Derrota del Eje (1944-1945)
Tras el desembarco de Normandía, Alemania enfrentó continuos retrocesos. Los soviéticos avanzaron hasta la frontera polaco-soviética en julio de 1944, expulsando a las tropas alemanas de Polonia, Hungría, Rumanía y Bulgaria. Josip Broz, Tito, apoyado por los soviéticos, liberó Belgrado en octubre. En el oeste, los aliados liberaron París el 24 de agosto de 1944 y alcanzaron Estrasburgo el 23 de noviembre. Intentaron debilitar a Alemania con bombardeos mientras Hitler confiaba en la resistencia de sus soldados y nuevas armas como los cohetes V-2. La contraofensiva alemana en las Ardenas en diciembre de 1944 fue neutralizada, y los aliados cruzaron el Rin en marzo de 1945. La resistencia alemana se concentró en el este, dificultando el avance soviético. Roosevelt murió el 12 de abril de 1945, antes del fin de la guerra. A finales de abril, Mussolini fue ejecutado y Hitler se suicidó. Los soviéticos tomaron Berlín y el 8 de mayo de 1945, Alemania se rindió incondicionalmente. En el Pacífico, tras victorias en el mar del Coral, Midway y Guadalcanal, Estados Unidos avanzó lentamente debido a su concentración en Europa. Dirigidos por el general MacArthur, los estadounidenses recuperaron las Islas Marshall, Birmania, Nueva Guinea y Filipinas, y alcanzaron Iwo Jima y Okinawa en 1945. Bombardeos sobre ciudades japonesas, incluido Tokio en marzo de 1945, causaron numerosas bajas. Truman ordenó lanzar bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki el 6 y 9 de agosto de 1945, causando más de 100,000 muertes y forzando la rendición de Japón el 2 de septiembre de 1945, poniendo fin a la Segunda Guerra Mundial.
Predominio del Eje (1939-1941)
El 1 de septiembre de 1939, el ataque alemán a Polonia inició la Segunda Guerra Mundial. Francia y el Reino Unido respondieron declarando la guerra a Alemania. La Unión Soviética invadió el este de Polonia y las repúblicas bálticas, mientras Alemania ocupaba Dinamarca y Noruega. En mayo de 1940, Alemania utilizó la blitzkrieg para invadir los Países Bajos, Bélgica y Francia. Tras la derrota de Francia, se firmó el armisticio de Compiègne, dividiendo el país en la Francia ocupada y la Francia libre bajo el control alemán. En el frente occidental, la batalla de Inglaterra marcó un intento fallido de la Luftwaffe para rendir al Reino Unido. En el Mediterráneo, Italia, aliada de Alemania, fue derrotada en África por las fuerzas británicas. Alemania intervino en los Balcanes y el norte de África, enviando al Afrika Korps bajo el mando del general Rommel, que llegó cerca de El Cairo. El 22 de junio de 1941, Alemania lanzó la Operación Barbarroja contra la URSS, alcanzando las cercanías de Moscú y Stalingrado. En Extremo Oriente, Japón, aliado de Alemania, expandió su dominio y atacó Pearl Harbor en diciembre de 1941, provocando la entrada de Estados Unidos en la guerra. Esta expansión japonesa llevó a una prolongada lucha en Asia y Oceanía.
Nuevos Estados Asiáticos
Entre 1948 y 1957, diversos territorios asiáticos lograron su autonomía. En 1948, el Estado de Israel declaró su independencia tras una creciente presencia de colonos judíos en Palestina, exacerbando las tensiones con los palestinos. En Asia suroriental, Indonesia obtuvo su independencia en 1949 después de una guerra colonial con los Países Bajos. Dirigido por Ahmed Sukarno, promovió principios como el humanitarismo y el nacionalismo, aunque en 1966 se instauró un régimen militar con el respaldo de Estados Unidos. En Indochina, tras la derrota francesa, surgieron estados independientes como Vietnam del Norte, aliado de la URSS, y Vietnam del Sur, Laos y Camboya, apoyados por Estados Unidos. Malasia se independizó en 1957 y en 1963 formó la Federación de Malasia, incluyendo el norte de Borneo y Singapur. Sin embargo, dos años después, Singapur se separó y se convirtió en un estado independiente. La descolonización en Asia culminó con la reintegración de Hong Kong a China en 1997 y Macao en 1999. Además, Timor Oriental proclamó su independencia en 2002 luego de un referéndum de autodeterminación, tras ser ocupado por Indonesia desde 1975, siendo anteriormente una colonia portuguesa.
República Popular China de Mao Zedong (1949-1976)
El 1 de octubre de 1949, los comunistas liderados por Mao Zedong proclamaron la República Popular China. En febrero de 1950, firmaron un pacto de amistad y ayuda mutua con la Unión Soviética, recibiendo técnicos y maquinaria. El maoísmo se convirtió en la ideología dominante, promoviendo reformas agrarias, nacionalización de industrias e infraestructuras, y beneficiando a los desfavorecidos. China intervino en la guerra de Corea apoyando a los norcoreanos y rompió relaciones con Estados Unidos. Además, intentó sin éxito anexar Taiwán, que estaba reconocido por la ONU. En el ámbito económico, en 1953 inició el primer plan quinquenal, impulsando la industria pesada y la producción de carbón y energía eléctrica, y planificando la agricultura para lograr el autoabastecimiento. La Constitución de 1954 concentró el poder en el Estado y en el Partido Comunista, con Mao Zedong al frente, permitiendo la existencia de regiones autónomas bajo el control del partido.
La Hegemonía Estadounidense
Tras la Guerra Fría, Estados Unidos consolidó su hegemonía con la victoria en la guerra del Golfo (1990) contra Irak por la invasión de Kuwait. Bajo la presidencia de George Bush (1989-1993), lideraron una coalición internacional que restableció las fronteras previas. La presidencia de Bill Clinton (1993-2001) marcó un cambio, centrando en la reducción del déficit y el aumento del gasto social, manteniendo el liderazgo internacional con un «internacionalismo práctico». En el nuevo milenio, las guerras en Afganistán e Irak dominaron la política exterior. La invasión de Irak en 2003 bajo George W. Bush, acusándolos de armas de destrucción masiva, llevó a una crisis prolongada tras la rápida victoria militar. Barack Obama (2008-2016) buscó soluciones progresistas, como la sanidad universal y la reducción de la pobreza, enfrentando resistencia conservadora y altos déficits. La presidencia de Donald Trump (2017-2021) revirtió muchas de las políticas sociales de Obama. La sociedad estadounidense mantiene valores arraigados como el emprendimiento y el patriotismo, pero enfrenta desafíos como la desigualdad, la seguridad, la inmigración y el racismo.
Estabilidad Parlamentaria en Reino Unido
Durante el periodo descrito, el Partido Conservador dominó el gobierno británico, alternándose con el Partido Laborista, que había reemplazado al Partido Liberal en el esquema bipartidista. El Partido Liberal, con pocos parlamentarios, se convirtió en un partido bisagra que ayudaba a formar gobiernos estables. Ramsay MacDonald, líder laborista, formó un gobierno en coalición con los liberales en 1924 y nuevamente entre 1929 y 1931. Frente a la Gran Depresión, MacDonald lideró un «Gobierno nacional» con conservadores, liberales y algunos laboristas, lo que rompió el bipartidismo y provocó la oposición de muchos laboristas. Los conservadores retomaron el poder en 1935. La caída de las exportaciones y la Gran Depresión llevaron al cierre de industrias y al aumento del desempleo, con el Estado proporcionando ayudas insuficientes. El movimiento obrero se fortaleció, con alta afiliación sindical. En 1926, la reducción de salarios de los mineros aumentó la conflictividad laboral. La cuestión de Irlanda también fue significativa: la insurrección del «Lunes de Pascua» de 1916 fracasó, pero en 1922 se reconoció al Estado Libre de Irlanda, con su propio Gobierno y Parlamento, mientras el Ulster permaneció en el Reino Unido. En 1937, Irlanda proclamó su soberanía y en 1949 se declaró la República de Irlanda. Los gobiernos conservadores de Baldwin y Chamberlain enfrentaron desafíos como el rearme alemán y la agresividad del nazismo, promoviendo la creación de la Royal Air Force (RAF) y una política de apaciguamiento hacia Hitler, además de lidiar con problemas coloniales, especialmente en India. La abdicación de Eduardo VIII en favor de su hermano Jorge VI también marcó este periodo.
La Cuestión Árabe-Israelí
En los territorios ocupados por Israel, que incluían áreas designadas para los palestinos según el Plan de Partición británico y zonas arrebatadas en las guerras árabe-israelíes, los palestinos aún hoy reclaman la instauración de un Estado propio. La proclamación del Estado de Israel en mayo de 1948 desencadenó sucesivas guerras con los países árabes de la región, en las que Israel emergió victorioso con el respaldo de Estados Unidos. Estas guerras incluyeron la guerra de la Independencia (1948-1949), la crisis del canal de Suez (1956), la guerra de los Seis Días (1967) y la guerra del Yom Kipur (1973). Tras estas contiendas, Israel ocupó territorios que la ONU instó a abandonar, pero Israel estableció asentamientos judíos en ellos. Las guerras también generaron el problema de los refugiados palestinos, que huyeron de los territorios ocupados por Israel y fueron expulsados de países limítrofes. La causa palestina adoptó acciones terroristas y secuestros de aviones para llamar la atención, liderada por la OLP bajo Yasir Arafat. Los acuerdos de Camp David (1979) marcaron un hito en el acercamiento diplomático entre Israel y Egipto, con el reconocimiento de Israel como Estado y la concesión de autonomía limitada a los palestinos en los territorios ocupados. Sin embargo, esto provocó tensiones en el mundo musulmán y dejó a Egipto aislado, dependiendo de la ayuda estadounidense. La invasión israelí del Líbano en 1982 y el inicio de la primera intifada en 1987 reavivaron la causa palestina.
Alemania Nazi
El Partido Obrero Nacionalsocialista Alemán (NSDAP), (partido nazi), se fundó en 1920 en Alemania y se definió como racista, nacionalista, antisemita, antiparlamentario y anticomunista. Bajo el liderazgo de Adolf Hitler desde 1921, intentaron un golpe de Estado en Múnich en 1923, conocido como el Putsch de la Cervecería, que fracasó y resultó en el encarcelamiento de sus líderes. En 1925, Hitler reorganizó el partido, creando las SA y las SS. Aunque el partido tuvo poca relevancia en los años veinte, la Gran Depresión lo revitalizó, aumentando su popularidad en 1932, cuando se convirtió en la fuerza más votada en el Reichstag. A pesar de su éxito, el presidente Hindenburg no aceptó inicialmente a Hitler como canciller, pero bajo presión, finalmente lo nombró el 30 de enero de 1933. Al frente de un gobierno de coalición, Hitler utilizó la violencia para intimidar a sus rivales políticos, arrestándolos o forzando su despido. En las elecciones de marzo de 1933, tras el incendio del Reichstag, los nazis obtuvieron 288 escaños y el Reichstag aprobó la Ley de Plenos Poderes, permitiendo a Hitler establecer un Estado totalitario. Se implementaron cambios significativos: el poder ejecutivo aumentó sus funciones legislativas, se ilegalizaron partidos y sindicatos, se abolió el federalismo, y se establecieron gobernadores nazis en las provincias. En abril de 1933, se fundó la Gestapo bajo el control de las SS, extendiéndose la persecución política. En la Noche de los Cuchillos Largos de junio de 1934, las SS asesinaron a los líderes de las SA acusados de traición. En agosto de 1934, tras la muerte del presidente Hindenburg, Hitler asumió la presidencia, proclamando el Tercer Reich e instaurando un Estado totalitario donde el ideal colectivo anulaba las aspiraciones individuales, controlando todos los aspectos de la vida y la sociedad.
Conferencias de Paz
Tras la Segunda Guerra Mundial, no se acordó un gran tratado de paz como tras la Gran Guerra. En cambio, un nuevo orden internacional surgió de conferencias de paz. En 1941, Roosevelt y Churchill firmaron la Carta del Atlántico, estableciendo bases para una paz justa. En 1943, la Conferencia de Casablanca, con De Gaulle, decidió la rendición incondicional de Alemania y Japón. En la Conferencia de El Cairo se trató la guerra en Asia, con Chiang Kai-shek. En la Conferencia de Teherán, Roosevelt y Churchill se reunieron con Stalin, decidiendo el desembarco de Normandía, la entrada de la Unión Soviética en la guerra contra Japón, y la creación de la ONU, dejando pendiente la cuestión de Polonia. En la Conferencia de Yalta en febrero de 1945, se acordó celebrar elecciones democráticas en Europa, el desarme y partición de Alemania, juicios a los líderes nazis, y la conferencia fundacional de la ONU en San Francisco. En la última conferencia en Potsdam (julio-agosto de 1945), asistieron Attlee, Truman y Stalin, acordando la desnazificación y desmilitarización de Alemania, su división y la de Austria en cuatro zonas de ocupación. A pesar de la promesa de nuevos encuentros, estos no se realizaron debido al enfrentamiento entre Estados Unidos y la Unión Soviética.
Ascenso de los Totalitarismos Fascistas
Los fascismos surgieron tras la Primera Guerra Mundial, influenciados por el nacionalismo y militarismo. Fueron una reacción contra el temor a la revolución social y el crecimiento de la clase obrera, y se beneficiaron de la sociedad de masas y los nuevos medios de comunicación. Sin un cuerpo ideológico definido, compartían principios como el nacionalismo radical, la exaltación de la emoción sobre la razón, y la violencia para defender sus ideales. Rechazaban la Ilustración, el liberalismo, el socialismo y el comunismo, y promovían la superioridad de ciertos seres y naciones, justificando la importancia del líder y la élite. El objetivo político del fascismo era crear Estados totalitarios dirigidos por un partido único, con un líder carismático y una jerarquía estricta. La economía estaba controlada por el Estado, beneficiando a grandes empresarios y desarticulando sindicatos. La educación y el ocio eran regulados por el Estado, y se movilizaba a la sociedad mediante actos públicos y propaganda en radio y cine. Los fascismos atrajeron principalmente a las clases medias, preocupadas por los movimientos obreros, y a la alta burguesía, que obtuvo beneficios económicos. También captaron a jóvenes, estudiantes, artistas, intelectuales, y excombatientes, ofreciendo promesas de vida activa y prestigio social.
De la Confrontación a la Negociación (1960-1980)
A partir de los años sesenta, la Guerra Fría experimentó una nueva fase caracterizada por un mayor entendimiento entre la URSS y Estados Unidos, aunque persistieron tensiones debido a conflictos regionales. La carrera armamentística y el aumento del armamento nuclear generaron un temor compartido de que una guerra nuclear podría llevar al fin de la humanidad, lo que condujo a conferencias para el desarme. La revolución cubana de 1959, liderada por Fidel Castro, derrocó al régimen pro estadounidense de Fulgencio Batista, acercando a Cuba al bloque soviético y creando recelo en Estados Unidos. La invasión de bahía de Cochinos en 1961, respaldada por Estados Unidos, aumentó la proximidad entre Cuba y la URSS. El mismo año, la construcción del Muro de Berlín por parte de la República Democrática Alemana buscó evitar el éxodo hacia el oeste, aunque Estados Unidos y sus aliados lo utilizaron para destacar la falta de libertades en el bloque soviético. En 1962, la crisis de los misiles en Cuba provocó una confrontación directa entre Estados Unidos y la URSS cuando esta última desplegó misiles en la isla. La crisis se resolvió con la retirada soviética y el compromiso de Estados Unidos de no invadir Cuba y retirar sus propios misiles en Turquía.