Llegada al trono y crisis política
En 1902, Alfonso XIII (1902-1931) llega al trono tras alcanzar la mayoría de edad legal (16 años), iniciando la segunda etapa de la Restauración. La mayor parte de su reinado transcurre en una permanente crisis política, provocada principalmente por:
- La continua intervención del rey en la vida política.
- La decadencia de los partidos dinásticos.
- El debilitamiento progresivo del caciquismo, consecuencia del aumento de la sociedad urbana.
- El avance de los partidos socialistas, republicanos y nacionalistas, que llevaría a gobiernos de concentración.
A esto se suma el clima de violencia social provocado por la lucha entre sindicatos y patronal, el avance del anticlericalismo y el deseo de los liberales de limitar las congregaciones religiosas. El descontento crece en el ejército y la población por los fracasos en Marruecos y el aumento del nacionalismo catalán, que consideraba insuficientes las reformas del Gobierno. El período de 1902 a 1914 estuvo marcado por el intento fallido de aplicar políticas regeneracionistas.
Crisis del reinado y Ley de Jurisdicciones
En los primeros años (1902-1907), la primera crisis del reinado de Alfonso XIII tuvo lugar en 1905, tras la victoria electoral municipal de la Liga Regionalista. En respuesta a la publicación de caricaturas ofensivas del ejército por parte de la prensa nacionalista, militares asaltaron las sedes de ¡Cu-Cut! e incendiaron las redacciones. Los oficiales exigieron al Gobierno una Ley de Jurisdicciones (aprobada por Moret en 1906) contra cualquier ofensa al ejército y a la patria. Esta ley, si bien buscaba aplacar los ánimos, ayudó a unir a los partidos nacionalistas en Solidaritat Catalana, que obtendría una contundente victoria electoral (1907), haciendo casi desaparecer a los partidos dinásticos en Cataluña.
Gobierno de Antonio Maura y la Semana Trágica
En 1907, el rey nombró jefe de Gobierno a Antonio Maura (1907-1909), quien, con el propósito de conseguir una «revolución desde arriba» para impedir una revolución popular, aprobó un plan de reconstrucción naval e intervino en la regulación del descanso dominical (1903) y la creación del Instituto Nacional de Previsión (1908). Entre sus reformas políticas destacan la Ley de Huelga y la promulgación de una nueva Ley Electoral en 1907 que establecía el voto obligatorio y medidas contra el fraude electoral, aunque no lograron democratizar completamente el sistema político. También se concedió más autonomía a ayuntamientos y diputaciones a través de la Ley de Administración Local.
No obstante, el gobierno de Maura tuvo que hacer frente a una crisis en Marruecos. La derrota del Barranco del Lobo llevó al envío de más soldados reservistas, lo que provocó la reacción de las clases populares. En Barcelona, en julio de 1909, esto desembocó en un enfrentamiento con el ejército, con miles de detenciones, condenados y 5 penas de muerte. Estos sucesos, conocidos como la Semana Trágica, provocaron la destitución de Maura.
Reformas de Canalejas y ascenso de la oposición
Durante el Gobierno de Canalejas (1910-1912) se intentó profundizar en el proyecto reformista integrando al catalanismo y al movimiento obrero: se suprimieron impuestos de consumo, se aprobó la Ley de Reclutamiento y la Ley de Candado (limitaba el establecimiento de órdenes religiosas) y se tramitó la Ley de Mancomunidades.
El asesinato de Canalejas el 12 de noviembre de 1912 marcó el inicio de un período difícil para la política. Durante el reinado de Alfonso XIII, las fuerzas y partidos de la oposición se consolidaron:
- El republicanismo: se concentró en el Partido Radical de Lerroux, de ideología populista y anticlerical, y el Partido Reformista de Álvarez, más moderado.
- El PSOE: obtuvo en 1910 su primer escaño para Pablo Iglesias, incrementando su fuerza electoral e influencia política.
- El nacionalismo: en Cataluña, la Lliga Regionalista de Cambó (1901) acabó con los partidos dinásticos y logró la aceptación de la Mancomunidad de Cataluña (1914), que permitió una mejor organización de las Diputaciones. En el País Vasco, a partir de 1903, el nacionalismo se extendió a las juntas municipales (Vizcaya) e incluso a las Cortes, convirtiéndose en un movimiento de masas en 1923.
- El anarquismo: desde 1910, la corriente anarquista fue organizada por la CNT, que, con un carácter revolucionario y apolítico, buscaba derribar al capitalismo mediante la acción directa. Destaca Diego Abad, fundador de la FAI en 1927, como dirigente de la elevada afiliación obrera y campesina de 1919 a 1936.