1. La Revolución Rusa de 1917
1.1. El Contexto Prerrevolucionario
A comienzos del siglo XX, Rusia era un vasto imperio que se extendía hasta el océano Pacífico. Su sistema político era autocrático, con el zar concentrando todo el poder de forma autoritaria, apoyado en la Iglesia ortodoxa, el Ejército y una extensa burocracia. La economía era principalmente agraria, con una industrialización escasa. La sociedad presentaba graves desequilibrios: la tierra estaba en manos de la aristocracia y un reducido número de pequeños propietarios (kulaks), mientras que la mayoría de la población eran campesinos con condiciones de vida miserables, sometidos a un régimen casi feudal. El proletariado industrial, en desarrollo, carecía de derechos elementales.
Este descontento social originó corrientes de oposición al zarismo, entre las que destacaban los liberales, organizados en el Partido Constitucional Demócrata (каде́ты), y los marxistas, agrupados en el Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (POSDR). En 1912, el POSDR se dividió en dos facciones: los mencheviques (moderados) y los bolcheviques, liderados por Lenin. En 1905, una primera revolución forzó al zar a plantear reformas. El rechazo de los bolcheviques a estas medidas llevó a su revocación, pero la revuelta de 1905 sirvió como antecedente de la revolución de 1917.
1.2. La Revolución de Febrero y el Gobierno Provisional
La Primera Guerra Mundial agravó el descontento contra el zar. Los revolucionarios impulsaron la formación de sóviets (comités de obreros, soldados y campesinos) que exigían el fin de la guerra y reformas profundas. La revolución estalló en San Petersburgo en febrero de 1917. El zar Nicolás II abdicó, y se formó un gobierno provisional presidido por el príncipe Lvov, que convocó elecciones para una Duma (Parlamento).
En los meses siguientes, un nuevo gobierno dirigido por Kérenski intentó consolidar una república liberal y democrática. Su lentitud provocó el descontento popular, mientras que los bolcheviques ganaban apoyo en los sóviets, especialmente tras las Tesis de Abril de Lenin, que prometían: paz inmediata, distribución de tierras, colectivización de fábricas y respeto a las nacionalidades. El intento bolchevique de tomar el poder en julio provocó un giro conservador, el exilio de Lenin y el ascenso del general Kornílov, quien intentó un golpe de Estado. Este golpe fue frenado por los bolcheviques, con creciente apoyo popular, lo que permitió el regreso clandestino de Lenin.
1.3. La Revolución de Octubre y el Ascenso Bolchevique
El 25 de octubre (7 de noviembre en el calendario occidental), el sóviet de San Petersburgo, dirigido por Trotsky, asaltó el Palacio de Invierno, sede del gobierno provisional. Se formó un Gobierno de Comisarios del Pueblo, liderado por Lenin. Rápidamente, los bolcheviques tomaron el control. El nuevo gobierno implementó medidas revolucionarias: negociaciones de paz con Alemania, expropiación de tierras, control obrero de las fábricas, disolución de la Duma e instauración de una dictadura comunista.
1.4. La Guerra Civil y la NEP
Parte del país (mencheviques, liberales y zaristas, conocidos como «rusos blancos») se opuso a los bolcheviques. Apoyados por Francia y Reino Unido, se enfrentaron al Ejército Rojo, organizado por Trotsky. La guerra civil (1918-1921) concluyó con la victoria bolchevique, que impuso un severo «comunismo de guerra». La ruina económica obligó a Lenin a implementar la Nueva Política Económica (NEP), un sistema mixto que combinaba comunismo y libre comercio a pequeña escala, con resultados positivos.
En 1922, se formó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) con una estructura federal que, en la práctica, concentraba el poder en Moscú. La Constitución de 1924 otorgó el poder al Sóviet Supremo (Parlamento) y al Presidium, ambos controlados por el Partido Comunista, que instauró un sistema totalitario: la dictadura del proletariado.