La Sociedad Española del Siglo XIX: Clasismo, Conflicto Social y Movimiento Obrero

Epígrafe 3.3. La sociedad española del siglo XIX

La sociedad decimonónica, a partir de 1833, pasó de ser estamental a clasista, donde el dinero se convirtió en el principal factor de diferenciación social. Sin embargo, seguía siendo una sociedad muy desigual, tanto políticamente (sufragio censitario), como económicamente (desigualdad en el nivel de renta), y cultural y sexualmente (discriminación hacia la mujer, que no tenía ningún derecho).

Distinguimos los siguientes grupos sociales:

  • Nobleza: A pesar de perder su poder y sus privilegios estamentales, mantuvieron su poder económico con posesiones agrarias debido a las desamortizaciones. Tendieron al aburguesamiento.
  • Clero: Pierde fuerza, sobre todo por las desamortizaciones e influencia social, ya que la burguesía urbana iba a menudo en contra de la Iglesia y el proletariado se alejaba de ella al mismo tiempo que se acercaba a las ideologías del movimiento obrero.
  • Burguesía: Dividida en alta burguesía con altos cargos (terrateniente, empresario…), que constituyeron junto a la nobleza la oligarquía dominante económica y políticamente debido al liberalismo moderado; y la baja burguesía, que era urbana, vinculada al comercio, la pequeña industria y las profesiones liberales. Representados por el liberalismo progresista.
  • Proletariado: Nace por la revolución industrial con unas condiciones muy precarias (trabajo infantil, libre despido…). Estas condiciones de vida y trabajo llevaron al nacimiento de organizaciones sindicales y políticas en las que el Anarquismo y el Socialismo destacarán.
  • Campesinado: Compuesto de jornaleros que realizaron revueltas a favor del reparto de la tierra. Tuvieron unas condiciones de vida miserables, especialmente en el sur español, y se vincularon al Anarquismo.

Movimiento Obrero

Este tuvo poca actividad debido a la restricción de las libertades de reunión, asociación y expresión. Estaba dividido en anarquistas y socialistas marxistas, y la población apoyaba más a los republicanos que a ellos. El movimiento obrero nació en la industria y el campo.

Entre 1820-1840, la conflictividad social se basó en movimientos iconoclastas (Alcoy en 1821 e incendio de Bonaplata). Durante el bienio progresista se crean sociedades de socorro mutuo que buscaban mejores condiciones hasta que en 1855 estalla la primera huelga general de trabajadores en Barcelona.

A partir de 1868 y la libertad de asociación, surgen las sociedades de resistencia que recomendaban a los trabajadores la participación en política y el apoyo a los republicanos. Con la I Internacional, la clase obrera se decantó por el anarquismo o el socialismo marxista, llegando a fundar la Federación Regional Española de la AIT donde triunfa el anarquismo.

Anarquismo

El anarquismo fue la primera y principal corriente del movimiento obrero que se extendió por la I Internacional en el Sexenio Revolucionario por Fanelli. Destacó en el campo de Andalucía y en la industria de Cataluña. Pretendía combatir toda forma de autoridad (Estado, Iglesia y ejército) y establecer el comunismo libertario, por lo que rechazaba la política y los partidos, defendiendo la creación de sindicatos (anarcosindicalismo). Su principal problema fue la desorganización y la inconstancia de sus acciones revolucionarias.

En 1881, se fundó la Federación de Trabajadores de la Región Española. El anarquismo practicó el terrorismo con atentados castigados por el gobierno. En 1883, la Mano Negra exigía el reparto de tierra en Andalucía. En la década de 1890 se dan estos atentados en Barcelona. Esto provocó la represión, deteniendo a obreros y cerrando periódicos obreros. En los juicios de Montjuic, se condenaron a muchos anarquistas. En 1897 es asesinado Cánovas de Castillo. Tras esto, la legislación se endureció y se logra desarticular el anarquismo violento a finales del siglo XIX.

Socialismo

El socialismo comienza también en el Sexenio Revolucionario por la difusión de Lafargue. En 1879, un grupo de tipógrafos fundan el PSOE cuyo fundador y primer presidente fue Pablo Iglesias. El socialismo tuvo menos importancia que el anarquismo. Defendía la política, la participación electoral y la presencia en las Cortes para defender al proletariado. Sus métodos de lucha fueron la protesta, las manifestaciones, mitines, huelgas y la revolución social, pero nunca el terrorismo. Su idea era la de un partido político fuerte, pero no tuvo muchos afiliados.

En 1888, el PSOE funda su propio sindicato, UGT. Además, crean las Casas del Pueblo, centros de reunión obrera. Desde 1890, el PSOE celebró el 1 de mayo como Día Internacional del Trabajo, donde se reclamaba 8 horas de jornada laboral.

Tuvo éxito entre los mineros asturianos, los trabajadores de Madrid y el proletariado de los Altos Hornos de Bilbao. Con los años fue ganando afiliados, pero siempre detrás del anarquismo.

etrás del anarquismo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *