La Guerra de Sucesión Española
Carlos II murió sin descendencia directa. El testamento de Carlos designaba como sucesor a Felipe V. Este nombramiento provocó un grave conflicto en el equilibrio de poder entre las potencias europeas. De esta manera, la sucesión al trono español pasó a ser un conflicto internacional. En España, la cuestión sucesoria también había dividido los territorios peninsulares. En el plano internacional, los Borbones se mostraron incapaces de derrotar a los ejércitos aliados que apoyaban a Carlos de Habsburgo. Los ingleses y los holandeses manifestaron su interés en acabar la guerra y reconocer a Felipe V como monarca español. La paz entre los contendientes se firmó en los Tratados de Utrecht y Rastadt.
La Imposición del Absolutismo Borbónico
La monarquía autoritaria de los Austrias ya había iniciado un proceso de centralización de poder en Castilla. Al instalarse los Borbones en el trono español, impusieron un modelo de absolutismo.
Centralización y Uniformidad
Los primeros Borbones españoles asumieron la tarea de unificar y reorganizar los diferentes reinos peninsulares mediante los llamados Decretos de Nueva Planta. Con la excepción de Navarra y País Vasco, los territorios de Castilla y Aragón constituyeron una única estructura. También se suprimió el Consejo de Aragón y el Consejo de Castilla. Por encima de cualquier institución estaba el poder del monarca, cuya labor era auxiliada por las Secretarías. Los Borbones también reorganizaron el territorio: eliminaron los antiguos virreinatos y crearon demarcaciones provinciales. La aportación más relevante del nuevo modelo administrativo fue la introducción del cargo de intendente, que tenía como misión la recaudación de impuestos y la dinamización económica del país. La otra novedad fue la reorganización de la Hacienda.
La Política Exterior
España se vio implicada en algunos acontecimientos bélicos. Los principales enfrentamientos se produjeron a causa del empeño de Isabel de Farnesio en defender el acceso de sus hijos a tronos de Italia. Los intereses españoles encontraron un enfrentamiento con Austria. La llegada al trono de Fernando VI hizo que sus esfuerzos se centraran en la reestructuración del ejército y de la flota. En la segunda mitad del siglo, durante el reinado de Carlos III, España intervino en la Guerra de los Siete Años al lado de Francia. La guerra terminó con la Paz de París, dando a Inglaterra costas de México y Florida. Por último, España intervino junto a Francia en la Guerra de Independencia Americana. Al final del conflicto, con la derrota inglesa, España recuperó Florida y los territorios de México.
Carlos III y las Nuevas Ideas Ilustradas
La nueva corriente de pensamiento ilustrado se le conoce como Siglo de las Luces. La característica básica es una ilimitada confianza en la razón. Los ilustrados creían que los hombres, conducidos por su inteligencia, podrían alcanzar el conocimiento, que constituía la base de la felicidad. Eran firmes partidarios de la educación y el progreso, afirmando la igualdad y el derecho a la libertad. Criticaron la rígida organización económica, la falta de libertad y la libertad de comercio. Montesquieu planteó la separación de poderes y Rousseau defendió el principio de soberanía popular.
La Ilustración Española
La introducción de las nuevas ideas en España fue lenta y difícil. Surgió una generación de pensadores, entre los que destacaron Feijoo y Campomanes. No formaban un grupo homogéneo, pero tenían un igual interés por la ciencia y la idea del progreso. Muchos de los ilustrados eran miembros de la nobleza y permanecían aislados. Hicieron de la educación un objetivo prioritario. La segunda preocupación básica de los ilustrados españoles fue la cuestión económica.
El Despotismo Ilustrado: Carlos III
Carlos III accedió al trono español tras morir su hermanastro Fernando VI. El monarca ya había gobernado en Nápoles y había tenido contacto con la Ilustración. Al inicio de su mandato, tuvo que enfrentarse a la oposición de los grupos privilegiados a su programa de reformas. Así se produjo el Motín de Esquilache, una revuelta popular en Madrid contra las medidas de saneamiento y orden público tomadas por el ministro Esquilache. Carlos, atemorizado, le destituyó y paralizó las reformas. Tomó medidas populares, como bajar el precio de productos básicos. Los motines cesaron rápidamente y el país se pacificó. Carlos III contó con la ayuda de ministros y colaboradores.
Legislación Reformadora
En el ámbito religioso, se puso énfasis en reformar el papel, el poder y la influencia de la Iglesia. Los ilustrados eran defensores de la autoridad del rey frente a la Iglesia. Carlos III se reservó el derecho al nombramiento de los cargos eclesiásticos y al control de la Inquisición. En la cuestión social, el pensamiento ilustrado se plasmó en la declaración de honestas todas las profesiones. En educación, se inició una reforma de los estudios universitarios. En el terreno económico, se estableció la limitación de los privilegios de la Mesta, el fomento de la libre circulación de mercancías en el interior de España, el apoyo a la actividad industrial, la modernización de la política impositiva y la creación de Sociedades Económicas de Amigos del País.
Los Límites del Reformismo Borbónico
El despotismo ilustrado de Carlos III presenta en su conjunto un balance positivo. Se impulsaron reformas de tipo económico y se defendieron las prerrogativas del Estado frente a la Iglesia. Sin embargo, los intentos de reformas agrarias implicaban trastocar profundamente el poder de los privilegiados.
Crecimiento Demográfico
El siglo XVIII fue caracterizado por el crecimiento de la población debido a que se acabaron las pestes y la alimentación mejoró. En España, se pasó de 7,5 a 10,5 millones de habitantes. El monarca y los ilustrados adoptaron políticas poblacionistas, ofreciendo incentivos a familias numerosas y acogiendo a inmigrantes católicos. El crecimiento de la población española se mantuvo limitado por la persistencia de las crisis de subsistencia.
Las Tensiones del Sector Agrario
Las reformas puestas por Carlos III no resolvieron la creciente tensión provocada por el aumento de población, superior al incremento de la oferta de alimentos. Ello fue debido a diversas causas, como las desfavorables condiciones climáticas y agronómicas. El incremento de la producción se logró mediante el aumento de la superficie cultivada. Esta situación general fue compatible con algunas mejoras agrarias.
El Impulso a las Manufacturas
Siguiendo a Francia, los Borbones fomentaron la creación de manufacturas. Se crearon las Reales Fábricas y se impulsaron talleres privados. Las manufacturas se implantaron por todo el territorio español. En Cataluña, la difusión de la nueva organización de la producción alcanzó una mayor amplitud, ligada a la manufacturación textil. La expansión de la manufactura catalana vino favorecida por diversos motivos: la ampliación del mercado de Castilla, la apertura de mercados americanos al comercio catalán y una mayor y más estable demanda interna de la propia Cataluña.