Evolución Política y Social de Al-Ándalus en la Edad Media

Evolución política de al-Ándalus

Aprovechando la crisis interna del reino visigodo, tropas musulmanas cruzaron el Estrecho de Gibraltar en el 711, iniciando la conquista de la Península Ibérica. Dirigidos por Tariq, derrotaron en la batalla de Guadalete al último rey visigodo, Rodrigo. En apenas 3 años, los musulmanes conquistaron la mayor parte de la Península, salvo las regiones montañosas de las zonas cantábrica y pirenaica.

La mayor parte de la Península se convirtió en una provincia del califato islámico. Al frente de este territorio se colocó a un emir que actuaba como delegado del califa omeya de Damasco. Las incursiones musulmanas hacia el norte fracasaron en Covadonga (722) y Poitiers (732).

A mediados del siglo VIII, la dinastía omeya fue víctima de la revolución abasí, familia que se adueñó del califato. Abderramán I se refugió en al-Ándalus, donde se proclamó emir (756). Comenzaba así el Emirato Independiente (756-929). Abderramán siguió reconociendo al califa abasí como líder espiritual del mundo musulmán. Fijó su capital en Córdoba y fortaleció el poder real sobre las grandes familias nobles musulmanas.

En el 929, Abderramán III decidió proclamarse califa. Comenzaba así el Califato de Córdoba (929-1031).

Al-Ándalus: la crisis del siglo XI y los reinos de Taifas

A finales del siglo X, Almanzor se hizo con el poder efectivo en al-Ándalus. Mientras, Hisham II vivía recluido sin ejercer el poder político. Almanzor organizó terroríficas campañas contra los cristianos del norte peninsular. Su muerte en el año 1002 abrió en al-Ándalus una etapa de fragmentación y disputa. En menos de treinta años, nueve califas se sucedieron en el trono. El califato de Córdoba desapareció en el año 1031.

Surgió un mosaico de pequeños reinos, llamados de Taifas. Las Taifas de Almería, Murcia, Alpuente, Arcos, Badajoz, Carmona, Denia, Granada, Huelva, Morón, Silves, Toledo, Tortosa, Valencia y Zaragoza se independizaron del poder de Córdoba. El califato se fragmentó en 27 reinos de Taifas. Los débiles fueron anexionados por los poderosos. Las Taifas entregaban parias.

El avance de la reconquista culminó con la conquista de Toledo en el año 1085. Los cristianos procedieron a la ocupación paulatina de los territorios que habían estado bajo el poder musulmán. Hubo periodos en los que la unidad andalusí pudo reconstruirse. El impulso vino del norte de África, con invasiones de los almorávides y los almohades. A partir de la derrota de estos últimos en las Navas de Tolosa (1212), el avance cristiano fue imparable y la España musulmana acabó reducida al pequeño reino de Granada.

La organización económica y social en la Península Ibérica durante la Edad Media: al-Ándalus

Economía

Los musulmanes impulsaron el regadío y difundieron cultivos como los cítricos, el arroz, el algodón o el azafrán. Los cultivos principales siguieron siendo los cereales, la vid y el olivo. El descenso de la cabaña porcina por la prohibición coránica se compensó con el desarrollo del ganado ovino y equino. En la minería extraían plomo, cobre y oro. Se desarrolló la producción textil. La cerámica, las armas, la fabricación de papel y de vidrio, y el trabajo de las pieles y los metales preciosos tuvieron presencia en las ciudades de al-Ándalus.

El comercio se vio favorecido por dos tipos de monedas: el dinar de oro y el dírhem de plata. El comercio interior se efectuaba en el zoco, centros en los que se vendían productos de gran calidad. En los zocos había alhóndigas, centros que servían para almacenar mercancías. En el comercio exterior, al-Ándalus exportaba productos agrícolas, minerales y tejidos e importaba especias y productos de lujo de Oriente Próximo; pieles, metales, armas y esclavos de la Europa cristiana; y oro y esclavos negros procedentes del Sudán.

Sociedad

Los musulmanes desarrollaron ciudades ya existentes en los tiempos romano-visigodos y crearon ciudades nuevas, como Almería, Madrid o Calatayud. En la cúspide de la sociedad andalusí estaba la aristocracia, en su mayor parte integrada por familias de origen árabe, aunque también figuraban algunos linajes de ascendencia visigoda. Este grupo social poseía grandes dominios territoriales y ocupaba los altos puestos en la administración.

En el otro extremo de la sociedad se hallaban las clases populares, formadas por artesanos modestos y labriegos. Existió una clase media, formada esencialmente por los mercaderes. En al-Ándalus había esclavos procedentes de Europa oriental y del centro de África. Las mujeres eran inferiores a los hombres.

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