Los Virajes Hacia la Guerra y la Ofensiva del Eje

Los Virajes Hacia la Guerra

En los años 30, el escenario internacional se modificó bajo los efectos de la Gran Depresión, la debilidad de los Estados democráticos y de la Sociedad de Naciones; pero, sobre todo, por el desafío de las potencias totalitarias. En 1926, Hiro Hito fue proclamado emperador. Llevó a cabo una política panasiática, justificada por la necesidad de materias primas y fuentes de energía para atender la subsistencia de una población en crecimiento.

La guerra civil española (1936-1939) fue el escenario donde se enfrentaron las ideologías del momento. Desde su inicio, el conflicto se internacionalizó. Sin embargo, mientras que los sublevados recibieron una decisiva ayuda militar de Alemania e Italia, el Gobierno de la República se vio aislado. El Acuerdo de No Intervención hizo que el Reino Unido y Francia se declarasen neutrales; esa pasividad reforzó las ambiciones expansionistas del fascismo y condicionó el desarrollo de la guerra.

En 1936, Mussolini invadió Abisinia (Etiopía). La Sociedad de Naciones no pudo evitar la conquista y ocupación de uno de los pocos territorios que permanecían independientes en África. La condena de Francia y el Reino Unido motivó el giro diplomático de Italia:

  • En 1936 se firmó el Eje Roma-Berlín, que la situaba en la órbita nazi. Durante la Segunda Guerra Mundial, se sumaron al pacto Hungría, Bulgaria y Eslovaquia.
  • En 1937, Italia abandonó la Sociedad de Naciones y se sumó al Pacto Antikomintern, firmado por Alemania y Japón en 1936.
  • En 1939, se anexionó Albania y firmó el Pacto de Acero, que comprometía la ayuda entre Alemania e Italia en caso de que estallase una guerra en Europa.

La Ofensiva del Eje

Tras la invasión de Polonia, Alemania prosiguió su ofensiva. La rapidez de sus conquistas se debió a la eficacia de la guerra relámpago, bombardeos aéreos y de artillería antes de emprender un avance mecanizado que rompiera las líneas enemigas. En 1940, ocuparon Dinamarca y Noruega, lo que puso a su disposición recursos minerales y una amplia fachada al Atlántico, como paso previo de la ofensiva contra los Países Bajos, Bélgica y Francia.

El ejército francés confiaba en la Línea Maginot, red fortificada en la frontera, pero no pudo frenar el avance alemán desde Bélgica, que se produjo a través de las Ardenas. La invasión dejó aislados a 350,000 soldados aliados, evacuados al Reino Unido desde Dunkerque.

En 1941, la guerra se extendió por otros escenarios: de los Balcanes al norte de África y al este de Europa. En Asia, el ataque japonés a Hawái dio inicio a la guerra en el Pacífico.

  • Norte de África: Las tropas del Afrika Korps, bajo el mando del mariscal alemán Erwin Rommel, invadieron Egipto desde Libia, con la intención de apoderarse del canal de Suez. Sin embargo, los británicos, con un ejército reforzado, detuvieron el avance de Rommel en la batalla de El Alamein, en noviembre de 1942.
  • Frente Oriental: En junio de 1941, Alemania tomó una decisión clave: invadir la Unión Soviética (Operación Barbarroja). Tres millones y medio de soldados y miles de tanques y aviones invadieron la URSS, a lo largo de un enorme frente que abarcaba del mar Báltico al mar Negro. En agosto ya estaban en Leningrado, donde fueron frenados por el Ejército Rojo; comenzó entonces un asedio de la ciudad que duró hasta 1944 y en el que murieron de hambre y frío dos millones de personas.

Entrada de Estados Unidos: El 7 de diciembre de 1941, Japón atacó la flota de la base naval de Pearl Harbor, en Hawái. El presidente Roosevelt declaró la guerra a Japón; y debido a las alianzas previas, Alemania e Italia entraron en guerra contra Estados Unidos.

La Contraofensiva Aliada

Para desbloquear la situación en el frente soviético, Hitler decidió, en contra de las recomendaciones de sus generales, dirigirse hacia el río Volga y la región del Cáucaso con el fin de apoderarse de las reservas de petróleo del mar Caspio. Esta segunda fase de la invasión tuvo su momento decisivo entre agosto de 1942 y febrero de 1943, cuando las tropas del Eje y las soviéticas lucharon por la posesión de Stalingrado. La lucha por la ciudad agotó la capacidad ofensiva de los alemanes, que se vieron sorprendidos por una contraofensiva soviética que cercó y aniquiló al Sexto Ejército al completo.

La posterior derrota alemana en la batalla de Kursk (julio de 1943) ratificó la superioridad del Ejército Rojo, que en 1944 lanzó una ofensiva imparable: la Operación Bagration. En abril de 1945, los soviéticos llegaron a las puertas de un Berlín medio destruido por los bombardeos aéreos de los Aliados.

A finales de 1942, los Aliados iniciaron un contraataque en todos los frentes que forzó a las potencias del Eje a posicionarse a la defensiva.

Tras la batalla de El Alamein, el Afrika Korps se vio obligado a replegarse hasta Túnez. En noviembre de 1942, los estadounidenses desembarcaron en Argelia y en Marruecos, forzando a los alemanes a abandonar África.

Desde sus nuevas bases, los Aliados desembarcaron en Sicilia (julio de 1943) y comenzaron la invasión de Italia. Mussolini cayó y el nuevo Gobierno firmó el armisticio. Las tropas alemanas invadieron el país y rescataron a Mussolini, que fundó en el norte la República de Saló, Estado títere de los alemanes.

El 6 de junio, la gran operación conocida como el «Día D» comenzó el desembarco de Normandía, una gran operación aliada destinada a liberar Europa occidental. Protegidos por su superioridad aérea, miles de soldados y paracaidistas cruzaron el canal de la Mancha y llegaron a la costa francesa en agosto. Los Aliados frenaron la última contraofensiva, en las Ardenas, y a continuación se lanzaron sobre Alemania.

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