El Ascenso del Nazismo: De la República de Weimar al Tercer Reich

El Ascenso de Mussolini al Poder

Tras la Primera Guerra Mundial, Italia vivió una situación de fuerte crisis. El nivel de vida de los italianos empeoró. El país se había endeudado fuertemente para financiar la guerra y la deuda provocó una creciente subida de los precios. Aumentó el paro por la desmovilización del ejército.

Algunos campesinos ocuparon las fincas de los terratenientes y los obreros tomaron algunas fábricas. Los partidos políticos tradicionales no sabían qué hacer frente a esa situación. La población empezó a apoyar a partidos extremistas: el Partido Comunista a la izquierda y el Fasci Italiani di Combattimento, dirigido por Benito Mussolini, por la derecha.

Mussolini decidió tomar el poder por la fuerza. Hubo una masiva concentración de miembros de su partido en varias poblaciones del centro de Italia, donde convergieron sobre Roma. La Marcha sobre Roma (27-28 de octubre de 1922) consiguió su objetivo, y el rey Víctor Manuel III ofreció la formación del gobierno a Mussolini, quien obtuvo plenos poderes.

El Gobierno de Mussolini: Características del Fascismo

La base era una ideología antidemocrática y anticomunista. El Estado intervenía también en la economía, con el fin de conseguir la autosuficiencia del país. También se apoyaba a los empresarios privados. El Estado dominaba la sociedad. Cualquier oposición era reprimida con dureza y, además, se controlaba la educación y los medios de información, a fin de manejar a la opinión pública. Se impuso un nacionalismo feroz y expansionista, que exigía la creación de un imperio colonial para Italia. Se desarrolló el culto a la violencia y al militarismo. No se pretendía convencer al contrario, sino eliminarlo. Se crearon grupos armados que se enfrentaban a los rivales políticos y a los obreros que crearon un estilo militar, himnos, camisas negras, y símbolos (fasces).

La Debilidad de la República de Weimar

Tras la derrota en la Primera Guerra Mundial, el emperador alemán abdicó. Una asamblea constituyente, reunida en la ciudad de Weimar, desarrolló una nueva constitución que creaba en Alemania una república gobernada por un régimen democrático. Conocemos esta etapa como la República de Weimar.

El partido más importante era el Partido Socialdemócrata. Los espartakistas, que querían imponer en Alemania un régimen comunista similar al ruso, intentaron tomar el poder por la fuerza. Esto provocó una gran violencia, y el gobierno se hizo con la situación tras un baño de sangre. En 1920, Adolf Hitler se afilió al Partido Nacionalsocialista (NSDAP), al que empezaron a afiliarse algunos de estos descontentos. En 1923, Hitler intentó hacerse con el poder por la fuerza y dio un golpe de estado (Putsch de Múnich) que fracasó.

La situación económica empeoró. Los tratados de paz impusieron a Alemania unas duras condiciones económicas. Para hacer frente al pago de la guerra, el gobierno tuvo que imprimir gran cantidad de billetes, lo que provocó hiperinflación. La población se empobreció aún más.

La Crisis Económica de los Años 30

Un nuevo gobierno, construido por una coalición de socialdemócratas y otros partidos, mejoró la economía. El Mariscal Hindenburg, un héroe de guerra, fue elegido presidente de la república. La política pareció calmarse gracias a eso. Alemania fue uno de los países más afectados por el crack del 29. La mejora económica se explica por la gran cantidad de capitales estadounidenses que se habían invertido en el país. Cuando la crisis estalló en Estados Unidos, las empresas estadounidenses retiraron sus inversiones, lo que provocó el cierre de muchas empresas en Alemania y aumentó el paro.

Las Consecuencias de la Crisis Económica

Se incrementó el descontento y la tensión social. El paro afectó sobre todo a los obreros y a las clases medias. Muchas de estas personas dejaron de apoyar al gobierno y comenzaron a votar opciones extremistas. Los partidos comunistas aumentaron el número de votos. El temor de que se produjera una revolución obrera hizo que los industriales y financieros decidieran apoyar económicamente al partido nazi, con el fin de restablecer el orden y mantener sus intereses.

Hitler Llega Legalmente al Poder

Los comunistas rechazaron aliarse con los socialistas a fin de formar un bloque sólido que se enfrentara al partido nazi. En las elecciones, los comunistas y los nazis fueron las fuerzas más votadas. Los socialistas y los partidos de centro sufrieron un fuerte descalabro. Ninguno tuvo mayoría absoluta y no podían formar gobierno en solitario. En las elecciones a presidente de la república, volvió a ser elegido el Mariscal Hindenburg. Normalmente, el jefe de gobierno era el líder del partido más votado, pero como ningún partido había obtenido una mayoría clara, Hindenburg nombró canciller a Hitler en enero de 1933.

La Eliminación de la Oposición

Los nazis se hicieron con todo el poder. Lo primero que hicieron fue acabar con los partidos de la oposición. Con el pretexto de que un comunista había incendiado el Reichstag (Parlamento), muchos fueron encarcelados en campos de concentración. El gobierno nazi aprovechó la situación para ilegalizar todos los partidos y sindicatos, excepto el partido nazi. Hitler acabó con aquellos que pudieran oponerse dentro de su propio partido: ordenó asesinar a sus adversarios políticos en la llamada Noche de los Cuchillos Largos. Al morir Hindenburg, Hitler se convirtió también en presidente de la república.

El Ideario de Hitler

Tras el fracaso del golpe de estado en 1923, Hitler fue encarcelado. En la cárcel escribió Mi Lucha, donde plasmó su ideario. Este ideario recogía muchos rasgos del fascismo: culto al jefe, primacia del Estado, exaltación de la violencia y de la juventud. Pero también tenía rasgos propios, como el racismo. La ideología nazi incorporaba valores tradicionales: se consideraba que las mujeres solo debían dedicarse a tener hijos y a las tareas domésticas.

Una Ideología Racista

Su rasgo más específico es una concepción racista de la historia: la creencia de que existen razas inferiores y razas superiores. Para Hitler, los alemanes pertenecían a la raza aria, la raza superior que había realizado todas las grandes creaciones de la humanidad y que debía imponerse a los pueblos inferiores, como latinos, eslavos, gitanos y judíos. Hitler consideraba necesario devolver la pureza racial a la población. Se recluyó o asesinó a todo aquel que se consideraba que no era perfecto: los locos, los discapacitados mentales, los homosexuales. Se implantó una sistemática política antisemita. Se prohibió a los judíos que ejercieran la mayoría de las profesiones, se prohibieron los matrimonios mixtos y las relaciones sexuales entre judíos y alemanes, y se les sometió a ser maltratados. En 1938 se produjo la Noche de los Cristales Rotos: decenas de judíos fueron asesinados, sus tiendas fueron saqueadas, las sinagogas incendiadas, y miles fueron encerrados en campos de concentración. Gran parte de los judíos se exilió a otros países de Europa. En plena Segunda Guerra Mundial, Hitler decidió aplicar la llamada “solución final”: todos los judíos fueron deportados a campos de exterminio.

La Política Interior: Un Estado Totalitario

El régimen nazi fue un estado totalitario. Era una dictadura. El partido nazi tenía la pretensión de controlar todos los aspectos de la sociedad.

Un Partido Único

Lo primero que Hitler hizo al llegar al poder fue ilegalizar todos los partidos políticos. El partido nazi controlaba todo el poder y la administración. El Estado estaba dirigido por un líder indiscutible, el Führer, que se consideraba infalible y al que se debía obedecer ciegamente. El saludo “Heil Hitler” expresaba la confianza ciega en el líder.

El Control de la Población: Terror y Propaganda

El estado policial fue el principal medio para controlar a la población. La policía, dirigida por Himmler, estaba compuesta por dos cuerpos: las SS (guardia personal de Hitler) y la Gestapo (policía secreta). Perseguían a todo opositor. Como resultado, un millón de alemanes fueron enviados a campos de concentración. Los medios de comunicación estaban controlados por el partido nazi. La educación transmitía la ideología nazi. Los jóvenes tenían que ingresar obligatoriamente en las Juventudes Hitlerianas, donde recibían educación política y militar.

Una Alemania Nazificada

Hitler y su política sedujeron a gran parte de la población alemana, que le agradecía haber terminado con la república y el comunismo, y haber solucionado el paro y la crisis económica.

La Política Exterior: Militarismo y Expansionismo

Una de las prioridades del nazismo era devolver a Alemania su papel de gran potencia. Para ello, puso en marcha una política exterior belicista y movilizó todos los recursos necesarios para financiarla.

Una Ideología Expansionista

La ideología nazi era expansionista y propugnaba la necesidad de que Alemania se expandiera más allá de las fronteras que se le habían impuesto en el Tratado de Versalles. El pangermanismo defendía la unión de todas las poblaciones de origen alemán de Europa en un solo Estado. La teoría del “espacio vital” postulaba el derecho de los arios a conquistar territorios en el este de Europa.

La Expansión Exterior

Hitler puso en práctica el plan de rearme y restableció el servicio militar obligatorio. Göring fue el encargado de poner en pie un ejército potente y moderno. Después comenzó la expansión: las tropas alemanas invadieron Austria, que fue anexionada a Alemania, y la región checoslovaca de los Sudetes. Más tarde, Hitler ocupó el resto de Checoslovaquia. Ninguna potencia se opuso a estos hechos.

Una Economía Orientada Hacia la Guerra

La prioridad de la política económica fue acabar con el paro mediante una política de grandes obras públicas que creó mucho empleo. Se impulsó la autarquía, creando muchas industrias nuevas. El Estado definía las grandes líneas de la política económica, pero esto no significaba que dejaran de existir las empresas privadas.

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