CARLOS V: El imperio
El Auge del Imperio
El siglo XVI presenció el declive de los poderes medievales: el Imperio y el Papado. Las monarquías nacionales se fortalecieron gracias a ejércitos, administraciones y haciendas más complejas y poderosas. La Reforma y la ruptura de la unidad religiosa cristiana acentuaron la individualidad de los estados europeos.
El Reinado de Carlos I de España
Tras la muerte de Isabel la Católica, la fragilidad de la monarquía hispánica se hizo evidente. Fernando, en su primera regencia, entró en conflicto con su yerno Felipe el Hermoso. La Concordia de Salamanca intentó una solución: reinarían conjuntamente Juana, Fernando y Felipe. Sin embargo, las diferencias entre Felipe y Fernando llevaron a este último a retirarse a Aragón.
Juana la Loca fue proclamada reina en 1506, pero su esposo la suplantó. Felipe falleció meses después y Fernando regresó de Nápoles para hacerse cargo del reino.
La unión personal castellano-aragonesa casi se rompe con el segundo matrimonio de Fernando con Germana de Foix. Al no tener descendencia, ambas coronas pasarían a Carlos I, hijo de Juana la Loca y Felipe el Hermoso.
La Regencia del Cardenal Cisneros
El Cardenal Cisneros asumió la regencia de Castilla tras la muerte de Fernando el Católico (1516) hasta la mayoría de edad de Carlos I. Su política se centró en someter a nobles rebeldes y sofocar la intención de Navarra de separarse. En el exterior, se enfrentó al corsario Barbarroja.
La Idea Imperial de Carlos V
A medida que Carlos recibía sus herencias, se configuraba una idea imperial: la monarquía absoluta. Esta idea se fortaleció tras su elección como Emperador del Sacro Imperio en 1519, aunque sin el apoyo de otros reyes europeos ni del Papa.
Figuras cercanas a Carlos V, como Gattinara o Adriano de Utrecht (futuro Papa), veían en él a un pacificador cristiano. Intelectuales como Erasmo de Rotterdam compartían esta visión.
Carlos V era un monarca cosmopolita sin capital fija ni residencia permanente. Su imperio era un conglomerado de reinos con leyes e instituciones propias, unificados bajo su figura. La idea de un imperio universal se desvaneció y Carlos V tuvo que defender su patrimonio de enemigos externos.
Conflictos y Retos
La Revuelta de las Comunidades de Castilla
El inicio del reinado de Carlos en España estuvo plagado de dificultades. Al llegar en 1517, no hablaba castellano y venía acompañado de cortesanos flamencos que obtuvieron cargos y rentas. Además, Carlos solicitó subsidios para costear su dignidad imperial. Esto provocó la Revuelta de las Comunidades de Castilla (1520-1522).
Liderada por la pequeña nobleza, las capas medias y sectores populares urbanos, con Juan Bravo, Maldonado y Padilla a la cabeza, la revuelta exigía:
- Reducción de impuestos.
- Fin de la salida de moneda castellana.
- Protección de la industria textil.
- Exclusión de extranjeros de cargos políticos.
- Monarquía menos autoritaria.
- Mayor papel de las Cortes.
El núcleo de la revuelta se situó en las dos Mesetas. Los comuneros ofrecieron el trono a Juana la Loca, pero su incapacidad mental llevó a la alta nobleza a unirse a Carlos V.
En Villalar (Valladolid), las tropas comuneras fueron derrotadas (1521) y sus líderes ejecutados. La nobleza se fortaleció junto a la monarquía, mientras que la burguesía se debilitó.
La Revuelta de las Germanías
Paralelamente, la Revuelta de las Germanías (1516-1523) estalló en Valencia y Mallorca. Esta revuelta, con un fuerte componente social, estaba protagonizada por las Germanías, hermandades armadas de gremios que se defendían de los ataques de piratas berberiscos.
Los agermanados pedían:
- Control de los gremios sobre los municipios.
- Abolición de la jurisdicción señorial.
- Abolición de impuestos feudales.
La revuelta se extendió al campo con un carácter antiseñorial. Sin embargo, los movimientos perdieron cohesión y las tropas imperiales, junto a la nobleza local, controlaron la situación.
Consolidación del Poder de Carlos V
Tras sofocar las revueltas, el poder de Carlos V se vio reforzado. Emprendió una política exterior basada en la idea imperial, apoyándose en la Corona de Castilla para obtener recursos económicos y humanos para sus campañas contra Francia, el Imperio Otomano y los protestantes alemanes.
Las Guerras y Desafíos del Imperio
Las Guerras contra Francia
Francisco I de Francia, rival de Carlos V por el título imperial, se alió con otomanos, piratas berberiscos y príncipes alemanes para contrarrestar el poderío imperial. Carlos V contó con el apoyo intermitente de Enrique VIII de Inglaterra, mientras que los estados italianos oscilaban entre ambos bandos.
Se sucedieron seis guerras en la península Itálica, donde Carlos V obtuvo importantes victorias militares, como la de Pavía (1525), en la que capturó a Francisco I. En el Tratado de Madrid, Francisco I se comprometía a devolver territorios a cambio de su libertad.
El Papa, temeroso del cesarismo de Carlos V y la invasión de los Estados Pontificios, se alió con Francia. Finalmente, Carlos V logró el control estratégico del Ducado de Milán y el apoyo de Génova, convirtiendo a España en la potencia hegemónica de Italia.
La Lucha contra el Islam
El siglo XVI presenció el apogeo del Imperio Otomano bajo Solimán el Magnífico. Los ejércitos turcos asediaron Viena, y la flota turca, aliada con piratas berberiscos, asolaba las costas mediterráneas de Carlos V.
Aunque la conquista de Túnez fue un éxito, Carlos V no logró contrarrestar el poder otomano.
El Conflicto con los Protestantes
. Con el estallido de la reforma promovida por la tesis de lutero, en pleno corazon del sacro del imperio romano germanico, la unidad cristiana que hasta ahora reinaba en europa, se vio amenazada. esto supuso un peligroso reto para carlos v, quien se mostro partidario de llegar a un compromiso entre protestante y catolicos, pero muchos principes alemanes percibieron en la reforma una oportunidad de desligarse de la autoridad del emperador y apoderarse de las posesiones de la iglesia catolica. la convocatoria de su concilio se atraso demasiado, pero finalmente, en 1545 se inicio el concilio de trento, sin embargo los protestantes ya habian roto la iglesia catolica y los principes alemanes habian constituido la liga esmacalda. carlos v decidio ir a guerra y sus tropas derrotaron a los protestantes en la batalla de Mühlberg(1547) sin embargo la victoria no supuso la restauracion del catolicismo, ni el emperador pudo imponer su autoridad politica. al final, con sus recursos agotados, carlos v tuvo q firmar la paz de augsburgo (1555) por la que se reconocia oficialmente el protestantismo del imperio(libertad religiosa de los principes en su territorio)