La Situación de Rusia en el Siglo XX
La Economía
A principios del siglo XX, Rusia seguía siendo un país predominantemente agrario. A pesar de la liberación de los siervos en 1861, la agricultura rusa se caracterizaba por su rudimentaria tecnología y su estancamiento productivo. La liberación de los siervos, además, se produjo a cambio de un alto precio que estos tuvieron que pagar a los señores y al Estado, lo que contribuyó a su precaria situación económica.
La estructura industrial del país era débil, basada principalmente en la extracción de materias primas como el carbón, el petróleo y el hierro. Las condiciones de vida de los obreros eran extremadamente duras, con largas jornadas laborales, bajos salarios y falta de protección social.
La Situación Política
La Autocracia Zarista
Desde el punto de vista político, Rusia a principios del siglo XX se caracterizaba por el gobierno absolutista de los zares. El zar ostentaba un poder ilimitado, concentrando en su persona todos los poderes del Estado. Su figura era considerada sagrada, presentándose como el representante de Dios en la tierra. Además, el zar era el jefe supremo del ejército, lo que le confería un control absoluto sobre las fuerzas armadas.
La Oposición a la Autocracia Zarista desde 1901
A partir de finales del siglo XIX y principios del XX, surgieron en Rusia numerosos partidos y movimientos políticos que se oponían a la autocracia zarista. Entre ellos destacan:
- Los Socialrevolucionarios: De tendencia izquierdista, abogaban por la revolución social y recurrían a métodos violentos, incluyendo atentados terroristas, para intentar derrocar al régimen zarista.
- El Partido Constitucional-Demócrata (Partido Liberal Ruso): Integrado por intelectuales y sectores de la burguesía liberal, este partido buscaba una transición pacífica hacia una monarquía constitucional. Defendían la instauración de un sistema parlamentario, el reconocimiento de derechos y libertades civiles, y la realización de reformas sociales, incluyendo una reforma agraria que mejorase las condiciones de vida del campesinado.
- El Partido Socialdemócrata: De inspiración marxista, este partido se fundó en el Congreso de Minsk de 1898. Los socialdemócratas rusos daban prioridad a la organización del proletariado y a la lucha por sus derechos laborales. En 1903, el partido se dividió en dos facciones: los mencheviques, liderados por Julius Martov, que defendían una estrategia gradualista y la colaboración con la burguesía liberal; y los bolcheviques, liderados por Vladimir Lenin, que abogaban por la toma del poder por parte del proletariado mediante una revolución violenta.
La Sociedad
La sociedad rusa a principios del siglo XX estaba fuertemente estratificada, con una marcada desigualdad social y económica.
- La nobleza: Ocupaba una posición privilegiada en la Rusia zarista. Controlaba la mayor parte de la tierra y ocupaba los puestos más importantes en la administración pública y el ejército.
- El clero: La Iglesia Ortodoxa Rusa, estrechamente vinculada al régimen zarista, ejercía una gran influencia sobre la población. El zar era considerado el jefe de la Iglesia, lo que le confería un aura de legitimidad divina.
- Las clases medias: Eran muy reducidas en la Rusia de principios del siglo XX, debido al escaso desarrollo industrial y comercial del país.
- El campesinado: Constituía la inmensa mayoría de la población rusa. Los campesinos vivían en condiciones de pobreza y sometimiento, atados a la tierra y a los designios de la nobleza.
- Los obreros: Aunque minoritarios en términos demográficos, los obreros rusos comenzaron a organizarse a finales del siglo XIX y principios del XX, protagonizando numerosas huelgas y protestas en demanda de mejores condiciones laborales y derechos sociales.
La Revolución de Febrero de 1917
La Caída del Zar
La Revolución de Febrero de 1917 se inició con una huelga de obreros metalúrgicos y textiles en Petrogrado (San Petersburgo), la capital rusa. El 23 de febrero (8 de marzo según el calendario gregoriano), Día Internacional de la Mujer, se produjeron manifestaciones masivas de mujeres que pedían pan, paz y el fin de la autocracia. Los días 26 y 27 de febrero fueron decisivos: los soldados, hartos de la guerra y solidarizados con las protestas populares, se amotinaron y se unieron a la revolución. Ante la imposibilidad de controlar la situación, el zar Nicolás II abdicó el 2 de marzo (15 de marzo según el calendario gregoriano) a favor de su hermano, el Gran Duque Miguel Aleksándrovich, quien rechazó la corona. Con la abdicación del zar, la dinastía Romanov, que había gobernado Rusia durante más de tres siglos, llegaba a su fin.
Los Inicios del Gobierno Provisional
Tras la caída del zar, se formó un Gobierno Provisional integrado por miembros de la Duma (parlamento ruso) y representantes de los partidos liberales. El nuevo gobierno, presidido por el príncipe Gueorgui Lvov, se propuso instaurar un régimen democrático en Rusia. Entre sus primeras medidas, se encontraban la convocatoria de una Asamblea Constituyente que redactase una nueva constitución para el país, y la decisión de continuar la guerra contra Alemania y sus aliados. Sin embargo, el Gobierno Provisional era débil y tenía que hacer frente a la creciente influencia de los soviets, consejos de obreros, soldados y campesinos que habían surgido durante la revolución.
El Gobierno de Coalición
Ante la presión de los soviets, el Gobierno Provisional se vio obligado a incluir en su seno a representantes de los partidos socialistas. Sin embargo, la situación económica y social del país seguía deteriorándose, con una inflación galopante y una creciente escasez de alimentos. El 3 de julio de 1917, se produjo un levantamiento obrero en Petrogrado, conocido como las Jornadas de Julio, que fue brutalmente reprimido por el Gobierno Provisional. Tras este episodio, el príncipe Lvov dimitió y fue sustituido por Aleksandr Kérenski, un abogado y político socialrevolucionario.
El Gobierno de Kérenski
Kérenski formó un nuevo Gobierno de coalición que incluía a socialistas moderados y liberales. Sin embargo, el nuevo gobierno tuvo que hacer frente a la creciente oposición de la extrema derecha, que veía con recelo las reformas democráticas y la influencia de los soviets. En agosto de 1917, el general Lavr Kornílov, comandante en jefe del ejército ruso, intentó dar un golpe de Estado con el objetivo de instaurar una dictadura militar. El golpe de Kornílov fracasó gracias a la movilización de los obreros y soldados de Petrogrado, organizados por los bolcheviques. El fracaso del golpe de Kornílov debilitó aún más al Gobierno Provisional y allanó el camino para la Revolución de Octubre.
La Revolución de Octubre de 1917
Aprovechando la debilidad del Gobierno Provisional, los bolcheviques, liderados por Lenin y Trotsky, tomaron el poder en Petrogrado en la noche del 25 de octubre (7 de noviembre según el calendario gregoriano) de 1917. La toma del poder por parte de los bolcheviques, conocida como la Revolución de Octubre, marcó el inicio de la Guerra Civil Rusa y el establecimiento del primer Estado socialista del mundo.
La Guerra Civil Rusa (1918-1922)
Tras la Revolución de Octubre, Rusia se sumió en una cruenta guerra civil que enfrentó a los bolcheviques (rojos) con sus opositores, conocidos como los rusos blancos. Los bolcheviques, liderados por Lenin y Trotsky, contaban con el apoyo del campesinado pobre, los obreros industriales y una parte del ejército. Los rusos blancos, por su parte, agrupaban a una heterogénea coalición de fuerzas anticomunistas, incluyendo monárquicos, liberales, socialistas moderados y nacionalistas de las distintas regiones del antiguo Imperio Ruso. Los rusos blancos recibieron el apoyo militar y financiero de las potencias occidentales, que veían con recelo la instauración de un régimen comunista en Rusia.
La Guerra Civil Rusa fue un conflicto largo y sangriento que causó millones de muertos. Finalmente, los bolcheviques, gracias a su mejor organización, su férrea disciplina y el apoyo popular, lograron derrotar a los rusos blancos en 1922. Tras la victoria bolchevique, se estableció la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), un Estado federal socialista que se extendía por gran parte de la antigua Rusia zarista.
La Crisis de la Democracia en el Periodo de Entreguerras
Tras la Primera Guerra Mundial, la democracia como forma de gobierno entró en crisis en Europa y en otras partes del mundo. Esta crisis se vio agravada por la crisis económica de 1929 y el ascenso de los totalitarismos, como el fascismo y el comunismo.
Causas Externas
- El ascenso del comunismo: La Revolución Rusa de 1917 y la posterior creación de la URSS supusieron un desafío al orden liberal capitalista. El comunismo, con su promesa de una sociedad sin clases y su crítica al capitalismo, se convirtió en una alternativa atractiva para muchos trabajadores y intelectuales en todo el mundo.
- El auge del fascismo: En la década de 1920, surgieron en Europa movimientos políticos de extrema derecha que rechazaban la democracia liberal y abogaban por la instauración de regímenes autoritarios. El fascismo, que tuvo su origen en Italia con Benito Mussolini, se caracterizaba por su nacionalismo extremo, su anticomunismo, su culto al líder y su exaltación de la violencia. El fascismo se extendió rápidamente por Europa, llegando al poder en Alemania, España y Portugal, entre otros países.
Causas Internas
. -Tras la guerra se intenta volver al tradicional equilibrio entre los dos poderes pero cuesta mucho. -En estos países se identifica el sistema económico liberal con la forma política de la democracia, de esa manera, cuando la economía vaya mal, se echa la culpa al sistema político. -Dos tipos de movimientos políticos, amenazan la estabilidad del funcionamiento democrático en estos países de larga tradición democrática. -Por un lado el ascenso de partidos fascistas que piden la supresión de los parlamentos, gobiernos fuertes, un nacionalismo exacerbado y la intolerancia para acabar con los comunistas que son la amenaza del sistema. -Por otro la consolidación de partidos comunistas que son partidarios de la conquista del poder político a través de la revolución y tratan de frenar el ascenso del fascismo.
-Tras la crisis económica de 1929 los gobiernos de la Europa del norte y del oeste van a intentar frenar el ascenso de los partidos obreros -En el sur y este no será posible esto y los distintos países van a ir deslizándose hacia formas de gobierno dictatoriales de corte más o menos fascista.