Tratado de Alcáçovas
El Tratado de Alcáçovas o Paz de Alcázovas fue un acuerdo firmado en la villa portuguesa del mismo nombre, el 4 de septiembre de 1479, entre los representantes de los reyes Isabel y Fernando de Castilla y Aragón, por un lado, y del rey Alfonso V de Portugal y su hijo Juan por el otro. El tratado fue posteriormente ratificado en Toledo el 6 de marzo de 1480.
El tratado declaró la paz entre el reino de Portugal y los reinos de Castilla y Aragón, poniendo fin a las hostilidades tras la Guerra de Sucesión Castellana (1475-1479). Alfonso V renunció al trono de Castilla al que aspiraba por su mujer Juana “la Beltraneja”, e Isabel y Fernando renunciaron a cambio al trono de Portugal.
Otro asunto importantísimo fue el reparto de los territorios del océano Atlántico entre Portugal y Castilla: Portugal mantuvo el control sobre sus posesiones africanas, y a Castilla se le reconoció la soberanía sobre las islas Canarias.
También acordaron la boda de la infanta Isabel de Aragón, hija primogénita de los reyes Isabel y Fernando, con Alfonso, el hijo único del rey Juan II de Portugal, príncipe heredero de Portugal. La enorme dote pagada por los padres de la novia representó la indemnización de guerra obtenida por Portugal.
La Inquisición Española
La Inquisición, también conocida como “Santo Oficio”, era el tribunal eclesiástico encargado de perseguir y castigar a los herejes y otros delitos como la brujería. Los Reyes Católicos establecieron la Inquisición en Castilla en 1478, dependiendo exclusivamente de la monarquía, y después la extendieron a los demás reinos.
El Santo Oficio fue integrado en el sistema político de los Consejos, y era el único que abarcaba todos los reinos de la monarquía. Tanto el Inquisidor General como los miembros del Consejo eran nombrados por el rey. Su esfera de acción se extendió a los falsos conversos (judaizantes y moriscos) y a los protestantes en el siglo XVI. Se convirtió en una de las principales y más temidas instituciones de la Edad Moderna y en un doble instrumento político y religioso al servicio de la monarquía absoluta. Fue definitivamente suprimida en el siglo XIX.
La Expulsión de los Judíos
El 31 de marzo de 1492 se dictó el decreto de expulsión de los judíos por los Reyes Católicos mediante el Edicto de Granada con la finalidad, según el decreto, de impedir que siguieran influyendo en los cristianos nuevos (conversos) para que éstos regresaran a su religión judía. La decisión de expulsar a los judíos está relacionada con la instauración de la Inquisición en la Corona de Castilla y en la Corona de Aragón.
El Decreto de Expulsión establecía estas condiciones:
- La expulsión de los judíos era definitiva.
- No había ninguna excepción, ni por razón de edad, residencia o lugar de nacimiento.
- Se daba un plazo de cuatro meses para que salieran de los dominios de los reyes. Se establecía la pena de muerte y la confiscación de sus bienes a los que no lo cumplieran.
- En el plazo fijado de cuatro meses los judíos podrían vender sus bienes inmuebles y llevarse el producto de la venta en forma de letras de cambio —no en moneda acuñada o en oro y plata porque su salida estaba prohibida por la ley— o de mercaderías —salvo armas y caballos—.
Aunque en el edicto no se hacía referencia a una posible conversión, esta alternativa estaba implícita. Pocos judíos se bautizaron, por lo que unos 100.000 abandonaron la Península. Varios miles regresaron y aceptaron el bautismo.
Cristóbal Colón y el Descubrimiento de América
Cristóbal Colón, navegante genovés al servicio de los Reyes Católicos, descubrió América en 1492, si bien siempre creyó que había llegado a las Indias. Realizó cuatro viajes al Nuevo Continente. Tuvo un serio enfrentamiento con los Reyes Católicos cuando éstos incumplieron lo acordado en las Capitulaciones de Santa Fe. Fue despótico en su trato con los nativos, y fue muy mal gobernador de los nuevos territorios. Murió en Valladolid en 1506.
Las Capitulaciones de Santa Fe
Las Capitulaciones de Santa Fe fue un documento suscrito por los Reyes Católicos el 17 de abril de 1492 en la localidad de Santa Fe, a las afueras de Granada, que recoge los acuerdos alcanzados entre los reyes y Cristóbal Colón relativos a la prevista expedición de este por el océano hacia occidente. En el documento se le otorgan a Colón los títulos de almirante, virrey y gobernador general de todos los territorios que descubriera o ganase durante su vida, así como la décima parte de todos los beneficios obtenidos. También se le concedió un diezmo de todas las mercaderías que hallase, ganase y hubiese en los lugares conquistados.