El Desmembramiento de África
La Expansión Colonial Europea
Fue en el continente africano, escasamente poblado antes del siglo XIX, donde de una forma más evidente se llevó a cabo este nuevo tipo de ocupación colonial. A principios del siglo XIX, los europeos solo disponían en África de factorías costeras o de pequeñas colonias. Así, en la segunda mitad del siglo, exploradores y misioneros recorrieron África y se internaron por las cuencas de los ríos Níger y Nilo, y por las tierras de África central.
A partir de 1870, las expediciones aumentaron y las potencias europeas, sobre todo Gran Bretaña y Francia, se lanzaron a conquistar y colonizar el continente. El proyecto británico trató de conectar el norte con el sur de África mediante el ferrocarril, con el objetivo de dominar la fachada oriental del continente y controlar el océano Índico. Obtuvo algunos de los mejores territorios.
El proyecto francés pretendía ejercer el dominio de una franja que se extendía en sentido este-oeste. Dominó el norte de África (Marruecos y Túnez) y se extendió hacia Sudán, donde acabaría enfrentándose con los británicos. A la rivalidad entre Francia y Gran Bretaña se añadió la acción del rey de Bélgica, Leopoldo II. Por último, los comerciantes alemanes se instalaron en África central y esa área se convirtió en una zona de conflicto entre las potencias europeas. Ante esta situación, el canciller alemán Bismarck convocó una Conferencia Internacional en Berlín.
La Conferencia de Berlín y sus Consecuencias
Como resultado, se elaboró un acta que estipulaba algunas condiciones para la expansión colonial en África: garantizaba la libre navegación por los ríos Níger y Congo y establecía los principios para ocupar los territorios africanos por parte de la metrópoli.
En los años posteriores, otros Estados europeos penetraron en África. Se añadieron los intereses alemanes y los portugueses. Finalmente, países como Italia y España también pugnaron por conseguir pequeños territorios. A partir de ese momento, el choque entre intereses imperialistas se hizo inevitable y los enfrentamientos se sucedieron. El primer conflicto fue la guerra de los bóers, que se desarrolló en dos fases. Ambas enfrentaron al Reino Unido con los colonos holandeses, llamados bóers. La noticia de que se habían encontrado importantes minas en el Transvaal fue el motivo que impulsó a los británicos a invadir esas pequeñas repúblicas. Al cabo de varios años de guerra, los territorios bóers fueron anexionados al Imperio Británico. Un segundo conflicto enfrentó a Francia y Gran Bretaña y se desarrolló en Fachoda. Ambos ejércitos coincidieron allí para ocupar la zona y la guerra estuvo a punto de estallar. Finalmente, los franceses cedieron y se retiraron del territorio.
La Ocupación de Asia
La Penetración Europea en Asia
En el siglo XIX se produjo la penetración europea en Asia; intervinieron no solo las grandes potencias coloniales tradicionales, sino también otras nuevas. La colonización británica se concentró en la zona de la India. Tras las revueltas de los cipayos en 1857, el gobierno británico asumió directamente el control de la India y estableció un virrey. Las reformas administrativas, económicas, sociales y militares hicieron de esa colonia la más clara muestra del esplendor del poder británico, y la reina Victoria fue proclamada emperatriz de la India. Para poder garantizar una zona de seguridad alrededor de su colonia, los ingleses tuvieron que rivalizar con Francia para anexionarse Birmania.
La expansión francesa tuvo su centro en Indochina, lo que dio lugar a una serie de conflictos en Asia suroriental. Francia, presente en la Cochinchina desde 1858, fue anexionándose toda la región del Mekong y estableció un protectorado sobre Camboya. Asimismo, después de una guerra con China, implantó protectorados en Annam y Tonkín. En el año 1887, Francia creó la Unión Indochina, a la que se unió el reino de Laos.
En el siglo XIX, el imperio ruso continuó su expansión hacia Siberia y hacia el sur. En esta zona llegó hasta los límites del Imperio británico en la India, con el que mantuvo un importante litigio por el control de Persia y Afganistán y del Tíbet. También surgieron rivalidades territoriales con China y en 1904-1905 se produjo la guerra ruso-japonesa.
China no fue ocupada por ningún país, aunque los europeos consiguieron, a principios del siglo XIX, establecer algunos enclaves comerciales. Los ingleses equilibraban las compras de té y seda chinos con la venta del opio. Más adelante, el gobierno chino prohibió la entrada del opio, pero los ingleses continuaron vendiéndolo; esto provocó las guerras del opio, gracias a las cuales el gobierno británico consiguió el enclave de Hong Kong y la apertura de puertos al comercio. Se produjo un verdadero asalto a China.
De la Crisis de 1917 al Fin de la Guerra
El Desenlace de la Primera Guerra Mundial
Por un lado, un sentimiento de desengaño y frustración recorrió Europa. La guerra parecía interminable. Las protestas se generalizaron: huelgas en Gran Bretaña, Francia e Italia, críticas a la mala gestión de los Estados Mayores del ejército y motines y deserciones en el frente. El estallido de la Revolución rusa y la subida de los bolcheviques al poder provocaron un enorme cambio en la situación. El nuevo gobierno soviético pidió un armisticio, abandonó la contienda y firmó, en marzo de 1918, el Tratado de Brest-Litovsk con los imperios centrales. Rusia abandonó Ucrania, varios países bálticos y cedió otros territorios.
En el año 1918 se produjo el desenlace definitivo del conflicto. En el frente de los Balcanes, entre septiembre y octubre de 1918, británicos, franceses e italianos derrotaron, respectivamente, a turcos, búlgaros y austriacos. El imperio otomano, y después el austrohúngaro, pidieron armisticios y los combates cesaron en todas las fronteras del este. Los checos anunciaron su intención de formar un Estado propio y Hungría rompió todos sus vínculos con Austria, mientras los croatas proclamaban su independencia. Por fin, el 3 de noviembre, el Imperio austriaco se rindió y su emperador abdicó.
En el frente oeste, los alemanes aprovecharon la retirada rusa para iniciar una serie de ofensivas. Pero los aliados reorganizaron sus ejércitos bajo un mando único y, fortalecidos por la ayuda estadounidense, obtuvieron una decisiva victoria que forzó la retirada del ejército alemán. Una revolución inspirada en el modelo ruso estalló en todo el país. Guillermo II abdicó; se proclamó la república y el nuevo gobierno, en manos del partido socialdemócrata alemán, firmó el armisticio el día 11. La Primera Guerra Mundial había terminado.
La Revolución de 1905 y los Intentos de Reforma
La Revolución de 1905
Durante el reinado de Nicolás II, iniciado en 1894, la agitación social y política aumentó como resultado de las malas condiciones de vida y del auge de la corrupción en la corte, que había caído bajo la influencia de personajes siniestros como el monje Rasputín. La penuria económica se había visto agravada en aquellos años por la derrota militar rusa en la guerra ruso-japonesa.
En enero de 1905 estalló un movimiento revolucionario contra la opresión zarista y las injusticias sociales. La revolución tuvo fuerza en San Petersburgo, con una manifestación ante el Palacio de Invierno, donde residía el zar, que fue reprimida por el ejército dando lugar al llamado Domingo Sangriento. En aquella participaron todos los grupos políticos opuestos al sistema y también parte del clero ortodoxo.
Las Reformas Posteriores
Después de la revolución de 1905, los gobiernos del zar Nicolás II emprendieron algunas tímidas reformas económicas y políticas. Se convocó una Duma y el ministro Stolypin propuso una reforma agraria.
La Guerra Civil y el Comunismo de Guerra
La Guerra Civil Rusa
Los defensores del viejo orden zarista iniciaron la resistencia armada. Dirigidos por una considerable parte del ejército zarista, de las antiguas clases privilegiadas y del campesinado propietario, estos partidarios del viejo orden acabaron llamándose rusos blancos por oposición a la Rusia roja o revolucionaria. Los rusos blancos eran fuertes en la zona este del país, incluida Siberia, y los territorios del norte, mientras los revolucionarios controlaban el centro de Rusia. Los bolcheviques entendieron que, frente a aquella amenaza, había que crear un verdadero ejército y su artífice fue León Trotsky. El Ejército Rojo se basaba en la disciplina. Se inició entonces una guerra civil que costó un elevado número de vidas y que sumió en la miseria y el hambre a millones de personas. El zar Nicolás II y su familia fueron ejecutados por los bolcheviques.
En los primeros meses, los blancos obtuvieron algunas victorias, pero a partir de finales de 1918, los éxitos del Ejército Rojo fueron creciendo y en 1921, tras la victoria en Ucrania, quedó vencedor en la guerra.
encedor en la guerra.