Frente Popular: Texto
El siguiente documento se trata de una fuente primaria sobre el acuerdo entre los diferentes partidos de la izquierda para las elecciones de febrero de 1936. Es, por tanto, de naturaleza política, en forma de manifiesto. El autor es colectivo, tratándose del Frente Popular, una coalición de partidos de izquierdas citada en el propio documento que adquirieron este nombre inspirándose en la coalición que ya se había creado en Francia bajo el mismo nombre y que en ese momento estaba en el gobierno en ese país.
En cuanto al destinatario, es público, ya que se trata de un texto dirigido a los electores que deben decidirse entre distintas opciones políticas. La finalidad, pues, del documento es la de dictar las bases en las que quedaría sustentado el gobierno dirigido por el Frente Popular en el caso de ganar las elecciones a las que se presentaban tras crear esta coalición de partidos.
El momento en el que se sitúa el documento se corresponde con las elecciones celebradas en febrero de 1936, de las cuales el Frente Popular saldría vencedor, tomando así el gobierno que sería dirigido por los partidos republicanos, apoyados en el Parlamento por los partidos de las clases obreras.
Hasta este momento de elecciones y desde 1934 se había desarrollado en España lo que se conoce como bienio negro en manos de Lerroux y su sucesor, Ricardo Samper e Ibáñez. Las elecciones del 36 son convocadas cuando la izquierda está mejor organizada y unificada, mientras que en el caso de las derechas es al contrario, pues habían perdido el gobierno a consecuencia de una serie de escándalos de corrupción, lo que había agravado las diferencias en el interior de la coalición gubernamental (radical-cedista).
El gobierno que se establecerá a partir de febrero de 1936 estará dirigido por los republicanos de izquierda (Manuel Azaña), con el apoyo en el Parlamento. El tema expuesto por el documento sería la llegada a unos acuerdos básicos por parte de las formaciones nombradas en el mismo, así como un llamamiento a otras fuerzas políticas y sociales para unirse a la coalición.
Podemos hacer una división del texto en distintas partes. El autor emplea un tono de subjetividad, puesto que, al tratarse de un programa electoral, debe incidir sobre la opinión popular convenciendo de que sus ideas de gobierno son las mejores, para lo cual aporta también opiniones, intenciones y argumentos personales.
El documento es de gran importancia, puesto que se trata del programa electoral del «partido» (en este caso, coalición de partidos) que ganará las elecciones de 1936, por lo que en este fragmento del programa aparecen algunas de las medidas reformadoras que pretendían y que llevaron a cabo. De este modo, se convirtió en la fuerza ganadora y estableció un nuevo gobierno liderado por Manuel Azaña, que subió al poder sustituyendo al anterior Presidente de la República, Alcalá Zamora, y formado exclusivamente por republicanos, con el apoyo de socialistas y del resto de partidos en el Parlamento.
Inmediatamente después de la victoria del Frente Popular, comenzaron a aplicarse los acuerdos del pacto (la reanudación de la reforma agraria, la amnistía, el restablecimiento de la Generalitat de Cataluña e inicio de conversaciones en Galicia y País Vasco, etc.). El nombramiento de Azaña (presidente del gobierno de 1931 a 1933 y durante 1936) fue una primera señal de debilidad; era el hombre más adecuado para llevar a cabo el programa reformista apoyado por el ala más moderada del socialismo, pero su nombramiento como Presidente de la República, en sustitución de Alcalá Zamora (de 1936 a 1939), provocó la pérdida de sus poderes ejecutivos.
La situación terminó por hacerse cada vez más tensa. Las derechas, que cada vez mostraban una mayor defensa del autoritarismo, se dedicaron a boicotear las medidas reformistas del Gobierno, al mismo tiempo que la izquierda más radical soñaba con unos anhelos revolucionarios que impedían serenar los propósitos reformistas del Gobierno. Ambas cosas eran de extraordinaria gravedad, pero el principal peligro venía de una derecha cercana al fascismo que no estaba dispuesta a asumir ninguna reforma.
Esto hizo que la derecha fuera preparando minuciosamente un alzamiento militar, a la vez que la izquierda radical le fue abonando el terreno. De este modo, lo que pudo haber sido un freno al fascismo y un nuevo intento de modernización de España se fue al traste por los extremismos, desembocando en los asesinatos del teniente Castillo y de Calvo Sotelo, en el «Alzamiento» del 17 de julio, y en la posterior sublevación del 18 de julio que dio inicio a la Guerra Civil española, preludio de la Segunda Guerra Mundial.