El Problema Agrario en la Segunda República Española

Contexto Histórico

Este texto, extraído del ensayo «Causas de la guerra de España» (1939) de Manuel Azaña, analiza el problema agrario que enfrentó la Segunda República Española. Azaña, destacado político y escritor, fue figura clave en el advenimiento de la República y ocupó cargos como Ministro de la Guerra y Presidente.

La Reforma Agraria: Una Necesidad

El texto destaca la obligación de la República de abordar el problema agrario, crucial dada la importancia de la agricultura en la economía española. Azaña presenta la República como la solución a problemas históricos como el religioso, regional y, especialmente, el de la propiedad agraria.

Origen del Problema

El texto señala la gran desigualdad entre el mundo urbano y rural como origen del problema. La opulencia de ciertos núcleos urbanos contrastaba con la miseria de aldeas sumidas en el atraso. Azaña describe los desequilibrios en la tenencia de la tierra:

  • Minifundios en el noroeste, incapaces de sostener al campesinado.
  • Latifundios improductivos en el sur y este, donde un solo propietario controlaba extensos territorios.

Esta situación generaba paro y braceros con salarios mínimos, sometidos a la inestabilidad laboral y la falta de acceso a la propiedad.

La Urgencia de la Reforma

Azaña argumenta que ningún gobierno responsable podía ignorar la gravedad del problema agrario. La reforma no era solo una cuestión social, sino también de modernización política. Para solucionar el paro en el campo, era imprescindible reformar las estructuras agrarias.

La Ley de Reforma Agraria de 1932

La Ley de Reforma Agraria, aprobada en 1932 tras intensos debates y la oposición de la derecha, buscaba:

  • Eliminar el latifundio.
  • Penalizar el absentismo.
  • Asegurar la productividad de la tierra.

La ley contemplaba la expropiación con o sin indemnización y el reparto de tierras a los campesinos. Se creó el Instituto de Reforma Agraria para gestionar el proceso.

Tensiones y Obstáculos

La lentitud del reparto generó tensiones, llevando a algunos campesinos a ocupar tierras y enfrentarse a las autoridades. El triunfo de la derecha en 1933 supuso una contrarreforma: se paralizó el proceso, aumentaron las indemnizaciones a los terratenientes y se devolvieron propiedades confiscadas.

El Impulso del Frente Popular

El Frente Popular, en 1936, reactivó la reforma con mayor celeridad, repartiendo miles de hectáreas a numerosos campesinos.

Conclusión

El problema agrario fue un tema central en la Segunda República. La reforma agraria, impulsada por la necesidad de justicia social y modernización, se convirtió en un eje de confrontación política, reflejando las profundas divisiones de la sociedad española.

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