Antecedentes y Estallido de la Guerra Civil Española
La sublevación militar del 18 de julio de 1936 estuvo precedida por varios meses complejos de violencia y conspiraciones. Un sector del ejército preparaba una sublevación contra la República, mientras los asesinatos políticos se sucedían a diario. El General Mola, desde Navarra, preparó cuidadosamente la sublevación, con apoyos importantes entre los militares de Marruecos y de Franco desde Canarias. El asesinato de José Calvo Sotelo aceleró los preparativos del alzamiento. La sublevación se inició en Marruecos el 17 de julio y al día siguiente en la Península. Goded en Baleares y Franco en Canarias se unieron al levantamiento, que triunfó en el Marruecos Español, Canarias, parte de Andalucía Occidental, Zaragoza, Oviedo, Navarra, Aragón Occidental y Mallorca. El 19 de julio, Giral formó un gobierno republicano, mientras que Franco tomó el mando del ejército de Marruecos.
Desarrollo de la Guerra Civil Española
De la Sublevación a la Batalla de Madrid (Julio de 1936-Marzo de 1937)
Una vez fracasada la sublevación inicial, la gran baza de los sublevados fue el Ejército de África, con el general Yagüe al frente. Gracias a la ayuda alemana e italiana, Franco consiguió cruzar el Estrecho de Gibraltar, enlazó con Queipo de Llano, que controlaba Andalucía Occidental desde Sevilla, y tras la conquista de Badajoz, consiguió unirse con los sublevados del norte al mando de Mola. Desde Navarra, el general Mola tomó Irún, rompiendo la comunicación de la zona vasco-asturiana con el resto del territorio republicano, lo que provocó la caída de San Sebastián el 13 de julio. El plan de Franco era dirigirse directamente a Madrid. Sin embargo, se desvió para liberar el Alcázar de Toledo en septiembre de 1936. El 29 de este mismo mes, la Junta de Defensa Nacional nombró a Franco nuevo jefe del Gobierno y Generalísimo de los ejércitos. En octubre de 1936 se creó el Ejército Popular (republicano) y se militarizaron las milicias. El asalto frontal contra Madrid fracasó ante la resistencia de los madrileños y las Brigadas Internacionales, aunque, ante la presión de los nacionales, el Gobierno se trasladó a Valencia. Tras el fracaso, los nacionales intentaron rodear Madrid por el sur (Batalla del Jarama, febrero de 1937) y por el nordeste (Batalla de Guadalajara, marzo de 1937).
De la Campaña del Norte a la Batalla del Ebro, Ofensiva en Cataluña y Fin de la Guerra (Abril de 1937-Marzo de 1939)
El conflicto pasó a ser de desgaste. En la primavera-verano de 1937, las tropas franquistas, penetrando por Vizcaya, conquistaron la franja norte desde el País Vasco hasta Asturias, sucediéndose el bombardeo de Guernica y Durango y la caída de Bilbao en manos de los nacionales (19 de junio). En mayo de 1937 cayó el gobierno de Largo Caballero y asumió la presidencia Negrín. Más tarde, el 31 de octubre, el gobierno se trasladó a Barcelona. En diciembre de este año comenzó la Batalla de Teruel, tras la que las tropas franquistas tomaron la iniciativa en el Bajo Aragón y, finalmente, llegaron al Mediterráneo cerca de Vinaroz. De este modo, Cataluña quedó aislada del resto del territorio republicano.
La República reaccionó, y en el verano de 1938 intentó volver a unir las dos zonas iniciando la ofensiva del Ebro. Tras una larga lucha de desgaste, en noviembre las tropas gubernamentales se retiraron al otro lado del Ebro (70.000 bajas) y se produjo la despedida de los componentes de las Brigadas Internacionales en Barcelona. La Batalla del Ebro se convirtió así en la más cruenta de toda la guerra. Tras una ofensiva en Cataluña a lo largo del invierno de 1939, en la cual se produjo la capitulación de Barcelona y la toma de otras ciudades importantes, los nacionales acabaron con la capacidad de resistencia de la República el 10 de febrero de 1939. Finalmente, en marzo de 1939, en el seno del bando republicano, el Coronel Casado dio un golpe de Estado contra el Gobierno de Negrín con la esperanza de llegar a una paz pactada con Franco. El golpe de Casado precipitó el final de la guerra en marzo de 1939 (rendición de Madrid), pero Franco exigió la rendición incondicional. Finalmente, el 1 de abril de 1939 se dio el último parte de la Guerra Civil, publicado en el Cuartel General del Generalísimo Franco, que daba por terminada la guerra.
Consecuencias de la Guerra Civil Española
Consecuencias Demográficas y Sociales
- Desconsolador número de víctimas, que en un principio se cifró en más de 1.000.000, pero investigaciones posteriores han tasado el número en unas 650.000 pérdidas.
- Una gran cantidad de población se exilió a Francia, México, al norte de África o a la URSS, produciéndose la pérdida de mucha vida cultural española.
- Además de los fusilados, hay que contar con los presos e internos en campos de concentración franquistas, los condenados a trabajos forzados y personas que permanecieron escondidas, así como las que padecieron el exilio interior.
Consecuencias Económicas
- Miles de casas, barrios y pueblos enteros se redujeron a escombros y gran parte de la infraestructura del país se vio afectada.
- La producción del sector agrario bajó un 20% y la ganadera un 30%.
- El sector industrial conservó casi toda su estructura, aunque la producción bajó un 30%.
- El índice de coste de la vida aumentó y tardaron décadas hasta que la renta per cápita sobrepasó los niveles anteriores a la guerra. La Hacienda pública quedó sin divisas y a ello se añadió un elevado gasto público propiciado por la guerra.
La Postguerra
La postguerra significó una etapa muy dura y larga para la inmensa mayoría de los españoles. La falta de productos de primera necesidad llevó al racionamiento y favoreció la ruralización del país.