La Transformación de Europa: Ilustración, Revolución y Auge de la Burguesía (1773-1815)

SIGLO XVIII (1773-1815)

Ilustración

La Ilustración fue un movimiento europeo que pretendía romper con la tradición y construir un nuevo relato. Se basaba en una nueva concepción del hombre, donde cada individuo poseía pensamiento y razonamiento propios. Defendía una sociedad basada en la razón por encima de todo, con el objetivo de alcanzar el progreso y la felicidad. Esta visión contrastaba con la sociedad estamental y corporativista de la época.

Algunos de los principios de la Ilustración fueron:

  • Razón: Se consideraba la razón como la herramienta fundamental para comprender el mundo y la sociedad.
  • Progreso: Se creía en la posibilidad de mejorar la sociedad a través del conocimiento y la razón.
  • Libertad: Se defendía la libertad individual y los derechos naturales del hombre.
  • Igualdad: Se abogaba por la igualdad de todos los hombres ante la ley.

Figuras clave de la Ilustración como Kant, con su famoso lema Sapere Aude (Atrévete a conocer), y el Abad Sieyès, quien cuestionaba el papel del Tercer Estado (el pueblo), impulsaron las ideas de libertad, igualdad y fraternidad.

Cultura y Técnica

El siglo XVIII presenció un gran avance en la cultura y la técnica. Se inventaron las vacunas, se exploró el mundo con una nueva mirada científica, se creó el sistema de nomenclatura binomial para las plantas y la Universidad se consolidó como centro de investigación.

Romanticismo

El Romanticismo, surgido en Alemania con figuras como Herder y Fichte, llevó el individualismo al extremo, priorizando los sentimientos del yo por encima de todo. La estética literaria romántica se caracterizó por la exaltación de la naturaleza como espacio vital y representación del mundo interior del individuo. En este contexto, se configuró el nacionalismo como un sentimiento que buscaba la unificación de Alemania a través de la lengua, la cultura y la identidad común.

El Liberalismo Económico

En el ámbito económico, surgió una tensión entre el control estatal y el libre mercado. El crecimiento del comercio colonial y la aparición de nuevas tecnologías, como la máquina de vapor, impulsaron la búsqueda de un comercio sin regulaciones o con regulaciones mínimas.

La Escuela Escocesa, liderada por Adam Smith, defendió la libertad de comercio como motor del crecimiento económico. Smith, en su obra La Riqueza de las Naciones, argumentó en contra de la fijación de precios, los gremios y la excesiva intervención estatal, abogando por la autorregulación del mercado.

La Gran Transformación

Europa: Potencia Mundial

Europa se consolidó como potencia mundial gracias a la revolución industrial. La producción aumentó exponencialmente gracias a la tecnología, con inventos como la máquina de vapor. El crecimiento demográfico, el comercio regional e internacional y la acumulación de capital impulsaron el poderío europeo.

El Auge de la Burguesía

La burguesía, perteneciente al Tercer Estado, experimentó un gran crecimiento económico durante este periodo. Compraron tierras, mercancías y acumularon capital, lo que les otorgó un creciente poder económico. Sin embargo, se encontraron con la resistencia de la nobleza a compartir el poder político. Para superar este obstáculo, la burguesía se alió con algunos sectores de la nobleza, buscando reemplazarla como clase dominante. La burguesía se caracterizó por su espíritu emprendedor, su capacidad de ahorro e inversión y su búsqueda de equilibrio social.

La Plebe Urbana

A diferencia de la burguesía, la plebe urbana no participaba de la mentalidad ilustrada. Eran artesanos y trabajadores que, a pesar de tener cierta capacidad económica, no tenían participación política. En las tabernas y espacios de encuentro, se discutían las ideas ilustradas y se gestaba un creciente descontento social. La plebe urbana culpaba al rey de su situación y aspiraba a los ideales de felicidad y progreso de la Ilustración. Este descontento se manifestó en huelgas y revueltas populares.

Política Interior: Un Momento de Crisis

El siglo XVIII fue un periodo marcado por la guerra, el hambre y la desigualdad económica y política. La Revolución Industrial trajo consigo el surgimiento de las fábricas y, con ellas, nuevas formas de conflicto social. Las ideas ilustradas cuestionaban la legitimidad del poder absoluto del rey y defendían la soberanía popular.

El modelo americano, la experiencia de Gran Bretaña y Holanda, sirvieron de inspiración para aquellos que buscaban un cambio político en Francia.

La Independencia Americana

La falta de representatividad política y la presión fiscal de la Corona británica sobre las colonias americanas desencadenaron la Revolución Americana. El motín del té, en protesta por los impuestos, marcó el inicio del conflicto. Los representantes de las colonias se reunieron en un congreso y declararon la guerra a Gran Bretaña. Francia, España y Holanda aprovecharon la coyuntura para debilitar a Gran Bretaña, brindando apoyo militar y financiero a los colonos americanos.

La victoria americana supuso la independencia de las colonias y la instauración de una república basada en los principios de libertad y democracia. Este hecho tuvo un gran impacto en Europa, especialmente en Francia, donde se intensificaron los deseos de cambio.

La Revolución Francesa

Poco después de la Revolución Americana, estalló la Revolución Francesa. La crisis fiscal provocada por la guerra, la crisis de subsistencias y la influencia de las ideas ilustradas crearon un clima de tensión social propicio para la revolución.

Fases de la Revolución Francesa:

  1. Preludio (1787-1789): La crisis financiera obligó a Luis XVI a convocar los Estados Generales en 1788. La negativa del Tercer Estado a aceptar su posición subordinada llevó a la formación de la Asamblea Nacional Constituyente.
  2. Inicio de la Revolución (1789-1792): La toma de la Bastilla el 14 de julio de 1789 marcó el inicio de la Revolución. La Asamblea abolió el feudalismo, limitó el poder del rey y proclamó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Se produjeron desamortizaciones y exclaustraciones, generando resistencia en algunos sectores del campesinado.
  3. La República (1792-1799): Luis XVI intentó huir para organizar una contrarrevolución, pero fue capturado y ejecutado. Se instauró la República, se aprobó el sufragio universal masculino y se radicalizó la Revolución. El calendario gregoriano fue reemplazado por el calendario revolucionario. La Revolución Francesa se enfrentó a una coalición de países europeos que buscaban sofocarla.
  4. La Era Napoleónica (1799-1815): La inestabilidad política y social permitió el ascenso de Napoleón Bonaparte. Napoleón, tras un golpe de estado, se convirtió en Primer Cónsul y posteriormente en Emperador de Francia. Sus campañas militares expandieron el dominio francés por Europa, pero finalmente fue derrotado en 1815.

La Revolución Francesa marcó un punto de inflexión en la historia de Europa, difundiendo los ideales de libertad, igualdad y fraternidad. A pesar de sus contradicciones y periodos de violencia, la Revolución Francesa sentó las bases para la construcción de las sociedades modernas.

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