Evolución Socioeconómica de España (1902-1939) y la Guerra Civil

Evolución Socioeconómica de España (1902-1931)

Economía

En 1900, España era un país agrario. Dos tercios de la población eran campesinos que vivían en condiciones miserables. A pesar de ello, se produjeron cambios en el sector industrial. Destacó el sector eléctrico, en manos de capitales vascos. Surgieron la Compañía Hidroeléctrica de Vizcaya (1901) y la Unión Eléctrica Madrileña (1911). Las empresas aprovecharon el potencial hidroeléctrico. La producción de energía favoreció el desarrollo de la metalurgia, la industria cementera y la química. El crecimiento se vio obstaculizado por la excesiva concentración geográfica, la dependencia tecnológica y la debilidad del mercado interior. El capital industrial estaba en manos de pocas familias, respaldadas por la política proteccionista de los gobiernos.

El sector financiero experimentó cambios importantes. En 1899, el ministro de Hacienda, Raimundo Villaverde, emprendió un plan de estabilización nacional. Impuso una reducción drástica de los intereses de la deuda pública y nuevas condiciones de pago. También limitó los gastos e inversiones públicas y mejoró el sistema fiscal. Todo ello permitió el superávit entre 1900 y 1909. Una ley de 1899 transformó el Banco de España en una institución al servicio de la política monetaria y de la banca privada. Pasó a controlar la emisión de billetes y la circulación fiduciaria. En este clima de estabilidad se fundaron los bancos de Bilbao, Vizcaya, Mercantil de Santander, Hispanoamericano y Español de Crédito. Los bancos captaron el ahorro para invertirlo en la industria y concentraron sus sedes en Madrid y el País Vasco.

La Primera Guerra Mundial desató un boom económico. Hubo un crecimiento considerable de la producción y las exportaciones por la desaparición de la competencia y la demanda de los países en guerra. El crecimiento se notó en los sectores textil, minería de carbón, siderúrgico, químico, construcción naval y transporte marítimo.

Las exportaciones generaron escasez de alimentos y materias primas, así como una altísima inflación. A partir de 1917, se redujo la demanda externa, lo que produjo el cierre de numerosas empresas y el aumento del paro.

La crisis económica se mantuvo entre 1918 y 1923. A partir de 1924, comenzaron a llegar fondos de ayuda norteamericanos para la reconstrucción de Europa. Se inició un quinquenio de crecimiento económico, aprovechado por el gobierno de Primo de Rivera para emprender una política de inversiones e infraestructuras.

En estos años se hizo el Plan de Carreteras y se crearon las Confederaciones Hidrográficas. También se invirtió en la red ferroviaria y se nacionalizaron parte de las líneas. Se estableció el monopolio de importación de petróleos (CAMPSA) y la Compañía Telefónica.

Al final de la dictadura, el endeudamiento era importante, lo que condicionó la actuación de los gobiernos republicanos en plena recesión de los años 30.

Sociedad

La población española creció de forma lenta pero continua, pasando de 18,6 millones de habitantes a 23,5. El crecimiento se debió a la caída de la tasa de mortalidad por mejoras sanitarias y sociales. Las enfermedades infecciosas siguieron constituyendo un grave problema, especialmente la tuberculosis y el tifus. La mayor catástrofe sanitaria fue la epidemia de gripe de 1918-1919, que causó la muerte de 230.000 personas.

Otra causa del débil crecimiento demográfico fue la emigración. Más de 1 millón de personas salieron en dirección a América Latina. El proceso se detuvo durante la Primera Guerra Mundial y se atenuó en los años 20 por la prosperidad económica. Por último, hay que señalar el proceso de crecimiento urbano. Hacia 1930, la población española que vivía en ciudades era aproximadamente el 50%.

Desde 1900 a 1930 se agudizaron las diferencias de riqueza. Dentro de la clase dirigente adquirieron cada vez mayor peso los grupos industriales y bancarios. A ella se incorporaron los nuevos ricos que hicieron grandes fortunas durante la guerra. Esta clase dirigente se ancló en el inmovilismo político y temía cualquier reivindicación del movimiento obrero.

Las clases medias experimentaron un aumento significativo a medida que avanzaba el proceso de urbanización. La inflación sufrida como consecuencia de la guerra radicalizó a sus miembros, que apoyaron a los partidos de oposición. La clase media se hizo de izquierdas.

Las clases populares vieron estancarse sus condiciones de vida mientras crecía su consciencia política y sus protestas.

En el primer tercio del siglo XX crecieron mucho las organizaciones obreras, así como su capacidad de movilización. Tras la oleada de huelgas de 1902, ganadas por los trabajadores, aumentó el número de afiliados a sindicatos anarquistas y socialistas. El PSOE y la UGT tenían apoyo mayoritario en Asturias, País Vasco, Madrid y el campo andaluz.

Los sindicatos anarquistas habían sido duramente perseguidos con pretexto de atentados en la década de 1890. A pesar de ello, su implantación creció en Cataluña, Aragón, Levante y Andalucía. En 1910, se fundó la CNT en Barcelona. Este nuevo sindicato declaró la huelga general revolucionaria como instrumento básico de lucha y rechazó la participación en la vida política. La otra vía de asociación obrera eran los sindicatos católicos, que funcionaron más como cooperativas y arraigaron sobre todo en las regiones del norte, donde había muchos pequeños propietarios agrarios.

A comienzos de los años 20, el PSOE sufrió una fuerte crisis interna por la disyuntiva de sumarse o no al movimiento comunista. En 1919, el gobierno soviético decidió organizar la III Internacional, denominada Komintern, a la que invitó a sumarse a los partidos socialistas de todo el mundo. Tras enviar una comisión a la URSS, decidieron no integrarse, por lo que una parte de los socialistas abandonaron el partido en 1921 para fundar el PCE. En 1930, todavía era un partido pequeño que ni inquietaba a las clases dirigentes.

Durante la dictadura, el movimiento obrero se mantuvo casi inactivo. El PSOE y la UGT, aunque fueron tolerados por la dictadura, prefirieron mantenerse a la expectativa. Pablo Iglesias murió en 1925 y el partido quedó bajo la dirección de Julián Besteiro.

El anarquismo se dividió entre los que proponían la lucha pacífica y quienes defendían la insurrección armada. Estos últimos fundaron clandestinamente la FAI (Federación Anarquista Ibérica) en 1927.

Mentalidad y forma de vida

A principios de siglo, la mayoría de la población española vivía inmersa en las formas de vida y valores decimonónicos. Hacia 1930, la diferencia entre las formas de vida en el campo y la ciudad empezó a ser significativa.

Los centros urbanos sufrieron significativas transformaciones (Gran Vía de Madrid y Diagonal de Barcelona).

Al comenzar el siglo, el transporte público habitual eran los tranvías de mulas, que fueron sustituidos poco a poco por los eléctricos. En 1919 se inauguró el metro de Madrid y en 1924 el de Barcelona.

La electrificación tuvo consecuencias en la vida cotidiana: iluminación de calles, bombillas, estufas eléctricas, infiernillos para cocinar.

Otros inventos tuvieron rápida aceptación, como las máquinas de escribir, las plumas estilográficas, las máquinas de coser, los termos, el colchón de muelles y el teléfono. A finales de los años 20, muchas casas de las grandes ciudades disponían de agua corriente, pero pocas contaban con cuarto de baño moderno.

Entre las novedades del momento se cuentan el automóvil (de uso minoritario), el cine (cuyo éxito aumentó tras la invención del sonoro en 1928) y los medios de prensa modernos. En estos últimos hay que destacar que los nuevos sistemas tipográficos y de ilustración permitieron imágenes fotográficas de buena calidad. La prensa comenzó a utilizar como reclamo los grandes titulares y a diferenciar secciones. La radio llegó más tarde. En 1924 se abrió en Barcelona la primera estación de radio y, a finales de la década, era común la radio de galena en los hogares urbanos.

Los «felices años 20» también trajeron cambios para algunas mujeres españolas, especialmente para las de clases medias y altas. En 1910 obtuvieron el acceso libre a la universidad, en 1923 se concedió el voto a las mujeres mayores de 23 años que fueran independientes en las elecciones municipales y surgieron revistas y asociaciones que comenzaron a difundir el ideario feminista.

La década de los 20 significó la extensión de la preocupación cívica y la difusión de la información a grandes masas urbanas.

La población urbana de finales de la década conocía las novedades que llegaban del extranjero (moda, jazz) y los acontecimientos más novedosos (vuelo del Plus Ultra). Estaba mejor informada y se mostraba cansada del viejo sistema político y del estilo tosco y castizo del dictador, que, a partir de 1927, ya no convencía a casi nadie, incluso entre los que le habían apoyado al principio.

La Constitución de 1931 y el Bienio Progresista

Gobierno Provisional

Ante el resultado de las elecciones municipales del 12 de abril (en las zonas con menos capacidad para manipular las elecciones, como las grandes ciudades, ganó la República), la República fue declarada en diferentes ciudades (primero en Éibar, luego en otras como Madrid). Alfonso XIII no abdicó, pero se marchó de España. Se formó un gobierno provisional, compuesto por la derecha liberal republicana, republicanos de izquierdas, republicanos radicales, socialistas, y nacionalistas catalanes y gallegos. Quedaron fuera del gobierno los monárquicos, el nacionalismo vasco, anarquistas y comunistas. Se convocaron elecciones constituyentes, que ganó la coalición republicano-socialista. Los partidos pasaron de ser «de cuadras» (sin afiliados) a «de masas», con capacidad de movilización. También se produjo la politización de los medios de comunicación y de la opinión pública.

Constitución de 1931

Fue elaborada con un gran debate parlamentario. Es una constitución democrática. Plantea un Estado unitario con posibilidad de autogobierno en Cataluña, País Vasco y Galicia. Queda establecido un sistema unicameral (sin Senado). La división de poderes se mantiene, con algunos cambios: el poder legislativo permaneció en manos de las Cortes; el ejecutivo, que es el ejercido por el Consejo de Ministros y el presidente de la República (de elección parlamentaria, por mayoría en el Consejo); y el judicial. También se establecía el derecho de expropiaciones forzosas por interés nacional y la posibilidad de nacionalizaciones. Amplia declaración de derechos y libertades y sufragio universal (también femenino). En la Constitución también se estableció la separación de la Iglesia y el Estado, el matrimonio civil y el divorcio. Igualdad de los ciudadanos ante la educación (incluyendo a las mujeres) y derecho al trabajo.

Esta Constitución provocó la aparición de discrepancias entre derecha e izquierda, causadas por las autonomías regionales y la cuestión religiosa (separación Iglesia-Estado). Estas diferencias derivaron en la dimisión de los ministros católicos (Miguel Maura, entre otros).

Se nombró a Alcalá-Zamora como presidente de la República.

Bienio Reformista (1931-1933)

En esta etapa se llevaron a cabo numerosas reformas:

  1. Reforma militar: Sus objetivos eran acabar con el excesivo número de oficiales y lograr la obediencia al poder civil. Para ello se aprobó una ley de retiro de la oficialidad (se les continuaba ofreciendo el sueldo íntegro, pero se marchaban) y se cerró la Academia Militar de Zaragoza, lo que desencadenó protestas (del general Franco) y generó tensiones en el Ejército.
  2. Relaciones con la Iglesia: Las relaciones entre Iglesia y Estado se complicaron por las medidas laicistas: laicismo del Estado, supresión del presupuesto de culto y clero, aprobación del matrimonio civil y del divorcio, secularización de cementerios, prohibición de la enseñanza por las órdenes religiosas, disolución de los jesuitas y aprobación de la Ley de Congregaciones.
  3. Reforma agraria: Sus objetivos eran mejorar las condiciones de vida de los jornaleros y resolver el atraso agrario del país. Para ello se aprobó la Ley de Bases de la Reforma Agraria. Esta autorizaba las expropiaciones para los asentamientos campesinos, aunque podían ser sin indemnización (señoríos y Grandes de España) o con ella. Podían expropiarse tierras mal cultivadas, las siempre arrendadas, aquellas que superasen unas determinadas dimensiones, las compradas con fines especulativos, etc. Los resultados de esta ley fueron limitados, debido a la escasez de recursos para las indemnizaciones y por la resistencia de los propietarios (demandas). Además, estos se hicieron antirrepublicanos y los campesinos, decepcionados, ocuparon fincas por su cuenta.
  4. Reforma del Estado: Tras la proclamación de la República en España, también se hizo en Cataluña y, además, Macià (Esquerra) la declaró independiente dentro de la Federación Ibérica. El gobierno provisional se lo impidió, pero a cambio se constituyó la Generalitat (gobierno autonómico) y se elaboró el Estatuto de Núria. Pero este, cuando fue discutido en Madrid, fue rechazado por la derecha y por los grupos republicanos. El texto fue recortado y aprobado en el Parlamento español y en referéndum en Cataluña. Tras la aprobación del Estatuto (no de Núria), se convocaron elecciones autonómicas, que fueron ganadas por Esquerra. En el País Vasco había dos grupos que deseaban reformas: el PNV y los carlistas (foralistas). Ambos firmaron el Estatuto de Estella, que era confesional, antidemocrático e inconstitucional. Debido a esto, la República no aprobó este Estatuto. Después de esto, los carlistas y los nacionalistas se dividieron. Los nacionalistas aprobaron el Estatuto de Estella, pero muy recortado, en octubre de 1936 con el apoyo del PSOE y los republicanos de izquierdas.
  5. Reformas sociales: Fueron llevadas a cabo por el ministro de Trabajo, Largo Caballero. Aprobó la Ley de Contratos de Trabajo con negociación colectiva, la Ley de Jurados Mixtos y el arbitraje vinculante, la semana de 40 horas de trabajo (incluso en el campo), el aumento de salarios, la ampliación de los seguros sociales y el papel fundamental de los sindicatos agrarios, que controlaban la contratación.
  6. Educación y cultura: La educación era laica, pública y gratuita. Se crearon unas 10.000 escuelas y se habilitó a maestros, todo para terminar con el predominio de las escuelas religiosas. Se crearon las Misiones Pedagógicas, que enseñaban elementos culturales en las zonas menos alfabetizadas, como La Barraca, de Lorca.

El Bienio Radical-Cedista, las Elecciones de 1936 y el Frente Popular

Bienio Radical-Cedista (1933-1936)

Se produjo un desgaste del gobierno republicano-socialista y una gran desconfianza de las clases medias. Las elecciones de noviembre de 1933 dieron la victoria al Partido Radical y a la CEDA (partido católico). La CEDA tenía más diputados que el Partido Radical. Se formó gobierno con Alejandro Lerroux (Partido Radical) como presidente. Necesitaba el apoyo parlamentario de la CEDA.

Medidas del gobierno:

  1. Reforma agraria: paralización, actitud revanchista de los propietarios.
  2. Conflicto de los rabassaires: la Generalitat, en manos de Esquerra, aprobó una ley que los favorecía. Los propietarios de la tierra denunciaron la ley, diciendo que era inconstitucional ante el Gobierno central. En el conflicto rabassaire, el gobierno dio la razón a los propietarios.
  3. Recuperación del presupuesto de culto y clero.
  4. Amnistía a los implicados en la Sanjurjada.
  5. Se mantuvieron las reformas educativas y militares.
  6. Se hicieron nuevas leyes: promoción de viviendas de alquiler, nueva Ley de Arrendamientos Rústicos (favorecía a los arrendatarios).

Se produjo una radicalización de la UGT y el PSOE. Largo Caballero planeó un proceso revolucionario. Indalecio Prieto propuso reformas y colaboración con partidos burgueses de izquierdas. Hubo conflictos con el nacionalismo catalán y con el vasco (paralización de la elaboración del Estatuto). Se multiplicaron los conflictos laborales y las huelgas. La CEDA pidió mano dura y reclamó participar en el gobierno con tres carteras.

Se produjo la Revolución de Asturias por la entrada en el gobierno de tres ministros de la CEDA. La huelga general triunfó en Asturias. El gobierno declaró el estado de guerra. La revolución social fue apoyada por socialistas, anarquistas y comunistas. Se sustituyeron las autoridades por comités revolucionarios. La represión de la revolución fue llevada a cabo por la Legión (Francisco Franco) y el Ejército regular (López Ochoa). El balance de la Revolución de Asturias fue de 1.450 muertos (450 fuerzas del Estado, 100 revolucionarios), 200 heridos y 5.000 detenidos.

En Cataluña, Lluís Companys proclamó la República Catalana. La revolución política debía haber sido acompañada de la huelga general, pero la CNT se abstuvo en la convocatoria. El general Batet ocupó la Generalitat y el gobierno central suspendió la autonomía de Cataluña.

Las consecuencias de la Revolución de Octubre fueron el aumento de la influencia de la CEDA en el gobierno, el nombramiento de Franco como jefe del Estado Mayor y la unión de todas las fuerzas de izquierda contra la represión gubernamental (petición de la libertad de los detenidos).

Se produjo la crisis del gobierno radical-cedista por corrupción (el estraperlo) y diferencias entre radicales y cedistas. Se convocaron elecciones en febrero de 1936 (que son las últimas elecciones democráticas hasta 1976).

Frente Popular (1936)

La campaña electoral fue violenta y dividió a los españoles en dos bloques: Frente Popular (de la izquierda republicana burguesa al anarquismo) y derecha desunida y sin programa común. Ganó las elecciones el Frente Popular, pero el número de votos era muy parecido. Se produjo un hundimiento de los partidos de centro y una polarización.

Se nombró a Manuel Azaña como presidente de la República y a Casares Quiroga como presidente del gobierno.

Medidas del gobierno: liberación de presos políticos, vuelta del gobierno de la Generalitat, negociación de nuevos estatutos en Galicia y País Vasco y alejamiento de los militares sospechosos (Franco a Canarias, Mola a Navarra).

Los sectores conservadores (empresarios, Iglesia, propietarios de tierras) tenían al nuevo gobierno. Esto provocó la radicalización por parte del PSOE y la UGT (revolución social). En estos meses se produjeron ocupaciones de tierras, desórdenes públicos y violencia callejera (falangistas, juventudes de partidos obreros y anarquistas).

Se preparó el golpe de Estado: Mola (Navarra), Franco (Ejército de Marruecos), Sanjurjo (autoridad suprema). Se buscaron apoyos civiles: Falange y JONS querían un régimen fascista, carlistas una monarquía tradicional, CEDA y monárquicos la vuelta de Alfonso XIII.

El 12 de julio se produjo el asesinato del teniente Castillo (socialista). Como represalia, se asesinó a Calvo Sotelo. El 17 de julio se produjo el levantamiento del Ejército en Marruecos.

La Guerra Civil

Sublevación Militar

Se produjo un pronunciamiento militar simultáneo. Se tomó el control de los centros de poder con el apoyo de los grupos civiles comprometidos. El levantamiento triunfó en África, Canarias, Baleares (excepto Menorca), y la España interior y atrasada. El levantamiento fracasó en Madrid, Barcelona, y la España periférica e industrializada. El objetivo de los golpistas era la defensa de los valores conservadores, la defensa de la propiedad y frenar la posible revolución social.

Desarrollo de la Guerra

Avance hacia Madrid

Se produjo el cruce del Estrecho (legionarios, regulares). Yagüe conquistó Badajoz. Se ocupó Toledo. Hubo una movilización popular ante la posible toma de Madrid. El gobierno republicano abandonó la ciudad, que quedó en manos de Miaja y Rojo. Madrid resistió y en ese momento entraron en combate las Brigadas Internacionales, con la colaboración del Ejército regular.

Batallas en torno a Madrid

El principal objetivo era cortar las comunicaciones de Madrid. Se produjeron las batallas del Jarama (que quedó en tablas) y de Guadalajara (que ganó el Ejército Popular de la República).

Ocupación del Norte

Vizcaya, Guipúzcoa, Santander, Asturias. En Vizcaya se produjo el bombardeo de Guernica y Durango (Operación Cóndor). El Ejército republicano, para aliviar la presión en el norte, desencadenó dos ofensivas (para obligar a Franco a mover las tropas): Brunete y Belchite. Estas fracasaron, lo que supuso la pérdida de una gran zona industrial.

Avance de las tropas sublevadas hacia el Mediterráneo

Iniciativa republicana: toma de Teruel. Esto provocó la batalla de Teruel (tres meses). El Ejército franquista reconquistó la posición. Campaña de Aragón: llegada a Vinaroz y Gandesa. La zona republicana quedó dividida en dos. Batalla del Ebro: ataque republicano en Mequinenza y Amposta. Inicio de la batalla (dos meses). Desgaste de ambos bandos. Las tropas regresaron al punto de partida y Franco ocupó Tarragona. Ocupación de Cataluña. El gobierno republicano salió hacia el exilio.

Final de la Guerra

Gran Bretaña y Francia reconocieron al gobierno de Franco. En Madrid, el coronel Casado se sublevó en oposición a Negrín y a los comunistas. Se creó una Junta de Defensa para negociar con Franco (Besteiro). Franco exigió la rendición y la consiguió el 1 de abril de 1939, lo que supuso el fin de la guerra.

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