La política económica y social:
La política económica y social: La dictadura se benefició de la buena coyuntura económica internacional. El régimen puso en marcha un programa de fomento de la economía española. La idea rectora fue la nacionalización de importantes sectores de la economía y el aumento de la intervención estatal. El Estado tuvo un gran protagonismo gracias al fomento de las obras públicas. El gobierno aprobó el Decreto de Protección de la Industria Nacional. También se concedieron monopolios. Todo ello fue financiado mediante los Presupuestos Extraordinarios, de forma que el Presupuesto Ordinario del Estado cada año aparecía equilibrado, pero se iba acumulando una gran deuda extraordinaria. El mundo agrario siguió en manos de los grandes propietarios sin que se emprendiera reforma alguna. La dictadura puso en marcha un modelo de regulación del trabajo que pretendía eliminar los conflictos laborales. Con este fin se creó la Organización Corporativa Nacional, que regulaba los conflictos laborales a través de los Comités Paritarios. Su misión era la reglamentación de los salarios y de las condiciones de trabajo.
La caída de Primo de Rivera:
La caída de Primo de Rivera: La creciente oposición a Primo de Rivera se intensificó cuando el rey y su camarilla se convencieron de que la dictadura era un peligro para la permanencia de la monarquía. El rey optó por retirarle su confianza y Primo de Rivera dimitió el 30/1/1930. El general Berenguer fue el encargado de sustituirle, con la misión de celebrar elecciones. La oposición comenzó a reorganizarse y los republicanos, catalanistas de izquierda y el PSOE acordaron la firma conjunta del Pacto de San Sebastián, un programa para presentarse a las elecciones y constituir un comité revolucionario que debería convertirse en el gobierno provisional de la futura República. Berenguer fue incapaz de preparar las elecciones y fue sustituido por el almirante Aznar. El gobierno decidió convocar las elecciones municipales. Se intentaba volver a la normalidad, pero Alfonso XIII se había comprometido excesivamente con la dictadura y las elecciones se presentaron como un plebiscito a favor o en contra de la monarquía.
El Frente Popular:
El Frente Popular: Ante las elecciones, los partidos de izquierda se agruparon en el Frente Popular, una coalición electoral basada en un programa que defendía la concesión de una amnistía para los encarcelados por la revolución de 1934. La CNT no participó en el acto, pero tampoco pidió la abstención. Los partidos de derecha formaron distintas coaliciones. El Frente Popular se convirtió en la fuerza ganadora con el 48% de los votos. El nuevo gobierno quedó formado por republicanos. Manuel Azaña fue el presidente de la República y Casares Quiroga jefe de gobierno. El nuevo gobierno puso en marcha el programa pactado en la coalición electoral. Se decretó una amnistía (fueron excarcelados 30,000 presos políticos) y se obligó a las empresas a readmitir a los obreros despedidos por la huelga de 1934. El gobierno de la Generalitat volvió al poder y se restableció el Estatuto de Autonomía de Cataluña. El nuevo gobierno reanudó el proceso reformista. Los partidos de izquierda y los sindicatos se lanzaron a una movilización popular. La nueva situación fue recibida por las derechas con absoluto rechazo. Falange Española fomentó un clima de enfrentamiento civil. Los grupos falangistas formaron patrullas armadas que iniciaron acciones violentas contra los líderes de izquierda. Franco intentó declarar el estado de guerra. La conspiración militar tuvo escasa fuerza y mala organización hasta que se puso al frente Emilio Mola. Su plan consistía en organizar un pronunciamiento militar simultáneo en todas las guarniciones posibles al mando de Franco. El día 14/4 se produjo el asesinato de José Calvo Sotelo a manos de un grupo izquierdista. Su muerte aceleró los planes golpistas y la sublevación se inició en Marruecos el día 17/7 dando origen a una guerra civil que se prolongaría durante 3 años.
El bienio conservador:
Las elecciones generales se celebraron el 18/11 (las primeras en las que las mujeres votaron). La izquierda se presentó a los comicios desunida. La derecha se presentó unida y organizada. El resultado fue la victoria de los partidos de centro-derecha (Bienio Negro). Los mejores resultados los obtuvieron el Partido Radical y la CEDA. El presidente de la República, Alcalá Zamora, confió la formación de gobierno al Partido Radical. El nuevo gobierno (presidido por Alejandro Lerroux) inició su mandato paralizando una buena parte del proyecto reformista. En el campo se frenó la reforma agraria y los campesinos respondieron con huelgas. La cuestión agrícola enfrentó al gobierno central con la Generalitat de Cataluña a raíz de la promulgación de la Ley de Contratos de Cultivo (permitía a los campesinos acceder a la propiedad de las tierras que trabajaban pagando a los propietarios unos precios tasados. Los propietarios catalanes, organizados alrededor de la Liga Catalana, buscaron el apoyo de la mayoría conservadora en las Cortes, estas enviaron la ley al Tribunal de Garantías Constitucionales que anuló sus efectos. El gobierno de la Generalitat no aceptó la anulación y aprobó otra ley idéntica. El gobierno central se enemistó con los nacionalistas vascos para paralizar la discusión del proyecto de estatuto vasco iniciado por el PNV. El gobierno intentó contrarrestar la reforma religiosa aprobando un presupuesto de culto y clero e iniciando negociaciones para firmar un concordato con la Santa Sede. En cuanto al ejército, se aprobó una amnistía. El viraje conservador y la obstrucción de las reformas impulsadas en el gobierno de izquierdas tuvieron como consecuencia una radicalización del PSOE y la UGT. Su ala más izquierdista propició una revolución social. El sector radical del PSOE y los anarquistas declararon una guerra contra el nuevo gobierno, que se materializó en la proliferación de huelgas y conflictos. La CEDA exigió participar directamente en el gobierno bajo la amenaza de retirar su apoyo parlamentario. Lerroux accedió a estas peticiones y otorgó 3 carteras ministeriales a la CEDA. Se produjeron huelgas y manifestaciones para defender las reformas sociales. El movimiento fracasó a nivel nacional y se decretó el estado de guerra. En Asturias, los mineros protagonizaron una revolución social. Columnas de mineros armados tomaron una gran parte de los cuarteles de la Guardia Civil y sustituyeron los ayuntamientos por comités revolucionarios. Los mineros sitiaron Oviedo dispuestos a defender la revolución y se enfrentaron con las fuerzas del orden. El gobierno envió desde África a la Legión, al mando de Franco para reprimir el levantamiento. La resistencia fue derrotada. La represión fue durísima. En Cataluña, la revuelta tuvo un carácter más político. Contó con Lluís Companys. Companys pretendía evitar la entrada de la CEDA en el gobierno. Proclamó el 6/10 la República catalana, al mismo tiempo organizaba una huelga general. Se declaró el estado de guerra y el ejército, al mando del general Batet, ocupó el palacio de la Generalitat. Hubo más de 3500 detenidos. Las consecuencias de la revolución fueron notables. Se suspendió el Estatuto de Autonomía de Cataluña, se anuló la Ley de Contratos de Cultivo y los campesinos fueron obligados a pagar la totalidad de las rentas. Se nombró a Gil Robles ministro de la Guerra y a Franco jefe del Estado Mayor. Se mostró un proyecto de Constitución pero no llegó a ser votado. Una fuerte crisis de gobierno estalló en 1935. El Partido Radical se vio afectado por una serie de escándalos de corrupción, como el caso estraperlo. Gil Robles intentó que le nombraran presidente del gobierno para poder aplicar el programa de su partido, pero Alcalá Zamora se negó y decidió convocar nuevas elecciones para febrero de 1936.