El Reinado de Isabel II (1833-1868): Consolidación y Crisis del Liberalismo
4. Regencia de Espartero (1840-1843)
La suspensión de la Ley de Ayuntamientos y la disolución de las Cortes por los moderados, quienes ganaron las elecciones, provocaron la renuncia de Cristina a la regencia. Espartero asumió el cargo. Durante su mandato, se continuó desarrollando la Constitución y la desamortización. Espartero enfrentó numerosos problemas internos (con los progresistas) y externos (con los moderados), que conspiraron y dieron lugar al pronunciamiento fracasado de 1841. En 1842, tras el bombardeo de Barcelona, Espartero se vio impopularizado, lo que llevó al pronunciamiento del general Ramón María Narváez, quien tomó el poder. Las Cortes adelantaron la mayoría de edad de Isabel II a los 13 años para evitar una nueva regencia.
5. Década Moderada (1844-1854)
Bajo la batuta de los moderados, se consolidó el régimen liberal. Narváez, figura clave del moderantismo, lideró la elaboración de un nuevo marco constitucional, la normalización de las relaciones Iglesia-Estado y la reforma de la administración pública.
Constitución de 1845
Esta constitución establecía la soberanía compartida entre la Corona y las Cortes. La Corona obtuvo más prerrogativas que en la Constitución de 1837. Las Cortes se componían de dos cámaras: el Senado y el Congreso de los Diputados. Los senadores eran elegidos por el rey, mientras que los diputados se elegían por sufragio directo y censitario.
Concordato de 1851
Este acuerdo entre la Iglesia y el Estado supuso la reconciliación con Roma. La Santa Sede aceptó la desamortización y el patronato regio (el rey presentaba candidatos a obispos y el papa elegía). España reconoció el catolicismo como única religión, se comprometió a mantener el culto católico, pagando a los sacerdotes, y se implantó la educación religiosa.
Reformas Administrativas
- Centralización administrativa y burocratización de la política.
- Creación de la Guardia Civil para mantener el orden público.
- Disolución de la Milicia Nacional.
- Ley de Organización de los Ayuntamientos (elegidos por la Corona y alcaldes a dedo).
- Reforma del sistema tributario: todos pagaban impuestos, incluidos los privilegiados.
- Reforma de la instrucción pública: la educación se convirtió en un asunto de Estado.
- Modificación de la legislación electoral: sufragio censitario restringido.
- Elaboración del Código Penal.
Revolución de 1854 y Caída del Régimen Moderado
Debido a las fracciones internas del partido, el aumento de la corrupción y los escándalos financieros, en 1854 se produjo el pronunciamiento de O’Donnell («Vicalvarada»). O’Donnell redactó un manifiesto, con la ayuda de Cánovas del Castillo, justificando el pronunciamiento. Como consecuencia, la reina entregó el poder a Espartero, y O’Donnell formó la Unión Liberal.
5.2 Bienio Progresista (1854-1856)
Cuatro hechos marcaron este periodo:
- Constitución de 1856 (non nata): Aprobada por las Cortes, pero no promulgada, defendía la soberanía nacional y ampliaba los derechos ciudadanos.
- Ley de Desamortización General de 1855: Creada por Pascual Madoz, completaba la obra de Mendizábal, afectando principalmente al clero secular y los bienes municipales.
- Financiación de la primera construcción de la red ferroviaria con el dinero obtenido de la desamortización de Madoz.
- Ley Bancaria y Ley de Sociedades de Crédito: dieron lugar al sistema bancario español.
La fuerte conflictividad social (movimiento obrero) culminó en la huelga general de 1855 en Barcelona. Esta crisis social se trasladó al ámbito político, y Espartero fue sustituido por O’Donnell. Durante estos dos años, se consolidaron la opción democrática y el republicanismo. Los demócratas luchaban por el sufragio universal, mientras que los republicanos pretendían instaurar una república.
5.3 Desmoronamiento de la Monarquía Isabelina (1856-1868)
Isabel II entregó el poder a O’Donnell, a quien se lo retiró poco tiempo después por mantener la desamortización y la Ley de Ayuntamientos. Nombró a Narváez jefe de gobierno, quien suspendió la desamortización. Debido a una crisis de subsistencias, el gobierno de Narváez pasó a O’Donnell, líder de la Unión Liberal. Su gobierno fue el más estable del periodo. Se reintrodujo la desamortización y se intentó ampliar el sufragio. La prosperidad económica y la estabilidad política permitieron una política de prestigio exterior. Las divisiones internas y los levantamientos campesinos, como el de Loja, que creó una «minirrepública» anarquista, provocaron la caída de O’Donnell. El agotamiento del régimen político de los moderados, la oposición de los intelectuales (Noche de San Daniel), el desprestigio de la reina por su conducta privada y la doble crisis económica de 1866 (crisis de subsistencias y estallido de la burbuja del ferrocarril) llevaron a progresistas y demócratas a firmar el Pacto de Ostende en 1866 para derrocar a la reina. Este pacto culminó en la Revolución de 1868 (La Gloriosa).
Conclusión:
Progresistas y moderados protagonizaron el proceso político entre 1833 y 1868, consolidando el sistema liberal en España. Los progresistas participaron en gobiernos cortos, generalmente tras insurrecciones populares y pronunciamientos militares. Surgieron las tendencias democrático-republicanas que desembocarían en la Revolución de 1868, destronando a Isabel II e iniciando el Sexenio Revolucionario.