Ley de 25 de octubre de 1839
Análisis y contexto histórico
El presente texto analiza la “Ley de 25 de octubre de 1839”, un documento de fuente primaria de carácter legislativo y político. Decretado por las Cortes y sancionado por la regente María Cristina en Madrid, este texto público iba dirigido a los habitantes de los Territorios Históricos Vascos. Su promulgación, un mes después de la firma del Pacto de Vergara (25 de octubre de 1839), tenía como finalidad ratificar los acuerdos que pusieron fin a la Primera Guerra Carlista.
Confirmación de los Fueros Vascos
El tema central del texto es la confirmación del mantenimiento de los fueros de las provincias vascas, sin perjuicio de la Constitución de 1837. Se especifica que solo se realizarán las modificaciones imprescindibles para hacer compatibles los fueros con la Constitución. El Gobierno se encargaría de resolver los conflictos que pudieran surgir.
Contexto histórico: La Primera Guerra Carlista
La Ley se enmarca en el contexto del fin de la Primera Guerra Carlista (1833-1839), un conflicto que, si bien en apariencia fue dinástico (enfrentando a los partidarios de Isabel II con los de Carlos María Isidro tras la muerte de Fernando VII), escondía un enfrentamiento ideológico entre liberalismo y absolutismo.
Posicionamientos ideológicos
- Isabelinos (Liberales): Apoyados por la burguesía, la alta nobleza, sectores urbanos y parte del ejército, defendían el trono de Isabel II.
- Carlistas (Absolutistas): Contaban con el apoyo de la población rural y defendían el trono de Carlos María Isidro. Su defensa de los fueros atrajo a los vascos a su causa.
Los Fueros Vascos
Los fueros eran leyes propias de un territorio, originadas por tradición o concesión. Los Territorios Históricos Vascos tenían particularidades en sus fueros:
- Representación popular en las Juntas, con poder legislativo junto al Señor.
- Diputaciones con poder ejecutivo.
- Poder judicial en manos de jueces del Señor.
- Fueros específicos: zona franca, exenciones militares e impositivas.
Los ataques a los fueros por parte de los Borbones llevaron a los vascos a defenderlos, entrando en conflicto con el liberalismo durante las Guerras Carlistas.
El Pacto de Vergara y sus consecuencias
La Primera Guerra Carlista finalizó en 1839 con el Convenio de Vergara, un acuerdo conciliatorio entre liberales y carlistas fueristas. Se reconocían los grados militares de los carlistas y se prometía mantener los fueros vascos y navarros.
La Ley de 25 de octubre de 1839 ratificó esta promesa, pero el problema foral no se solucionó definitivamente. En 1841, la Regencia de Espartero trajo nuevos conflictos. La Ley Paccionada recortó los fueros navarros a cambio de conciertos económicos, lo que provocó levantamientos en las provincias vascas. Se abolió el pase foral y la zona franca, manteniéndose solo las particularidades fiscales y militares. Estos conflictos resurgirían en la Tercera Guerra Carlista (1872-1876).
Conclusión
La Ley de 25 de octubre de 1839, consecuencia del Pacto de Vergara, puso fin oficialmente a la Primera Guerra Carlista. Su importancia radica en la confirmación del mantenimiento de los fueros de los Territorios Históricos Vascos, aunque esta cuestión seguiría siendo fuente de conflicto en las décadas posteriores.