Crisis del Sistema de la Restauración y Auge de los Nacionalismos

El Auge de los Nacionalismos y el Movimiento Obrero

A principios del siglo XX, España experimentó un auge de los nacionalismos periféricos y un crecimiento del movimiento obrero.

Nacionalismo Vasco

El nacionalismo vasco, liderado por figuras como Sabino Arana, experimentó una transformación. Se alejó de la política nacional para concentrarse en el control de los gobiernos locales y provinciales. El discurso político se moderó, evolucionando hacia tesis autonomistas. Tras la Primera Guerra Mundial, surgieron dos corrientes dentro del movimiento: los independentistas y los autonomistas. Estas dos facciones no se reconciliarían hasta los últimos años de la monarquía.

Movimiento Obrero

Paralelamente, el movimiento obrero español experimentó un crecimiento significativo. La Unión General de Trabajadores (UGT) ganó fuerza debido a su ideología flexible y su enfoque moderado en la lucha sindical, atrayendo a aquellos que rechazaban el anarquismo. El anarquismo, por otro lado, se arraigó con fuerza en Cataluña, donde se fundó Solidaridad Obrera. La rama catalana de esta organización daría lugar a la Confederación Nacional del Trabajo (CNT). La CNT se caracterizaba por su ideología revolucionaria, basada en tres principios fundamentales: la independencia del proletariado del Estado burgués, la necesidad de la unidad sindical y la voluntad de abolir el capitalismo. Para lograr sus objetivos, la CNT abogaba por la huelga general y el boicot. Entre sus líderes más destacados se encontraban Salvador Seguí y Ángel Pestaña.

Este período se caracterizó por una intensa conflictividad social y agitación obrera, aunque con altibajos. Se lograron avances en materia de legislación laboral, incluyendo el descanso dominical, la ley de huelgas, las pensiones de vejez y la jornada de ocho horas. Las organizaciones obreras mostraron un gran interés por la educación y la cultura, considerándolas herramientas esenciales para la transformación social. Surgieron ateneos obreros, y el PSOE impulsó la creación de las Casas del Pueblo. También se fundó la Escuela Moderna de Ferrer Guardia, basada en la pedagogía libertaria.

La Crisis del Parlamentarismo

Primera Guerra Mundial

A pesar de que España se mantuvo neutral durante la Primera Guerra Mundial, la contienda tuvo un profundo impacto en el país. La sociedad española se dividió entre «aliadófilos» (sectores progresistas y republicanos) y «germanófilos» (clases altas, Iglesia, ejército y Corona). La clase obrera, por su parte, se mantuvo en una posición neutral.

La neutralidad española trajo consigo un aumento de la demanda exterior, lo que impulsó el crecimiento económico. Sin embargo, este crecimiento vino acompañado de un aumento de los precios. La siderurgia vasca, la minería asturiana y la industria textil catalana se beneficiaron de esta mayor demanda, pero los ingresos generados no se invirtieron en mejorar el sistema productivo. Las clases populares se vieron especialmente afectadas por el aumento de los precios, ya que los salarios no crecieron al mismo ritmo. Como resultado, se acentuaron las diferencias sociales.

El estallido de la Revolución Rusa en 1917 tuvo un impacto significativo en España. Estimuló la perspectiva revolucionaria de las organizaciones obreras, al tiempo que aumentaba el temor de la burguesía. En consecuencia, se implementaron medidas represivas para controlar la situación. Además, las nuevas fronteras europeas trazadas según el principio de autodeterminación acentuaron el radicalismo de los partidos nacionalistas catalanes y vascos.

Crisis de 1917

La crisis de 1917 en España fue el resultado de una combinación de factores militares, políticos y sociales.

  • Causas Militares: El ejército español estaba plagado de problemas, como un exceso de oficiales, bajos salarios y criterios de ascenso cuestionables. Esto llevó a la aparición de las Juntas de Defensa, que planteaban reivindicaciones con un tono «regeneracionista» y de oposición al gobierno.
  • Causas Políticas: El gobierno, en un intento por mantener el control, había suspendido las garantías constitucionales, clausurado las Cortes y aplicado la censura de prensa. En respuesta a estas medidas, se organizó la Asamblea de Parlamentarios en Barcelona, que exigía la formación de un gobierno provisional y la convocatoria de Cortes constituyentes para reestructurar el Estado y descentralizarlo.
  • Causas Sociales: Los problemas económicos derivados de la Primera Guerra Mundial, como el aumento de los precios y la escasez de productos básicos, generaron un gran malestar social. En 1917, la UGT convocó una huelga general en demanda de mejoras salariales y la formación de un gobierno provisional y Cortes constituyentes.

Descomposición Final del Sistema

A partir de 1917, el sistema político de la Restauración comenzó a colapsar. Ningún partido lograba obtener la mayoría parlamentaria necesaria para gobernar, lo que llevó a frecuentes suspensiones del Parlamento y a la formación de gobiernos de concentración. El ejército fue adquiriendo un protagonismo cada vez mayor en la vida política. Los dos partidos republicanos, el Radical y el Reformista, adoptaron posiciones más conservadoras. El PSOE, por su parte, se inclinó hacia el parlamentarismo y el reformismo, aunque tras el triunfo de la Revolución Rusa surgieron sectores partidarios de apoyar a los bolcheviques e ingresar en la Tercera Internacional. En 1921, este sector abandonó el PSOE y fundó el Partido Comunista de España (PCE). Los partidos nacionalistas, por su parte, vieron reforzadas sus posiciones debido al contexto internacional y al aumento del sentimiento nacionalista.

La agitación social continuó. La CNT experimentó un crecimiento imparable tras su refundación en el Congreso de Sants, después de haber estado prohibida. Estos fueron los años del «trienio bolchevique», un período de intensa lucha social y violencia política. Se produjeron protestas en Andalucía, continuaron las huelgas, y destacó la huelga de La Canadiense, una empresa de electricidad en Barcelona. Las posturas de sindicatos y patronos se radicalizaron, y se recurrió a la violencia. En este contexto, el presidente Eduardo Dato fue asesinado por un miembro de la CNT.

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