La españa del siglo xviii. absolutismo borbónico e ilustración

Introducción:


El S. XVIII fue una etapa de transición entre el Antiguo Régimen y la época contemporánea. Como en toda etapa de transición, se mezclaron características propias de los tiempos que acababan, con rasgos que anunciaban los tiempos venideros. El siglo comenzó con el cambio dinástico y la entronización de los Borbones. Este cambio provocó un conflicto internacional e interno de importantes consecuencias. La llegada de los Borbones significó también la implantación del absolutismo y la reforma del Estado en aras de una mayor uniformización.El despotismo ilustrado posibilitó el acceso al pode de una brillante generación de pensadores que diagnosticaron los problemas de la sociedad Española y actuaron para resolverlos. Pero chocaron con las barreras que suponían los privilegios, la sociedad estamental y la monarquía absoluta. En el plano internacional España pasó a ser una potencia secundaria. Su acción exterior se orientó esencialmente a defender las colonias americanas sobre todo de la injerencia del Reino Unido, potencia comercial y marítima del momento.

1. El cambio dinástico y la guerra de sucesión:


La sucesión de Carlos II, el último rey de la dinastía de los Austrias, provocó un importante problema político, tanto interno como externo. El testamento de Carlos II había dejado como rey de España al pretendiente francés Felipe de Anjou -Felipe V de España desde 1700-, miembro de la Casa de Barbón, la misma que también gobernaba la vecina Francia. En principio, sus derechos a la corona española parecían superiores a los del otro pretendiente, el archiduque Carlos, miembro de la dinastía de los Austrias. Pero, aparte de los derechos dinásticos, el pretendiente francés contaba con otros factores favorables, ya que el apoyo de Francia, la principal potencia continental del momento, podría garantizar la integridad de todos los territorios de la monarquía.

1.1 El conflicto internacional:


Los primeros enfrentamientos armados aparecieron ya a finales de 1701. Los principales escenarios del conflicto fueron la península Ibérica, el norte de Italia (Milán), Flandes y ultramar.En el año 1711 se produjo un acontecimiento que varió el curso de la contienda:

El archiduque Carlos accedió al trono austriaco

Si Carlos también heredaba el trono español, se conformaría un gran bloque entre España y Austria. Por esta razón, las Provincias Unidas y el Reino Unido rompieron la alianza con Austria. Al mismo tiempo, Felipe V renunciaba al trono francés. Ambas circunstancias favorecieron el fin del conflicto internacional.En 1713-1714 se firmaron los acuerdos que acababan con la guerra: el Tratado de Utrecht y el Tratado de Rastadt.
Estos acuerdos tuvieron una gran importancia en la política internacional del siglo XVIII:

-España perdió sus posesiones europeas

-El Reino Unido era la principal potencia marítima del mundo


En el continente europeo se impuso la política de equilibrio, que tendía a evitar el predominio de cualquier potencia sobre las demás.


1.2 La guerra de sucesión en España:


En España el conflicto sucesorio se convirtió en una guerra civil que enfrentó a grupos sociales y a territorios, sin que estuvieran muy claras las adscripciones. Además, pronto derivó también en un enfrentamiento entre dos concepciones del Estado: la centralista y la autonomista.A nivel territorial, Castilla optó por mantenerse fiel a Felipe V.
En la Corona de Aragónlas cosas fueron distintas, sobre todo enValencia y Cataluña. En el caso valenciano el conflicto bélico se transformó en una revuelta antiseñorial, dividió la nobleza y las oligarquías, los sectores populares fueron austracistas.En Cataluña, el apoyo a la causa austriaca fue más claro.La posición de la Corona de Aragón se puede explicar por varias razones: la animadversión existente en Cataluña hacia los franceses, el temor ante las tendencias absolutistas y centralizadoras, y la eficacia propagandística de las fuerzas austracistas. El apoyo popular castellano a Felipe V se basaba en el recuerdo de las dificultades del reinado de Carlos II y en las esperanzas de cambio suscitadas por el nuevo rey.El conflicto se desarrolló casi siempre a favor de las fuerzas Borbónicas. Algunas ofensivas austracistas y la rebelión de la Corona de Aragón pusieron en apuros a Felipe V. A partir de 1707 las ofensivas borbónicas ocuparon el reino de Valencia y, poco más tarde, Aragón. Desde 1711 la victoria de Felipe V en 1714.Las consecuencias del conflicto fueron trascendentales, ya que supuso un cambio drástico en la configuración política y administrativa de España.

2. Un nuevo modelo político: el absolutismo borbónico:


La guerra de sucesión su puso la confirmación de la dinastía de los Borbones en España. Establecieron un sistema político, una forma de gobierno y una política exterior sustancialmente diferentes de las que había seguido la monarquía de los Austrias españoles.

2.1. Absolutismo, centralización y uniformidad:


La monarquía absoluta era un modelo de gobierno en el cual el rey gozaba de grandes poderes. No existía ningún tipo de institución ni legalidad que pudieran coartar sus deseos (aunque esto era la teoría, porque en la práctica el rey siempre tuvo limitaciones).La guerra de sucesión, que proporcionó la oportunidad, y la presencia de una élite de eficaces funcionarios, que pusieron los medios. Así, se iniciaron reformas para fortalecer el Estado mediante la centralización política y la uniformidad legislativa e  institucional.Las primeras medidas estuvieron determinadas por las necesidades de la guerra. Se reformó el ejército (alistamiento obligatorio, compras de armamento, etc.) y se promovió también una reforma de la recaudación fiscal que pretendía aumentar los ingresos.El sistema polisinodial de los Austrias fue marginado de las gestiones de gobierno a favor de un consejo o secretaría de Despacho.
En 1714, la secretaría de Despacho se dividió en cuatro secretarías:

Guerra, Marina eIndias, Justicia y Estado

Posteriormente se añadiría la de Hacienda.
Estas secretarías fueron los antecedentes de los actuales ministerios.


Los decretos de Nueva Planta:


Otro paso importante en el afán uniformizador fue la aplicación de los decretos de Nueva Planta. A través de ellos se suprimieron los fueros y lasinstituciones de los reinos de la Corona de Aragón.
De esta manera, todo el territorio de la monarquía española pasaba a tener un sistema de gobierno uniforme, con la sola excepción de Navarra y el País Vasco, que por su apoyo a Felipe V pudieron conservar sus fueros.Se integraron los consejos territoriales en el de Castilla, que pasó a ser el centro del gobierno interior de España.

La división provincial:


Se cambió la ordenación territorial; los decretos de Nueva Planta habían convertido a los reinos de la Corona de Aragón en provincias gobernadas por un capitán general. Este sistema provincial se generalizó en toda España. La administración de los distintos territorios quedó en manos de nuevos cargos:

-Los intendentes, que se establecieron definitivamente desde 1749, y cuyas funciones eran administrativas, judiciales y hacendísticas.

-Los capitanes generales, que sustituyeron a los virreyes. Tenían la jefatura militar de su provincia.

2.2. El control de la Iglesia: el regalismo:


Otra de las facetas de la política absolutista fue el control de la Iglesia. Esta práctica, llamada regalismo, consistía fundamentalmente en que los monarcas lograban el derecho a intervenir en algunos aspectos de la vida interna de la Iglesia.

Objetivos de FelipeV respecto a la política religiosa fueron dos:

-El reconocimiento del derecho a designar los cargos eclesiásticos en España.


Recaudar las rentasde aquellas sedes obispales vacantes, así como las sumas que cobraban todos los tribunales eclesiásticos.

Carlos III llevó a cabo la expulsión de los jesuitas en 1767 y la confiscación de todos sus bienes. La justificación de la medida se basó en la acusación de que los jesuitas habían promovido conspiraciones políticas. Este también limitó algunas competencias de la Inquisición.

2.3. La reforma del ejército y la armada:


Los Borbones comprendieron pronto la necesidad de disponer de un ejército y una marina eficientes.

Las primeras actuaciones se encaminaron a superar el estado de debilidad-postración en el que había caído el ejército durante el siglo XVII. Las necesidades de la guerra de sucesión impulsaron las primeras medidas:

-Nuevos sistemas de reclutamiento

– Cambios en la organización militar: el tercio fue sustituido por el regimientocomo unidad básica.

-Creación de un ejército permanente y profesionalizado.


Aparecieron nuevos problemas: las dificultades del reclutamiento, la corrupción del sistema de leva, etc. La necesidad de una marina de guerra poderosa resultaba evidente. España precisaba ser una potencia marítima, tanto por su realidad geográfica como para la conservación de las colonias americanas.

Se fomentó la construcción de nuevos astilleros y arsenales

La marina también se profesionalizó y se modificó su administración, destacando en estos aspectos la obra reformadora de José Patiñoy el impulso del marqués de la Ensenada.

3. La política exterior de los Borbones 3.1. Del revisionismo a los Pactos de Familia:


Desde la firma del Tratado de Utrecht, los objetivos exteriores de Felipe V fueron dos:

-Recuperar algunos de los territorios perdidos en Utrecht

– Asegurar el Imperio colonial

España intentó restaurar el dominio español en Italia y expulsar de allí a los austriacos. Esta política recibió el nombre de revisionismo, y fue dirigida por el ministro Alberoni.La primera intervención (1717-19) comenzó con la ocupación de Cerdeña y Sicilia pero las potencias europeas se coaligaron para mantener los acuerdos de Utrecht y derrotaron a España, que tuvo que devolver sus conquistas.Felipe V cesó a Alberoni y puso fin al revisionismo.
A partir de entonces llevaría una política realista, que no pretendía recuperar la hegemonía de España en Europa. Esta política, basada en la negociación permitió a España recuperar posiciones en el continente.En 1733 España firmó con Francia el Primer Pacto de Familia, la intervención española en la guerra de sucesión de Polonia consiguió que el infante don Carlos fuera reconocido rey de las Dos Sicilias. Gracias al Segundo Pacto de Familia (1743) España obtuvo para el infante Felipe los ducados de Parma y Toscana. Se había logrado recuperar buena parte de lo perdido.

3.2. La política exterior durante la segunda mitad del siglo XVIII:


Durante el reinado de Fernando VI
España optó por la neutralidad.Su sucesor, Carlos III, tuvo que dejar atrás la neutralidad para hacer frente al expansionismo británico en América. Firmó con Francia el TercerPacto de Familia (1761) y participó a su lado en dos conflictos: la guerra de los siete años (1756-63) y la guerra de la independencia de las Trece Colonias norteamericanas (1775-83).El estallido de la revolución francesa en 1789 provocó la crisis de los Pactos de Familia. Pero, a partir de 1795, se reactivó la alianza con Francia y el enfrentamiento con el Reino Unido.

4. Ilustración y despotismo ilustrado 4.1. Las ideas ilustradas:


La Ilustración puede ser definida como una nueva corriente de pensamiento caracterizada por la utilización de la razón para la comprensión de la realidad natural y social. Sus características doctrinales pueden resumirse en los siguientes postulados:


-El predominio de la razóncomo instrumento de obtención de la verdad.

-La defensa de la autonomía del poder político (monarquía), que debía controlar, sobre todo, al poder religioso.

-La concepción de la tolerancia religiosa.

-El interés por las actividades productivasy la mejora de las condiciones de vida de las personas.

-La comprensión de la importancia de la educación.

El pensamiento ilustrado no era esencialmente un instrumento revolucionario.

4.2. La Ilustración española:


La Ilustración española hunde sus raíces a finales del siglo XVII, con el movimiento de los novatores, grupo de científicos, médicos y Humanistas.

Sus proposiciones se difundieron lentamente, a la vez que se revitalizaba la vida intelectual española.Bajo el reinado de Carlos III se produjo la eclosión de la más amplia generación ilustrada española.El conde de Aranda, Floridablanca, Campomanes y Jovellanos dieron un considerable impulso al reformismo borbónico.Jovellanos redactó diversos estudios sobre economía. Destacó su informe sobre la Ley Agraria.Pedro Rodríguez de Campomanes ocupó cargos políticos en el reinado de Carlos III.José Moñino fue nombrado secretario del Estado y añadió la secretaría de Gracia y Justicia.El pensamiento ilustrado español no pudo difundirse a través de las universidades, dominadas por el escolasticismo más recalcitrante (terco o aferrado).Nuevas instituciones, entre estas destacaron las academias y las Sociedades Económicas de Amigos del País.
Creación  que permitió la formación de intelectuales y científicos ilustrados; se fomentó también la enseñanza técnica (Real Gabinete de Máquinas, Escuelas de Artes y Oficios…) y la militar (Real Colegio de Guardiamarinas de San Fernando, por ejemplo).Las Sociedades Económicas de Amigos del País reunían a grupos de ilustrados que tenían como objetivo desarrollar la economía de sus provincias y fomentar la educación técnica de artesanos y campesinos. La mayor parte de las obras ilustradas se orientaron a la crítica de los factores que provocaban el atraso económico e intelectual de España:

-El predominio intelectual del pensamiento escolástico y el control que la Iglesia ejercía sobre la educación y la difusión de nuevas ideas.

-La escasa valoración social de la ciencia, la técnica y las actividades profesionales relacionadas con el comercio y las manufacturas. Ello ocasionaba un considerable retraso en todos los sectores económicos.

-La mala situación agraria, provocada por la pervivencia de numerosos privilegios.


4.3. El despotismo ilustrado de Carlos III:


El despotismo ilustrado concilió el absolutismo monárquico con el espíritu reformista de la Ilustración. En España, el despotismo ilustrado tuvo en Carlos III 0759-1788) su mejor representante; este rey asumió varias de las premisas de la Ilustración:

-La preocupación por mejorar la economía, y, el bienestar de sus súbditos.

-La conveniencia de mejorar la organización y la racionalización del Estado.

-La aceptación del modelo del rey como «hombre ideal» ilustrado.

Los primeros años del reinado: la etapa italiana:


Carlos III, se apoyó en ministros italianos, que vinieron con él desde Nápoles.Este modelo despertó profundas oposiciones que estallaron en el motín de Esquilache de 1766. Entre sus causas podemos destacar tres:

-La existencia de un gran malestar popular por la carestía y la elevación de los precios del pan, causados por las malas cosechas de 1765 Y la política liberalizadora de precios.

-La oposición a la presencia de extranjeros en el gobierno.

-Posición de privilegiados a las medidas reformistas del ministro.

La promulgación de un decreto que prohibía algunas vestimentas masculinas. Estalló una violenta revuelta que significó el cese de Esquilache y la paralización del reformismo más avanzado.

Las reformas moderadas:


Desde entonces la política reformista adoptó características más moderadas, aunque no se detuvo. Destacaron tres:
Campomanes, el conde de Aranda y Floridablanca.
Las reformas promovidas por estos ministros y respaldadas por el rey abarcaron todas las áreas.

– Las reformas religiosas

Disminución del poder, expulsión de los jesuitas en 1767, supresión de tradiciones religiosas populares.

Las reformas económicas

Algunas pretendían aumentar la recaudación 22 fiscal: creación de la Lotería Nacional (1763); del Banco Nacional de San Carlos (1782), etc. Otras se dirigieron a mejorar las actividades productivas.

La estructura de la propiedad agraria planteó la necesidad de elaborar una reforma agraria; la ley nunca se promulgó. Se promovió el desarrollo agrícola:limitación de privilegios de la Mesta, colonización de tierras despobladas, fundación de las Nuevas Poblaciones en Sierra Morena, desamortización de bienes comunales, etc.

Las reformas militares

Se estableció el servicio militar obligatorio. Se reorganizó la estructura del ejército, se creó un cuerpo de oficiales profesionales.


Las reformas sociales

Las actuaciones ilustradas fueron muy dispares: desde la dignificación del trabajo industrial o comercial (1783) hasta las regulaciones de las corridas de toros o el control de los grupos marginados, como los vagabundos o los gitanos. Apoyó al desarrollo educativo y científico.

-Las reformas institucionales

Se limitaron al poder municipal. (Forma de poder en la que el poder es ejercido por un número reducido de personas). Para controlar a las oligarquías locales, Carlos III introdujo en los gobiernos municipales cargos elegidos por la población.

A pesar de la amplitud de las reformas y de las mejoras que se realizaron en muchos aspecto. En el momento en que las reformas pretendían transformar alguna de las estructuras del Antiguo Régimen o modificar las estructuras sociales, los cambios se paralizaban, pues los privilegiados se oponían.

5. Economía y sociedad en el siglo XVIII 5.1. La evolución demográfica:


La población española aumentó considerablemente durante el siglo XVIII.

Este crecimiento fue desigual. Se puede constatar un incremento más intenso en la periferia peninsular (Cataluña, Valencia, Murcia, País Vasco…) y ligeramente menor en el interior.Los factores que provocaron este aumento de población fueron diversos. Entre los demográficos, podemos citar el descenso de las mortalidades catastróficas, así como el aumento de la natalidad.
Otros factores también influyeron: mejoras económicas, leves avances higiénicos y sanitarios, menor número de guerras, etc.La demografía española del XVIII presentaba, a pesar de los cambios señalados, rasgos antiguos: una natalidad alta, y una mortalidad elevada. La conjunción de ambas variables proporcionaba un crecimiento natural bajo. La elevada tasa de mortalidad infantil, una esperanza de vida que rondaba los 35 años, etc. Una parte de este crecimiento poblacional se concentró en las ciudades, que registraron un notable aumento de su población.

5.2. Las actividades económicas. La agricultura:


La actividad económica más importante seguía siendo la agricultura, mantenía unas estructuras de propiedad de tipo feudal. Los rendimientos agrícolas seguían siendo muy bajos.
Este bajo rendimiento se debía tanto a las incidencias meteorológicas, como a las deficiencias técnicas. El aumento de la producción agraria se lograba mediante el aumento de la superficie cultivada, opción que en España presentaba dos problemas:

-Una parte importante de la superficie agrícola estaba amortizada, lo cual dificultaba la posibilidad de cambiar las técnicas o los sistemas de cultivo.

-Las tierras disponibles solían ser de mala calidad y, por lo tanto, los rendimientos disminuían rápidamente.


Relación población-recursos muy inestable. Aparecieron así crisis de subsistencias en 1709, 1723, 1750, 1764, etc., aunque sus efectos fueron menos intensos. Las mejoras en los transportes y la liberalización, mejoraron el abastecimiento, pero no lograron evitarlas.La monarquía se preocupó por mejorar la situación del campo y aplicó una serie de reformas para mejorar su productividad. Unas fueron legislativas (libertad de comercio para algunos productos agrícolas, algunas desamortizaciones, supresión de privilegios de la Mesta). Se realizaron obras de irrigación, como el Canal Imperial de Aragón

La producción manufacturera:


La industria manufacturera era, en general, muy escasa, y orientaba su producción fundamentalmente hacia los mercados locales.Pero, a lo largo de la centuria, se desarrolló también la industria rural; se trataba de la realización de una actividad industrial en el campo. En algunas zonas este tipo de industria generó las bases para la industria moderna -lo que se denomina protoindustria.
La política económica de tipo mercantilista, pretendía lograr un mayor nivel de autoconsumo industrial.
Para fomentar el desarrollo manufacturero establecieron diversas estrategias:

-La aplicación de medidas proteccionistas para fomentar el desarrollo de las manufacturas nacionales.

-La creación, por parte del Estado, de manufacturas públicas, las denominadas Reales Fábricas.

Se trataba de grandes talleres dedicados a producir bienes de lujo (porcelanas en la Real Fábrica del Buen Retiro, cristal en la Real Fábrica de San Ildefonso, etc.)Otras se dedicaron al suministro de equipos militares. Nunca fueron rentables ni tampoco indujeron procesos de industrialización, pero se trató de un intento notable de promover el desarrollo manufacturero.A partir del reinado de Carlos III se impuso una política económica con algunos rasgos del liberalismo concedía el papel principal a la iniciativa privada. Para desarrollar esta política se promulgaron diversas medidas: reforma del poder de los gremios, supresión de la deshonra legal de los oficios (1783) y promoción de la libertad de trabajo, entre otras.La fabricación de manufacturas se extendió por toda España.Las prohibiciones de importar tejido de algodón facilitaron la aparición de las primeras manufacturas algodoneras en Cataluña .Su producción se dirigía al mercado interior español y se benefició de una política proteccionista.

El comercio:


Las actividades comerciales crecieron considerablemente durante el siglo XVIII favorecidas por una serie de circunstancias: el crecimiento económico el aumento demográfico y, por último, la política económica mercantilista de la monarquía. Esta expansión afectó tanto al comercio interior como al exterior.El comercio interior adolecía de algunos problemas. Las infraestructuras de transporte eran deficientes caminos imposibles y abundaban las aduanas y peajes interiores. Como consecuencia de todo ello, el mercado interior se hallaba


escasamente integrado.Para solucionar el problema se emprendieron algunas actuaciones.Unas se referían a las obras públicas, la supresión de las aduanas y los peajesLos intentos de suprimir los peajes fueron mucho menos efectivos, al afectar a los privilegios nobiliarios.El comercio interior, por tanto, logró mejorar, pero continuó siendo uno de los principales lastres para el desarrollo económico español. Las relaciones comerciales con el exterior se realizaban fundamentalmente con las colonias americanas y con el resto de Europa. El comercio era deficitario, pues se importaban productos manufacturados y se exportaban materias primas y alimentos.Desde un primer momento, la monarquía española estuvo interesada en revitalizar el comercio americano, tanto por intereses fiscales como por su importancia para lograr el desarrollo económico interior.es necesario crear una nueva organización de las relaciones con las colonias americanas, pues la diseñada por los Austrias resultaba ya anacrónica. Buena parte del tráfico comercial se hallaba en manos de comerciantes extranjeros, dada la incapacidad de las manufacturas y de la agricultura españolas para cubrir la demanda americana.Los Borbones pretendieron reformar esta vieja organización comercial y para ello adoptaron una serie de medidas:

-Supresión del sistema de flotas (1735).

-Creación de compañías comerciales a las que se les concedían determinados privilegios de explotación de un territorio o el monopolio del comercio de algún producto. No obstante, estas compañías no tuvieron mucho éxito, pues el contrabando y la piratería provocaron su ruina.

El fracaso de las compañías comerciales indujo la adopción de una política de liberalización del comercio americano. En 1778 se autorizó el comerció con América a numerosos puertos españoles. Ello benefició a algunas zonas, como Andalucía y Cataluña, donde estimuló el desarrollo comercial y manufacturero.La relación comercial con América presentaba una estructura opuesta a la que se manifestaba con los Estados europeos: las exportaciones desde

España a América consistía en productos manufacturados, mientras que las importaciones eran, sobre todo, metales preciosos y productos alimenticios.

5.3. La continuidad del Antiguo Régimen:


A pesar de todas las reformas que hemos visto con anterioridad, la España del siglo XVIII continuaba inmersa en el modelo social que se denomina Antiguo Régimen.

-Las estructuras sociales apenas si habían variado con respecto a siglos anteriores. La sociedad del Antiguo Régimen seguía dividida en tres: nobleza, clero y pueblo llano o tercer estado la nobleza y el clero continuaban disfrutando de numerosos privilegios, los no privilegiados debían pagar impuestos, desarrollaban las actividades productivas y no podían acceder a los puestos de la administración. Además, muchos campesinos


continuaban sujetos a un régimen señorial.Era una sociedad con muy escasa movilidad social, pues se nacía en un estamento y resultaba casi imposible cambiar la posición social. Solamente el clero permitía una cierta posibilidad de ascenso social, aunque muy limitada.

-La forma de gobierno típica del Antiguo Régimen en el siglo XVIII era el absolutismo monárquico. La aparición del pensamiento ilustrado influyó en la forma de gobernar de los monarcas absolutos -el despotismo ilustrado-, pero ello no supuso un cambio cualitativo en cuanto a la naturaleza del poder del rey. Además, el pensamiento ilustrado español, al contrario, por ejemplo, que el francés, no cuestionó nunca la legitimidad de la monarquía absoluta.

-La base económica del Antiguo Régimen continuaba siendo la producción agraria. La mayor parte de la propiedad de la tierra se hallaba en manos de la nobleza y de la Iglesia. Era una situación que podía definirse como feudal.

La situación se complicaba con el problema de la amortización de la propiedad de las tierras. Muchas de las tierras de la nobleza y de la Iglesia estaban amortizadas, lo cual significaba que no se podían vender ni comprar porque se hallaban vinculadas para siempre a una familia o institución. A ello contribuía también la fórmula legal del mayorazgo, que concentraba en el hijo mayor no solo el título nobiliario, sino también todo el patrimonio vinculado a la familia.Patrimonio que él tampoco podía vender. Un elevado porcentaje de las tierras se encontraban fuera de los circuitos comerciales -eran las «manos muertas»-. Los rasgos fundamentales que definían la sociedad del Antiguo Régimen se encontraban en plena vigencia durante el siglo XVIII, sin que el reformismo borbónico ni el despotismo ilustrado hubiesen modificado sus estructuras.

5.4. El cuestionamiento del Antiguo Régimen:


A pesar de la pervivencia del Antiguo Régimen, a lo largo de la centuria se produjeron una serie de cambios que comenzaron a transformar paulatinamente las bases sobre las que se asentaba la organización de esa sociedad. No se trataba de cambios revolucionarios, pero sí de constantes innovaciones .Los elementos más transformadores fueron:

-La importancia que fue cobrando la propiedad privada libre en detrimento de las formas de propiedad típicas del Antiguo Régimen.

-La paulatina liberalización de las actividades económicas en muchos los sectores.

-El ascenso de la burguesía, impulsada por el desarrollo comercial y manufacturero.

-Las críticas del pensamiento ilustrado y de los primeros teóricos del liberalismo.

Estos factores fueron modificando el modelo social.


6. Carlos IV: los inicios de la crisis del Antiguo Régimen:


Los inicios de la crisis del Antiguo Régimen coinciden con el reinado de Carlos IV (1788-1808). En este período confluyeron3 coyunturas críticas:la crisis socioeconómica, las consecuencias de la revolución francesa y las dificultades políticas de la monarquía.

6.1. La crisis económica:


El crecimiento económico relativamente sostenido que se había registrado hasta la década de 1780 comenzó a mostrar sus limitaciones. Los problemas más graves se manifestaron en la agricultura, como consecuencia de la caída de los rendimientos.
Las crisis de subsistencias se hicieron más frecuentes: 1789, 1801, 1803, etc.Los precios agrícolas subieron lo que provocó que el malestar social se extendiese por toda España, con motines y disturbios en algunas localidades.La crisis agraria había demostrado que todavía no existía un mercado nacional integrado. Las dificultades del comercio interior impedían un suministro adecuado.La crisis afectó también al sector manufacturero.La situación económica se agravó con la aparición de una epidemia de fiebre amarilla entre 1800 y 1804, que no solamente ocasionó un aumento dela mortalidad, sino también migraciones de unas zonas a otras.

6.2. Las consecuencias de la revolución francesa:


Paralelamente a estos problemas, el gobierno de Carlos IV tuvo que hacer frente a la grave contrariedad política que representó el estallido de la revolución francesa de 1789. Tuvo consecuencias importantes tanto a nivel interno como externo.A nivel interno se produjo un frenazo a la política ilustrada de reformas y un intento de atajar la difusión de las ideas revolucionarias mediante la censura y la reactivación de la Inquisición.
A nivel internacional se produjo un cambio de alianzas. La ruptura de los Pactos de Familia condujo al enfrentamiento con Francia y a la alianza con el Reino Unido.Se inició un ciclo bélico que desembocaría en la guerra de la independencia 0808-1814). En el reinado de Carlos IV este ciclo presentó dos fases:


La guerra contra Francia 0793-1795). El conflicto se desarrolla en el contexto de la denominada primera guerra de coalición (1792-1797), en la que las principales monarquías europeas. Se aliaron para hacer frente a Francia y a su nuevo gobierno revolucionario.


Las guerras contra el Reino Unido (1796-1808). Mediante el Tratado de San Ildefonso de 1796, España se convertía de nuevo en aliada de Francia y entraba en guerra contra Inglaterra. La guerra provocó el bloqueo marítimo inglés y la paralización del comercio exterior. La Paz de Amiens (1802) puso fin al conflicto.

Las consecuencias de este prolongado ciclo bélico tuvieron un carácter catastrófico. Las pérdidas demográficas fueron destacables: destrucciones producidas en las zonas fronterizas, la paralización del comercio internacional.

6.3. La crisis política interna:


Carlos IV no poseía la personalidad de su padre, Carlos III, y recurrió de nuevo a la figura del valido para gestionar el gobierno. Desde 1792 el reino fue dirigido por Manuel Godoy.
La política de Godoy fue suscitando cada vez más oposición. Su intento de reforzar el poder del gobierno sobre los poderes de la nobleza y del clero. La oposición se vio reforzada con otros dos factores:

-El intervencionismo de Napoleón Bonaparte, al que el valido se sometió.

-El antagonismo del príncipe Fernando, apoyado por la aristocracia.

El enfrentamiento del monarca y de Godoy con estas fuerzas desatará la crisis de la monarquía de Carlos IV y, con ella, la del Antiguo Régimen.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *