Con la victoria del Franquismo tras la Guerra Civil (1936-1939), en el contexto de construcción de un estado totalitario, cualquier atisbo de oposición fue perseguida o silenciada. Los partidos políticos y las asociaciones sindicales fueron prohibidos, y gran parte de la población se exilió.
Décadas 1940-1950
Dentro de las primeras manifestaciones contra el régimen, se encuentran los maquis (guerrilleros antifranquistas) que en la zona de Pirineos hostigaban a las fuerzas del orden y del Ejército, aunque su acción decayó a finales de 1940. Además, organizaciones como el PCE o la CNT consiguieron mantener activas algunas células en clandestinidad. Las primeras huelgas se produjeron a finales de la década, aunque fueron brutalmente reprimidas. En el ámbito estudiantil, también se formaron grupos de oposición; en 1956, una serie de graves incidentes en la Universidad entre estudiantes antifranquistas y miembros del SEU, llegaron a provocar una remodelación del gobierno. Desde el exterior, destaca el Manifiesto de Lausana (1945) de Juan de Borbón, en el que este declaraba su apoyo a una transición democrática, con Cortes Constituyentes y una amplia amnistía.
Década 1960
Las transformaciones económicas de la década (desarrollismo) impulsadas por la apertura del régimen (acuerdos con los EEUU, entrada en la ONU) favorecieron un clima de cierta modernización respecto a la década precedente. A la oposición principalmente estudiantil y obrera de los años cincuenta, se le unen nuevas fuerzas:
- La Iglesia comenzó a distanciarse de la Dictadura (ascenso del papa Juan XXIII y Concilio Vaticano II) e incluso a criticar la situación de los trabajadores. Los movimientos católicos de base también se situaron como oposición al régimen.
- Los nacionalismos comienzan a resurgir. En el caso vasco, algunos miembros del PNV fundaron ETA (Patria y Libertad) que rápidamente adoptó la lucha armada. Otras organizaciones, como el FRAP, también optaron por el terrorismo como oposición.
- El sindicalismo también se fortalece; Comisiones Obreras será la asociación más activa.
- Desde el ámbito político, el PCE comenzó a tejer una red de activistas capaz de influir en la lucha clandestina del país. El PSOE se mantuvo dividido.
La crisis del Franquismo hasta la muerte de Franco (1970-1975)
Los límites del desarrollismo de los años sesenta se hicieron evidentes en la década siguiente, cuando el contexto internacional no era ya tan favorable, y la sociedad española experimentaba cambios profundos que chocaban con el inmovilismo del régimen. En 1969 el príncipe Juan Carlos de Borbón había sido proclamado sucesor en la jefatura del Estado a título de rey.
A partir de 1970 los Gobiernos fueron cada vez más débiles. Estallaron escándalos de corrupción (Matesa) y la oposición universitaria y obrera desbordaba al régimen, que solo supo responder con represión en las calles (cargas policiales, Brigada Social). Además, el envejecimiento de Franco suscitó el debate sobre la continuidad de la Dictadura. Dentro del mismo régimen se abrió una corriente reformadora, los llamados aperturistas, que chocaban con los sectores más inmovilistas, denominados el búnker.
En 1973 se agudizó la contestación; aparece el FRAP que realizó el 1 de mayo su primer atentado en Madrid. Franco decidió cambiar el Gobierno nombrando a Carrero Blanco nuevo presidente, pero el 20 de diciembre este era asesinado por la banda terrorista ETA. Le sucedería Carlos Arias Navarro, que formó un gabinete de franquistas puros (Torcuato Fernández Miranda) y algunos aperturistas como José Cabanillas.
Tras el verano de 1975 varios miembros del FRAP y ETA fueron juzgados y doce de ellos condenados a muerte. En medio de manifestaciones en Europa contra esta condena, el 27 de septiembre cinco de los condenados fueron ejecutados. La indignación europea y española (concentraciones en la Plaza de Oriente) se disparó. En el exterior, España estaba aislada (caída de las dictaduras de Portugal y Grecia) y se mostraba incapaz de resolver conflictos (Marcha Verde en Marruecos por la que el Gobierno cederá el territorio, olvidando el compromiso de referéndum adquirido con el pueblo saharaui).
En noviembre de 1975 morirá Franco, tras tres décadas de dictadura. Comenzaba el reinado de Juan Carlos I, restableciéndose la casa Borbón en el trono y dando comienzo una serie de transformaciones (la Transición) de las instituciones de la Dictadura que culminaron con el establecimiento de un sistema democrático.