La Transición Española (1975-1982): De la Dictadura a la Democracia

La Transición Española (1975-1982)

La Transición (1975-1982) es el proceso por el que España pasó de una dictadura a una democracia. Comenzó con la muerte de Franco (20 de noviembre de 1975) y la proclamación de Juan Carlos I como rey de España y finalizó con la victoria electoral del PSOE, en octubre de 1982, hecho que significó la consolidación de la democracia en España.

La democracia se estableció sin ruptura con la dictadura, que fue desmantelada desde las propias instituciones franquistas. El cambio fue pacífico y resultado de un pacto entre las fuerzas políticas franquistas -el rey y los aperturistas- y de la oposición democrática -los liberales y la izquierda, que abandonó sus propuestas más radicales. La transición española se convirtió en modelo de referencia para otros países que querían salir de una dictadura.

1. El Gobierno de Arias Navarro

Juan Carlos I de Borbón, fue proclamado rey de España el 22 de noviembre de 1975, al morir el dictador. Fue un importante motor del cambio.

Decidió mantener a Arias Navarro como presidente del Gobierno, lo que significaba el continuismo político. Entretanto, aumentó la agitación social con huelgas y manifestaciones que la policía franquista reprimió con brutalidad ya que no existían aún derechos de reunión y de asociación, como en Vitoria y en Montejurra (Navarra). La oposición democrática se unificó en marzo de 1976 en Coordinación Democrática, llamada Platajunta, que buscaba la ruptura democrática. En su programa pedía amnistía general para los presos políticos del franquismo, la legalización de todos los partidos políticos (lo más difícil era la legalización del PCE) y sindicatos, libertades (sindicales, de huelga, de reunión y manifestación, de prensa) derecho a la autonomía de las nacionalidades históricas y elecciones libres.

Presionado por el rey, Arias Navarro dimitió en julio de 1976.
El monarca colocó a Torcuato Fernández Miranda, su antiguo profesor de Derecho y consejero, como presidente de las Cortes franquistas y más tarde del Consejo del Reino.
El rey nombró presidente del Gobierno a Adolfo Suárez, joven falangista que era Secretario General del Movimiento y había estado al frente de RTVE. La oposición le consideraba un político franquista, sin muchos méritos y no gustaba tampoco a los políticos franquistas más importantes.

2. El Gobierno de Suárez

La primera etapa del gobierno de Suárez (julio de 1976- junio de 1977) fue decisiva para la democracia en España. Formó un gabinete con políticos jóvenes, pero de talante reformista. Se convocaron elecciones para un parlamento constituyente el 15 de junio de 1977.

El terrorismo se había recrudecido y pretendía desestabilizar el país e impedir el avance de la democracia: ETA, los GRAPO y la extrema derecha que realizó una matanza de abogados laboralistas, ligados al PCE, en la calle Atocha de Madrid el 24 de enero de 1977, lo que provocó una oleada de solidaridad con el PCE.

El PCE renunció al uso de la bandera republicana y se comprometió a acatar la monarquía.

Por otra parte, Don Juan de Borbón había cedido a su hijo Juan Carlos sus derechos a la Corona en mayo de 1977, con lo que el rey tenía ya la plena legitimidad dinástica que le faltaba.

Tras las elecciones de junio de 1977 se restableció la democracia y comenzó la segunda etapa (1977-1979) del gobierno de Suárez.
La UCD intentó gobernar en solitario estableciendo pactos con otras fuerzas políticas -el llamado consenso– para solucionar los principales problemas del país, especialmente la crisis económica, la redacción de una Constitución y los atentados terroristas de extrema izquierda y extrema derecha, que tenían como objetivo desestabilizar la democracia y conseguir un golpe militar.

En octubre de 1977 se firmaron los Pactos de la Moncloa por el Gobierno y los representantes de los principales partidos de la oposición, sindicatos y empresarios.
Los Pactos de la Moncloa consiguieron reducir el déficit exterior y bajar la inflación pero su aplicación se vio limitada por la segunda crisis del petróleo (1979).

El Gobierno configuró 13 preautonomías, es decir, una autonomía provisional a las regiones cuyos representantes parlamentarios la solicitaran. En el País Vasco se restableció el Consejo General Vasco el 6 de enero de 1978 y en Galicia, una Xunta de Galicia provisional en marzo de 1978, quedando así resueltos los casos de las tres autonomías históricas.

La Constitución de 1978

La Constitución democrática de 1978 fue resultado del consenso entre casi todos los partidos; para lograrlo el texto es extenso, detallado y algo ambiguo. Una ponencia formada por siete miembros redactó un anteproyecto, que fue debatido en las Cortes. También fue rechazada por la extrema derecha.

El monarca es el jefe del Estado, pero su poder está muy limitado: reina, pero no gobierna. Incluye numerosos derechos de carácter social y económico (a la integridad, al pleno empleo, a la educación, a la Seguridad Social, a la propiedad privada, a la protección del medio ambiente, del consumidor, de la tercera edad, etc.)

3. Consolidación democrática y crisis de la UCD (1979-1982)

Aprobada la Constitución, Suárez convocó nuevas elecciones para marzo de 1979, que volvió a ganar UCD, en minoría.
En este periodo se desarrolló el Estado de las Autonomías. Los primeros fueron el catalán y el vasco en 1979, aprobados en referéndum, luego Galicia y Andalucía, en 1980 y luego todos hasta 17 Comunidades Autónomas.

AP se reforzó con la incorporación de políticos de UCD.

La UCD entró en crisis. El PSOE presentó una moción de censura contra el gobierno en mayo de 1980 y Suárez empezó a recibir críticas de los barones de su propio partido, escindido en dos grupos: liberales y socialdemócratas en el centro-izquierda; democristianos y conservadores, en el ala derecha. Abril Martorell, vicepresidente del Gobierno, dimitió (julio de 1980) y también Suárez en enero de 1981.

La UCD eligió como sucesor a Leopoldo Calvo Sotelo. El 23 de febrero de 1981 se produjo un intento de golpe de Estado del teniente coronel de la Guardia Civil, Tejero, durante la sesión de votación en el Congreso para su investidura como nuevo presidente de gobierno. La falta de apoyo al golpe de Estado por parte de los altos mandos militares y la firme postura en contra del Rey, frustró la operación.

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