La Revolución Francesa: Transformación y Legado

La Revolución Francesa transformó las estructuras sociales y políticas del Antiguo Régimen. Buscaba establecer una nueva sociedad basada en la igualdad jurídica y el estado liberal.

Causas de la Revolución

Políticas: La monarquía absoluta impedía el ascenso social de la burguesía.

Sociales: La rígida estructura estamental generaba desigualdades.

Económicas: Existía una gran pobreza entre artesanos y campesinos. La sociedad estaba polarizada, con pocos muy ricos y muchos pobres. La presión jurídica y económica sobre los campesinos, obligados a trabajar gratuitamente y a pagar diezmos (a la Iglesia) y talla (al Estado), contribuyó al endeudamiento permanente del Estado francés. La crisis financiera llevó al rey a apelar a la nobleza y al clero, quienes se negaron a contribuir, lo que provocó una reacción popular que dio inicio a la revolución.

Ideológicas: Los pensadores ilustrados criticaban constantemente el sistema y se oponían a los privilegios de los estamentos privilegiados.

Fases de la Revolución

1. Estados Generales (1789)

Ante la crisis, Luis XVI convocó una asamblea de notables. Tras su negativa, convocó los Estados Generales (los tres estamentos) para tomar decisiones sobre las propuestas reales. Las diferencias entre los estamentos llevaron al Tercer Estado a negarse a aceptar el voto tradicional y a exigir la votación conjunta e individual. Ante el rechazo de la nobleza y el clero, los representantes del pueblo abandonaron la asamblea y formaron la Asamblea Nacional en un antiguo frontón (Juramento del Juego de la Pelota).

2. Asamblea Nacional Constituyente (1789-1791)

Con el objetivo de elaborar una constitución, el rey intentó disolver la asamblea, pero el pueblo de París asaltó la fortaleza de la Bastilla, lo que obligó al rey a ceder. La Asamblea realizó declaraciones fundamentales: igualdad ante la ley, desamortización de los bienes de la Iglesia, Constitución Civil del Clero e igualdad fiscal para todos los ciudadanos. En 1791, se aprobó la Constitución, que proclamaba la soberanía nacional, la división de poderes y el sufragio censitario, estableciendo los derechos del ciudadano.

3. Asamblea Legislativa (1791-1792)

El rey no aceptó la Constitución e intentó huir de Francia, pero fue detenido y encarcelado. Los países europeos intentaron defender a Luis XVI, lo que llevó a Francia a declarar la guerra a Prusia y Austria. Una gran revuelta en París dio origen a La Marsellesa. Los jacobinos tomaron el poder con el apoyo de los sans-culottes, radicales de los sectores bajos, disolvieron la Asamblea Legislativa y convocaron una nueva.

4. Convención Nacional (1792-1795)

Las primeras medidas fueron el sufragio universal masculino y la abolición de la monarquía. Se redactó una nueva Constitución en 1793. Dos grupos de diputados se destacaron: los girondinos (burguesía media, moderados, liderados por Brissot) y los jacobinos (Robespierre, Danton, Marat). La guerra con las potencias europeas continuó. La victoria de Valmy significó un triunfo para la causa revolucionaria. El rey fue acusado de ayudar al enemigo, declarado culpable y ejecutado en la Plaza de la Concordia en 1793. Los jacobinos gobernaron durante el periodo conocido como El Terror. Se implementaron reformas como un nuevo calendario laico y revolucionario, el servicio militar obligatorio, la ley de regulación de precios y salarios y reformas agrarias. Danton y Robespierre, a través del Tribunal Revolucionario y el Comité de Salud Pública, llevaron a cabo una represión contra personas consideradas contrarrevolucionarias. La dictadura personal de Robespierre y la persecución de enemigos y colaboradores (Danton fue guillotinado) generaron un clima de terror que provocó su propia muerte en 1794. Un golpe de estado puso fin a esta época y se restableció el voto censitario.

5. Directorio (1795-1799)

En este periodo (Termidoriano), la burguesía moderada tomó el poder. Una nueva constitución estableció el poder ejecutivo en un Directorio y el legislativo en dos cámaras: el Consejo de Ancianos (aprobaba las leyes) y el Consejo de los Quinientos (redactaba las leyes). Se implementó una política expansionista (Italia) y una expedición para la conquista de Egipto. La necesidad de un poder ejecutivo más fuerte llevó a una reforma constitucional y al golpe de estado de Napoleón Bonaparte (18 de Brumario).

6. Consulado (1799-1804)

Dirigido por tres cónsules: Sieyès, Ducos y Napoleón. Este último se deshizo de los otros dos, nombrándose Cónsul Vitalicio. En 1804, se proclamó emperador con carácter hereditario. Napoleón firmó la paz tras diez años de guerra, buscando extender su dominio.

7. Imperio Napoleónico

Napoleón se alió con partidarios de la nueva sociedad revolucionaria e implementó reformas:

  • Políticas: Libertad individual ante la ley, regulación de los principios del liberalismo económico, mejora del sistema educativo.
  • Económicas: Restablecimiento de impuestos. Las necesidades bélicas impulsaron avances en técnicas industriales y comunicaciones.
  • Religiosas: Concordato con el Papa.

La Restauración y el Congreso de Viena

El gran esfuerzo militar en Rusia y España produjo un desgaste que derivó en la caída de Napoleón. Tras su abdicación, fue desterrado a la isla de Elba, pero regresó en 1815 para el Imperio de los Cien Días. Derrotado en Waterloo, fue recluido en Santa Elena, donde murió. Tras la caída de Napoleón, la prioridad era estabilizar Europa para evitar nuevas revoluciones. Los monarcas derrocados volvieron a sus tronos para restaurar el absolutismo. En 1814, en Viena, las grandes potencias europeas (Austria, Prusia, Gran Bretaña y Rusia) dirigieron un congreso al que se adhirieron Francia, España, Portugal y Suecia, para establecer las nuevas fronteras. Los compromisos del Congreso de Viena fueron: equilibrio europeo y solución de problemas sin guerras a través de congresos. En 1815, se formó la Santa Alianza (Austria, Prusia, Rusia), fundamentada en la religión cristiana, para intervenir en movimientos revolucionarios. Posteriormente, se formó la Cuádruple Alianza con Gran Bretaña y, más tarde, la Quíntuple Alianza con Francia. Metternich coordinó la Restauración.

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