experiencia de la monarquía constitucional en España. Después de elecciones generales y Gobiernos que no solucionaron nada, don Amadeo entregó el acta de abdicación.

El Congreso y el Senado proclamaron la República.

La Primera República (1873)

Figueras asumió como presidente de una república unitaria. Su principal cometido fue:

  • Promulgar una nueva Constitución.
  • Resolver graves problemas en la hacienda, con los carlistas en el norte, el problema de Cuba y un Ejército moderado.

Figueras devolvió el poder a las nuevas cortes y estas proclamaron la República Democrática Federal, con Pi i Margall como presidente, quien consideraba primordial conseguir el orden social. La retirada de los intransigentes fue el punto de partida de una revolución cantonal, que comenzó en Cartagena y luego se extendió por ciudades del sur y levante. En la revolución cantonal confluyeron tres revoluciones: regionalista, política y social. Pi i Margall dimitió y le sucedió Salmerón, quien también dimitió porque no quiso firmar penas de muerte contra los revolucionarios. El nuevo presidente del Gobierno fue Emilio Castelar, cuyo programa se limitó a restablecer el orden. La derecha de Castelar y su llamada al Ejército para que mantuvieran el orden llevaron a los diputados de izquierdas a buscar su dimisión, pero este intento fue interrumpido por el Golpe de Estado del general Pavía en 1874. La Guardia Civil puso fin a la Primera República.

La política económica del Sexenio

La nueva unidad monetaria fue la peseta en 1868. Para afrontar el problema de la Hacienda, se creó un sistema de atención a la deuda pública en 1872 y se otorgó al Banco de España la emisión de billetes. El Banco actuaría como prestamista del Estado. La idea era abrir la economía española a los mercados exteriores, como la Ley Arancelaria de 1869.

La Ley de Sociedades Anónimas y la Ley de Minas de 1871 fueron pasos para obtener inversiones exteriores y entrada de capital para financiar el crecimiento económico.

La cultura en la España liberal

Se produjeron cambios socioculturales en estas sociedades, tales como:

  • La secularización de la cultura.
  • La creación de una conciencia nacional.
  • La generalización de la alfabetización.
  • Aparición de un nuevo concepto del patrocinio de la creación cultural, literaria y artística.
  • La creación de un sistema educativo reglado por el Estado.

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