La Restauración y la Segunda República en España

La Regencia de María Cristina de Habsburgo y el Turno de Partidos. La Oposición al Sistema. Regionalismo y Nacionalismo

El Turno de Partidos y el Caciquismo

En 1885 muere Alfonso XII y en 1902 comienza a reinar su hijo Alfonso XIII. La muerte de Alfonso XII produjo una crisis al no haber heredero varón, lo que dio lugar al «Pacto del Pardo». Este pacto estableció el turno pacífico de dos partidos en el gobierno: cada partido estaría cuatro años en el poder y respetaría las acciones del anterior. Sin embargo, al cuarto año, el partido opositor mostraba descontento, ya que el rey forzaba la admisión del jefe de gobierno. Esto provocaba que el partido en la oposición abandonara el gobierno, pero luego el rey lo llamaba y convocaba nuevas elecciones, que estaban falseadas para que ganara el nuevo gobierno. Este sistema de fraude electoral se basaba en el caciquismo. El cacique, con gran influencia, actuaba como intermediario entre el gobierno y los votantes. El gobierno le pedía votos y él, a cambio, pedía favores. Los caciques podían formar parte de los partidos políticos. Durante la Restauración se liberalizó el sistema político y se aprobó el sufragio universal, aunque también era falseado.

Oposición al Sistema de la Restauración

Existió oposición al sistema de la Restauración, protagonizada por cuatro grupos:

  • Republicanos: Con divisiones internas sobre el modelo de República que querían. Algunos defendían los pronunciamientos militares, mientras que otros preferían la vía electoral.
  • PSOE: Su objetivo era eliminar las clases sociales y conseguir la igualdad social. Para ello, planteaban eliminar la propiedad privada y convertirla en social. Otros objetivos a corto plazo eran la reducción de la jornada laboral, la legalización de las huelgas, leyes protectoras para los trabajadores y derechos políticos y sociales. Proponían que el poder lo ostentaran los trabajadores. Los socialistas eran un grupo minoritario, excepto en el País Vasco, donde tuvieron mayor fuerza.
  • Anarquistas: Defendían la libertad y cuestionaban cualquier límite a la misma. Junto con el PSOE, querían una sociedad sin clases. Utilizaron dos tácticas: el terrorismo, con atentados importantes, y el sindicalismo. Los anarquistas se opusieron a los partidos políticos, pero defendieron los sindicatos. Dos sindicatos importantes fueron la «Federación de la Región Española» y la «Federación de Trabajadores de la Región Española», fuertes en Cataluña y Andalucía entre los jornaleros. Su objetivo era que los sindicatos convocaran una huelga general para acabar con el sistema.
  • Regionalistas y Nacionalistas: El regionalismo defendía que cada población tenía características específicas que las diferenciaban y debían ser respetadas y protegidas. El nacionalismo, por su parte, defendía el derecho a la autodeterminación de un grupo específico. Surgieron varios nacionalismos: el español, desarrollado con la expansión de la escuela (solo para varones), con una vía liberal que identificaba la nación con el pueblo y otra reaccionaria que la identificaba con la tradición y la religión; el vasco, racista e independentista, apoyado por las clases medias, surgido por los cambios de la industrialización; y el catalán, fundado por Prat de la Riba, autonomista y apoyado por las clases altas y medias, que planteaba una regeneración de España. En este periodo se crea la «Lliga Regionalista de Catalunya», que gana fuerza y consigue acabar con el caciquismo en Cataluña.

Guerra Colonial y Crisis de 1898

Problemas del Imperio Colonial Español

En 1898, España mantenía restos de su imperio colonial, como Puerto Rico, Filipinas y Cuba. Los problemas del imperio colonial eran:

  • Difícil defensa en una época de colonialismo.
  • Debilidad militar y económica.
  • Colonialismo español arcaico: España no pudo crear una dependencia económica de Cuba. Las colonias se regían por «leyes especiales» que implicaban un gobierno militar.

Cuba y la Intervención de EEUU

La colonia más importante era Cuba, una tierra rica. A mediados del siglo XIX, el azúcar entró en crisis por la aparición de competencia y la prohibición de la trata de esclavos, que encareció la mano de obra. Estos problemas llevaron a la rebelión de 1868, que dio lugar a la Guerra de los Diez Años, que terminó con la Paz de Zanjón. La situación se complicó a finales de siglo con la intervención de EEUU, que tenía intereses económicos en Cuba. Existían sectores españoles que querían mantener Cuba, como la industria textil catalana, los navieros, los harineros y los militares. La guerra estalló en 1895 y la rebelión se extendió por toda la isla. La insurgencia utilizó tácticas de guerrillas y tierra quemada, mientras que los españoles respondieron con represión.

Filipinas y la Guerra Hispano-Norteamericana

Otra colonia importante era Filipinas, donde la presencia del estado español era débil. Estalló una rebelión debido a la marginación de los filipinos. El detonante de la Guerra Hispano-Norteamericana fue el «Incidente del Maine». Esta guerra fue corta y se resolvió con dos derrotas navales de España, cuyo ejército estaba agotado tras tres años de guerra en Cuba. Las consecuencias fueron:

  • Demográficas: 50.000 muertos.
  • Pérdida de territorios: España perdió Cuba, Puerto Rico y Filipinas, y vendió Micronesia a Alemania.
  • Económicas: Positivas a largo plazo, por la reducción de gastos y la repatriación de capitales que se invirtieron en la industria española.
  • Políticas: Sin cambios significativos.
  • Ideológicas y culturales: Crisis por la derrota en la guerra.

Regeneracionismo y Generación del 98

Tras la crisis surgió el regeneracionismo, un movimiento que buscaba mejorar la economía y la educación. Su principal representante fue Joaquín Costa, que propuso una política de «escuela y despensa». Otra manifestación de la crisis cultural e ideológica fue la Generación del 98, con autores como Unamuno, Azorín y Machado. Esta crisis favoreció los nacionalismos catalán y vasco.

Panorama General del Reinado de Alfonso XIII. Intento de Modernización. El Regeneracionismo. Crisis y Quiebra del Sistema de la Restauración. Guerra de Marruecos

Modernización de España

El reinado de Alfonso XIII (1902-1930) coincidió con un periodo de modernización del país. Se produjo una emigración del campo a la ciudad, la población urbana aumentó al 30% y se inició un proceso de secularización. Surgió el anticlericalismo, que asociaba a la Iglesia con el atraso del país. Los grupos anticlericales eran republicanos, anarquistas y socialistas. España se convirtió en una sociedad de masas, lo que se manifestó en la política y la cultura. Estos cambios no fueron generales, por lo que se puede hablar de un país dual: el moderno y el atrasado.

Reformismo Limitado

En la época de Alfonso XIII se intentaron reformas influidas por el regeneracionismo. Joaquín Costa propuso una política de «escuela y despensa» para mejorar la educación y la economía. Sin embargo, el reformismo fue limitado. Entre los conservadores, destacó Antonio Maura, que intentó acabar con el caciquismo.

Crisis del Sistema de la Restauración

El reinado de Alfonso XIII presenció la crisis del sistema de la Restauración, debido a varios factores:

  • Aumento de los conflictos sociales: Huelgas y crecimiento de los sindicatos UGT (marxista) y CNT (anarquista).
  • Crecimiento de los grupos antidinásticos: Republicanos, PSOE y nacionalistas.
  • Crisis del sistema parlamentario: Los gobiernos tenían dificultades para obtener mayorías en el Parlamento. El caciquismo seguía siendo fuerte en algunas zonas.
  • Intervención del ejército en la política.
  • Guerra de Marruecos: A principios del siglo XX, España estableció un protectorado en Marruecos por motivos de prestigio, intereses económicos (minas de hierro en el norte), intereses militares (mejores salarios y posibilidades de ascenso) y para evitar problemas entre Francia e Inglaterra. España se hizo con el norte de Marruecos, pero tuvo dificultades para controlarlo debido al atraso del ejército, la corrupción y la resistencia de las guerrillas. España sufrió importantes derrotas militares como el Desastre del Barranco del Lobo y la Batalla de Annual. Marruecos provocó inestabilidad y tres crisis importantes durante el reinado de Alfonso XIII: la Crisis de 1909, la Crisis de 1917 y el Desastre de Annual.

Dictadura de Primo de Rivera

Contexto de la Dictadura

La dictadura de Primo de Rivera (1923-1930) se explica por la crisis de la Restauración, la crisis social (Trienio Bolchevique en Andalucía y conflicto entre el Estado y la CNT en Barcelona) y el Desastre de Annual en Marruecos. El contexto europeo también influyó, con el auge de dictaduras en el sur y este de Europa y la aparición del fascismo. La dictadura española copió aspectos del fascismo italiano.

El Golpe Militar y el Directorio Militar

En 1923 se produjo el golpe militar en Barcelona. Los ideales de Primo de Rivera eran: liberar a España de los políticos, responsables de la crisis; carácter provisional del golpe, sin intención de acabar con la monarquía; e ideario nacionalista con valores militares. El golpe triunfó fácilmente y se estableció un directorio militar que duró tres años. Se caracterizó por la represión, especialmente contra la CNT. Pronto surgieron críticas por la falta de libertad.

Directorio Civil y Sistema Político

En 1926 se creó un directorio civil, que dio la idea de un régimen político permanente. Se creó un nuevo sistema político con cuatro características: presencia de los militares; régimen centralizado, que debilitó el caciquismo; creación de un partido único, la Unión Patriótica; y elecciones para una Asamblea Nacional con función consultiva.

Política Social y Económica

La dictadura tuvo una política social de «palo y zanahoria», con represión y medidas sociales como el impulso de la Seguridad Social y el corporativismo (influido por el fascismo). Se crearon los jurados mixtos y colaboró la UGT. En cuanto a la política económica, se produjo una expansión económica influida por una política regeneracionista con construcción de infraestructuras e intervencionismo estatal, que dio lugar a monopolios. El contexto internacional favorable favoreció el turismo, las inversiones y las exportaciones.

Crisis y Caída de la Dictadura

A partir de 1928, la dictadura entró en crisis por el aumento de la oposición, la división del ejército entre africanistas y peninsulares, la crisis económica y la decadencia física del dictador. El rey, que había apoyado la dictadura, comenzó a distanciarse de ella. Todo esto provocó la caída de Primo de Rivera.

La Segunda República: La Constitución de 1931 y el Bienio Reformista

Proclamación de la República y Gobierno Provisional

La Segunda República (1931-1939) surgió en un momento de crisis. Los republicanos, apoyados por las clases medias urbanas, el movimiento obrero y el PSOE, planteaban una democracia y reformas sociales. Tras la caída de la dictadura, se celebraron elecciones para formar las Cortes y el gobierno. Se formó un gobierno de coalición entre republicanos de izquierdas y el PSOE, liderado por Manuel Azaña, intelectual de la Generación del 14. Azaña planteaba que España debía ser dirigida por intelectuales y que el atraso del país se debía al protagonismo del ejército y la Iglesia.

Constitución de 1931

El nuevo gobierno aprobó la Constitución de 1931, influida por las constituciones alemana y mexicana. Fue la primera vez que se incluyeron derechos sociales (vacaciones, salario mínimo, etc.) en España. La Constitución estableció una república democrática y parlamentaria, con un presidente de la República y un jefe de gobierno. Se aprobaron diversas reformas:

  • Política militar: Jubilación anticipada voluntaria para oficiales («Ley de Azaña»).
  • Política anticlerical: Expulsión de los jesuitas y separación Iglesia-Estado.
  • Reforma agraria: Expropiación de tierras a grandes propietarios para darlas a los jornaleros. El proceso fue lento.
  • Política educativa: Impulso de la educación con un enfoque regeneracionista.
  • Política social: Ley de 8 horas en el campo y jurados mixtos para resolver conflictos laborales. El ministro de trabajo, Largo Caballero (PSOE), era radical y favorecía a los obreros.
  • Estatuto de autonomía de Cataluña: Se aprobó el Estatuto de Autonomía de Cataluña, que creó la Generalitat.

Caída del Gobierno Reformista

El gobierno cayó en 1933 por diversos problemas: la presión militar (golpe de Sanjurjo en Sevilla), la presión de los anarquistas (insurrecciones en Andalucía, como la de Casas Viejas), la lentitud de las reformas y la ruptura de la coalición de gobierno. El PSOE abandonó el gobierno, que convocó nuevas elecciones.

El Bienio Radical-Cedista. Las Elecciones de 1936 y el Frente Popular

Elecciones de 1933 y Gobierno Radical-Cedista

Tras la caída del gobierno de Azaña, se celebraron elecciones en 1933. Los partidos que obtuvieron más votos fueron la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas), influida por el fascismo italiano, y el Partido Radical. Las causas de este desplazamiento de votos de izquierda a derecha fueron el desgaste del gobierno de izquierdas, la unidad de la derecha y el sistema electoral, que favorecía a las coaliciones. Se formó un gobierno radical-cedista liderado por Alejandro Lerroux, apoyado por la CEDA. Este gobierno llevó a cabo una contrarreforma, anulando o modificando las reformas del primer bienio. Se frenó la reforma agraria, lo que provocó la radicalización de la izquierda. El clima internacional, con el ascenso de Hitler en Alemania, también contribuyó a la radicalización. La CEDA entró en el gobierno, aumentando la preocupación de la izquierda.

Revolución de 1934

En 1934 se produjo una huelga general convocada por el PSOE, que fracasó excepto en Cataluña y Asturias. En Asturias, la huelga se convirtió en una insurrección. El gobierno respondió enviando al ejército de África, incluyendo a la Legión Extranjera liderada por Franco. La insurrección fue derrotada y el Estatuto de Autonomía de Cataluña fue suspendido. El gobierno cayó poco después debido al escándalo del estraperlo (máquinas tragaperras trucadas procedentes de Alemania) y a sus divisiones internas.

Elecciones de 1936 y el Frente Popular

En febrero de 1936 se celebraron nuevas elecciones, que dieron como resultado una radicalización de la situación política. Se formaron dos bloques: la derecha y la izquierda. El Frente Popular, una coalición de republicanos de izquierdas, PSOE y PCE, liderado por Azaña, ganó las elecciones. Este gobierno restauró las reformas del primer bienio. Esta etapa duró cuatro meses y se caracterizó por una escalada de tensiones y violencia política, que culminó con el asesinato de Calvo Sotelo. Cinco días después, se produjo la sublevación militar que dio inicio a la Guerra Civil Española.

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