Revoluciones Burguesas: El Ascenso de la Burguesía
Las Revoluciones Burguesas fueron una serie de cambios radicales y violentos en las estructuras jurídico-políticas de diversos países, promovidos esencialmente por la burguesía. Estas revoluciones se extendieron por Europa a finales del siglo XVIII y parte del XIX, teniendo como base el liberalismo político definido por pensadores como Locke, Rousseau, Montesquieu y Voltaire.
Estas revoluciones supusieron:
- El paso de una sociedad estamental a una sociedad de clases.
- La transición de la monarquía absoluta al régimen liberal burgués.
- El cambio del concepto de súbdito al de ciudadano.
Se instauró la soberanía nacional, que implicaba la división de poderes y la garantía de derechos iguales para todos los ciudadanos a través de una constitución. Sin embargo, la representación política quedó limitada a la burguesía mediante un sistema censitario.
Entre los derechos fundamentales que se buscaban garantizar se encontraban:
- Propiedad
- Libertad
- Igualdad
- Seguridad
Revolución Americana: La Lucha por la Independencia
Causas y Desarrollo de la Guerra de Independencia
La Guerra de los Siete Años contra Francia (1756-1763) por el control de las colonias americanas puso de manifiesto la incompatibilidad entre el régimen político y económico impuesto por Gran Bretaña y las aspiraciones de las colonias americanas.
El gobierno inglés intentó aumentar los impuestos en las Trece Colonias, a lo que los colonos se opusieron firmemente. Diversos incidentes, como el Motín del Té de Boston de 1773, fomentaron la formación de asambleas políticas en las colonias para luchar por su independencia.
El proceso independentista tuvo lugar entre 1776 y 1783, iniciándose con la Declaración de Derechos de Virginia y la Declaración de Independencia (4 de julio de 1776). Las tropas americanas, dirigidas por George Washington, triunfaron sobre el ejército británico en la batalla de Yorktown (1781). La independencia de los Estados Unidos fue reconocida oficialmente en 1783 con la firma del Tratado de París.
Nuevo Orden Político
La Declaración de Derechos de Virginia estableció los principios de soberanía popular e igualdad entre el hombre y el gobierno, al que se le atribuía responsabilidad ante el pueblo.
La aprobación de la Constitución de los Estados Unidos en 1787 supuso la puesta en práctica de los principios del liberalismo político contemporáneo, estableciendo:
- Un sistema de gobierno federal.
- La división de poderes, tal como la promulgó Montesquieu, en:
- Ejecutivo: Presidente elegido por sufragio indirecto.
- Legislativo: Senado (representa a los estados de modo equitativo) y Cámara de Representantes (elección popular, pero con representación proporcional al peso demográfico del estado).
- Judicial: Tribunal Supremo.
El equilibrio de poderes establecido por la Constitución de los Estados Unidos se convirtió en un elemento clave para la estabilidad del nuevo país.
América hacia la Democracia: La Guerra de Secesión
El sistema político estadounidense se caracterizó por la influencia de la tradición política anglosajona y la ausencia de una sociedad del Antiguo Régimen que fuera necesario destruir. La igualdad era la tendencia más generalizada en el modelo político y social americano.
La evolución política de los Estados Unidos estuvo marcada por dos fuerzas:
- La construcción progresiva de la nación, definida por el individualismo.
- La polarización regional que se produjo a principios del siglo XIX, con un Norte industrializado, un Oeste agrario y una economía sureña dominada por la institución del esclavismo.
El punto de fricción entre ambas tendencias desembocó en la Guerra de Secesión (1861-1865). La construcción de la nación se vio afectada por el enfrentamiento entre federalistas y antifederalistas. El estallido de la guerra fue provocado por la elección del abolicionista Abraham Lincoln como presidente en 1860. Finalmente, las tropas de la Unión (Norte) resultaron victoriosas.
Revolución Francesa: El Fin del Antiguo Régimen
La Revolución Francesa comenzó en 1789 con la reunión de los Estados Generales. Su objetivo era la transformación de la sociedad francesa, aún anclada en el Antiguo Régimen. Este evento se considera el punto de partida de la época contemporánea.
Causas de la Revolución
En la década de 1780, la Francia de Luis XVI atravesaba graves problemas financieros debido a los elevados gastos de la Corona y las continuas guerras contra Gran Bretaña. Para hacer frente a la crisis, el Estado intentó aumentar los impuestos sobre el comercio y los artículos de primera necesidad.
Esta situación generó un gran descontento social. La Corona se vio obligada a plantearse la posibilidad de imponer tributos a la nobleza y al clero, quienes se negaron a pagar. Algunos miembros de estos estamentos argumentaron que solo los representantes auténticos de la nación tenían el poder de aprobar una reforma fiscal y reclamaron la reunión de los Estados Generales. El rey accedió a convocar la asamblea en 1789 en el Palacio de Versalles.
Fases de la Revolución
1789-1791: Asamblea Nacional Constituyente y Monarquía Constitucional
Los representantes del Tercer Estado (burguesía, campesinos y trabajadores) exigieron que cada diputado tuviera derecho a un voto, en lugar de votar por estamento. Su petición fue rechazada, por lo que abandonaron la reunión y formaron la Asamblea Nacional Constituyente. A ellos se unieron miembros progresistas de la nobleza y el clero.
Reunidos en una sala donde se practicaba el juego de pelota, juraron no separarse hasta dotar a Francia de una constitución. Este momento se conoce como el Juramento del Juego de Pelota. La Asamblea se proclamó representante de la nación y se arrogó la soberanía frente al rey. Este, asustado, reunió tropas en el Palacio de Versalles.
El 14 de julio de 1789, el pueblo de París asaltó la Bastilla, liberando a los presos políticos. La burguesía se hizo con el control del Ayuntamiento de París y creó la Guardia Nacional para defender la revolución. En este periodo se quiebran las estructuras políticas y sociales del Antiguo Régimen.
Medidas adoptadas por la Asamblea:
- 1789: Abolición del feudalismo y proclamación de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano.
- 1790: Aprobación de la Constitución Civil del Clero.
- 1791: Aprobación de la Constitución.
La Constitución de 1791 sentaba las bases de un sistema político basado en la división de poderes y una monarquía constitucional sometida al poder legislativo. El poder ejecutivo recaía en el monarca, quien podía elegir a sus ministros pero no podía convocar o disolver la Asamblea ni vetar leyes. El preámbulo de la Constitución era la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. El sistema electoral era censitario. La Iglesia Católica fue reformada y se aprobó la Constitución Civil del Clero, por la que quedaba despojada de gran parte de su poder e influencia.
En este periodo surgieron dos grupos políticos principales:
- Derecha: Partidaria de la monarquía.
- Izquierda: Partidaria de profundizar la revolución. A su vez, la izquierda se dividió en:
- Girondinos: Liderados por Brissot, a favor de un mayor poder para las provincias y de exportar la revolución a través de la guerra.
- Jacobinos: Liderados por Danton y Robespierre, partidarios de la centralización política.
1792-1795: La Convención
A partir de abril de 1792, Francia entró en guerra con las viejas monarquías europeas. Los girondinos no pudieron evitar la sublevación popular de agosto de 1792, tras la cual se proclamó la República y se convocó una Convención elegida por sufragio universal masculino. Esta asamblea se encargó de elaborar una nueva constitución.
Los jacobinos, liderados por Robespierre, se hicieron con el poder con el apoyo de los sans-culottes y la Comuna de París. Esta época se conoce como el Terror.
La Constitución de 1793 establecía una república popular con sufragio universal masculino. El poder recaía en un Consejo de 24 miembros controlados por la Asamblea Legislativa. El gobierno se caracterizó por su radicalismo, llevando a cabo medidas como:
- Control de precios y salarios.
- Confiscación de bienes de la nobleza.
- Reforma agraria.
- Creación de un ejército nacional.
Se creó un Tribunal Revolucionario para juzgar a los enemigos de la revolución. En febrero de 1794, las crisis internas y las guerras provocaron la caída de los jacobinos y el inicio de la Reacción Termidoriana.
1795-1799: El Directorio
Tras el golpe de estado de Termidor, se instauró una república burguesa. Se produjo un retorno a los principios de 1789 y a un liberalismo moderado. Esto se reflejó en la Constitución de 1795, que mantenía el sufragio censitario pero dividía el poder legislativo en dos cámaras. El poder ejecutivo se atribuía a un Directorio elegido por las cámaras y formado por cinco miembros.
En 1799, Napoleón Bonaparte dio un golpe de estado y se hizo elegir Primer Cónsul, sin suprimir la República.
El Imperio Napoleónico (1799-1815)
Napoleón Bonaparte, tras ser nombrado Primer Cónsul en 1799, se convirtió en Cónsul Vitalicio en 1802 y finalmente en Emperador en 1804. Creó un nuevo sistema político que combinaba ideas revolucionarias con un estilo personalista y autoritario.
Napoleón consolidó la mayoría de las conquistas revolucionarias en la sociedad francesa. Su vertiente jacobina se puso de manifiesto en medidas como:
- Código Civil de 1804: Ratificaba la igualdad ante la ley.
- Administración profesionalizada y controlada por el gobierno.
- Firma del Concordato con la Iglesia (1801).
- Creación del Banco de Francia y establecimiento del franco como moneda nacional.
- Creación de un sistema educativo centralizado.
Napoleón también exportó los principios revolucionarios a otros países europeos a través de las guerras. Su ejército, convertido en una máquina invencible, demostró su superioridad desde 1799 hasta 1813. Sin embargo, fue derrotado por la superioridad naval británica en 1813. Regresó a Francia en 1814 y reorganizó sus fuerzas en el Imperio de los Cien Días, pero fue derrotado definitivamente en Waterloo en junio de 1815 y desterrado a la isla de Santa Elena.
La Restauración: El Intento de Regreso al Pasado
La derrota de Napoleón abrió el camino a un intento de retorno a las posiciones políticas del Antiguo Régimen. La corriente ideológica más relevante de este periodo fue el tradicionalismo, basado en la tradición, la autoridad y la religión. De forma paralela, surgió el legitimismo, que defendía el poder de las monarquías desplazadas por Napoleón.
En Francia, Luis XVIII promulgó una Carta Otorgada donde reconocía algunos derechos políticos y establecía un sistema bicameral con atribuciones limitadas. En el Imperio Austríaco, Rusia y España se restauró el Antiguo Régimen. Gran Bretaña mantuvo su sistema parlamentario.
En el Congreso de Viena (1814-1815), las potencias aliadas, bajo la dirección del canciller austriaco Metternich, reorganizaron el mapa político de Europa bajo cuatro principios:
- Legitimidad: Los monarcas legítimos fueron entronizados de nuevo en sus países.
- Equilibrio territorial: Se buscó un equilibrio de poder entre las potencias, creando y ampliando estados-tapón.
- Responsabilidad internacional: Las potencias se comprometían a mantener la paz y la seguridad en el continente.
- Derecho de intervención: Las potencias se arrogaban el derecho a intervenir en otros países para sofocar revoluciones o mantener el orden establecido.
Este nuevo orden se plasmó en un sistema de alianzas y congresos conocido como la Europa de los Congresos. Surgieron la Santa Alianza (Prusia, Rusia y Austria) y la Cuádruple Alianza (Santa Alianza más Gran Bretaña).
Oleadas Revolucionarias del Siglo XIX
Liberalismo Doctrinario
Las experiencias revolucionarias, las crisis económicas y el creciente descontento popular hicieron temer a las élites liberales las consecuencias de una nueva revuelta popular que llevara al poder a los más desfavorecidos. Por otro lado, la resistencia de los grupos dominantes obligó a los liberales a pactar y encontrar fórmulas políticas de compromiso que otorgaran estabilidad a los nuevos regímenes.
Esta ideología recibió el nombre de liberalismo doctrinario, que buscaba un equilibrio entre orden y libertad, y entre prudencia y progreso. El liberalismo doctrinario era partidario de un gobierno representativo de las élites, una monarquía constitucional, un parlamento bicameral y un sistema de elecciones censitario.
Oleadas Revolucionarias de 1820-1830
Entre 1815 y 1848 se produjeron tres grandes oleadas revolucionarias que afectaron a Europa y América, inspiradas en los principios de la Revolución Francesa. Los revolucionarios tenían en común la oposición al sistema de la Restauración y el rechazo a las monarquías absolutas.
Revoluciones de 1820
Las revoluciones de 1820 se concentraron en el área mediterránea europea: España, Reino de Nápoles y Grecia. Aunque en España se logró imponer una monarquía constitucional, la revolución fracasó debido a la intervención de las vecinas monarquías absolutas. Solo en Grecia triunfó el movimiento independentista, apoyado por Gran Bretaña, que logró su independencia del Imperio Otomano en 1829 tras diez años de guerra. Las sociedades secretas, como la masonería, jugaron un papel importante en la organización de estas revoluciones.
Revoluciones de 1830
Las revoluciones de 1830 afectaron a toda Europa, pero su principal foco fue Francia. En París, las protestas populares provocaron la destitución del monarca Carlos X y la instauración de un régimen político liberal en la persona de Luis Felipe de Orleans. Este nuevo régimen se basó en el liberalismo doctrinario.
Otros lugares donde se produjeron revoluciones fueron:
- Bélgica: Se independizó de los Países Bajos.
- España y Portugal: Se instauraron monarquías liberales.
- Gran Bretaña: Se aprobó una reforma electoral que duplicó la población con derecho a voto.
En Europa Central y Oriental, las revoluciones no tuvieron éxito.
El Nacionalismo: La Fuerza de la Identidad
El nacionalismo es un movimiento intelectual y político que surge cuando un grupo de personas toma conciencia de pertenecer a una entidad que comparte una herencia histórica y cultural común, que se identifica con un espacio geográfico determinado y que tiene derecho a formar un estado propio.
Su desarrollo se produjo con la Revolución Francesa y el triunfo del Romanticismo. La nación se convirtió en el lugar de encuentro de todos aquellos que luchaban contra el absolutismo político.
Se distinguen dos tipos de nacionalismo:
- Voluntarista: Progresista y de raíz liberal. Defendía que la nación se basaba en la voluntad de los ciudadanos de vivir juntos y compartir un destino común. Su principal teórico fue Giuseppe Mazzini.
- Tradicionalista: De orientación conservadora. Defendía que las naciones no se basaban en la voluntad de los pueblos, sino que existían previamente como realidades objetivas e ineludibles. Sus principales defensores fueron Herder y Fichte.
Los nacionalismos también pueden ser:
- Integradores: Pretendían atraer a los ciudadanos hacia símbolos comunes para crear grandes estados.
- Desintegradores: Desestabilizaron a grandes estados tradicionales desde regiones más pequeñas que buscaban su independencia.
El economista alemán Friedrich List fue el principal representante del nacionalismo económico, que defendía que la nación debía ser un espacio económico idóneo para el crecimiento de la riqueza.
Revoluciones de 1848
Las revoluciones de 1848 estuvieron marcadas por las reivindicaciones de los trabajadores urbanos, que tras años de crisis económica reclamaban derechos y libertades más radicales. En Francia, la revolución de febrero tuvo un carácter democrático y socialista. Se derrocó a la monarquía liberal de Luis Felipe de Orleans y se proclamó la Segunda República, que aunque tuvo una corta duración, logró importantes conquistas sociales. El golpe de estado de Napoleón III en 1851 abrió el periodo del Segundo Imperio Francés.
Los movimientos revolucionarios de corte nacionalista tuvieron su mayor expresión en diversos territorios del Imperio Austríaco.
Unificación de Italia
Tras la ocupación napoleónica, se despertó en Italia el deseo de un estado unitario, apoyado por el Risorgimento, un movimiento intelectual y cultural que buscaba la resurrección de Italia como nación. El principal promotor de la unificación fue el conde de Cavour, primer ministro del Reino de Piamonte-Cerdeña. La unificación se logró en la década de 1860 en varias fases, culminando con la proclamación del Reino de Italia en 1861.
Unificación Alemana
Alemania vivió un primer intento de unificación con la revolución de 1848, pero fracasó. La unificación se desarrolló más tarde en torno a Prusia, dirigida por el canciller Otto von Bismarck. Bismarck llevó a cabo una política de»hierro y sangr» que culminó con la unificación alemana en 1871 tras la victoria en la guerra franco-prusiana. La unidad alemana desembocó en la constitución de un imperio bajo la hegemonía de Prusia, conducido hasta 1890 por Bismarck y caracterizado por la construcción de un estado fuerte y autoritario.