Ley General de Ferrocarriles (6 de junio de 1855)
Se me presenta a comentar el texto titulado “Ley general de ferrocarriles” que constituye un fragmento de fuente primaria que se puede clasificar como un texto político, legislativo y económico. Esta ley fue redactada por el ministro de Fomento Francisco de Luxán, liberal progresista diputado a Cortes e ingeniero de formación, decretada por las Cortes y sancionada por la Reina Isabel II ya en su mayoría de edad el 3 de junio de 1855, publicada tres días más tarde en la Gaceta de Madrid, precursora del BOE, además de que Madrid era residencia de las Cortes y capital del país. De carácter público, está especialmente dirigida a aquellos interesados en invertir en la línea de ferrocarril, siendo la finalidad la de promover su construcción para fomentar un mercado nacional y un crecimiento industrial y económico nacional.
El Impulso a la Inversión Privada en el Ferrocarril
El tema fundamental del texto a comentar es la propia Ley de ferrocarriles para promover la inversión privada para su implantación en España. Recoge para ello una serie de artículos que establecen:
- Que la creación y consolidación del ferrocarril así como la iniciativa privada será liderada y supervisada por el Gobierno.
- Unas fórmulas de subvención que garantizan la seguridad de las inversiones, un mínimo de interés y la devolución de parte del capital invertido.
- Ciertas facilidades para la construcción tanto en el ámbito material (concediendo terreno público, la capacidad de abrir canteras…) como en exención de impuestos.
- Y finalmente las medidas del ancho de entrevía.
Contexto Histórico: El Bienio Progresista y las Desamortizaciones
Este texto se puede situar en el reinado de Isabel II, durante el Bienio Progresista iniciado tras el levantamiento de O’Donnell que, como consecuencia del descontento social con la política llevada a cabo por los gobiernos moderados, se convirtió en una insurrección popular tras la publicación del Manifiesto del Manzanares. Esto hizo a la Reina entregar el poder a Espartero.
Este nuevo Gobierno llevará a cabo medidas progresistas liberales, como la elaboración de la Constitución “Non Nata” que ampliaba los derechos y libertades, pero que no se llegó a promulgar. Pero sería el aspecto económico el foco más importante, donde su eje serían las desamortizaciones de Madoz de las tierras comunales, donde el dinero obtenido de la subasta pública de las tierras quedaba obligado a invertirse en Bonos del Estado que fomentarían la construcción del ferrocarril, propiciando la modernización económica. Para ello también se adoptaron medidas como la Ley de Ferrocarriles, concretamente la que está siendo comentada, para obtener inversión de capital privado, concretamente extranjero.
El Ferrocarril como Indicador de Progreso Industrial
La expansión del ferrocarril, imprescindible para el transporte de mercancías en el siglo XIX, indicaba el grado de industrialización de cada país, y, por tanto, dado que en España su construcción fue retrasada hasta la segunda mitad del siglo, supuso una posición de desventaja respecto de otras economías europeas, con los efectos consiguientes en el desarrollo económico.
Fases de la Construcción del Ferrocarril en España
Su construcción se llevaría a cabo así en tres fases:
- La primera (1848-1855) fue la etapa anterior a la Ley comentada en la que se impulsó el desarrollo del tendido.
- La segunda (1855-1860) sería la de los primeros años de aplicación de la Ley de FFCC, que relanzó la construcción.
- La última (1860-1868) sería en la que se produjo la mayor expansión, alcanzando los 1400 km. A partir de 1866, año de crisis generalizada, se produciría un hundimiento y paralización de muchos proyectos.
Retos y Consecuencias de la Construcción del Ferrocarril
Problemas en la Construcción
Asimismo, fueron diversos los problemas a los que se tuvo que enfrentar en el proyecto, como:
- La escasez de capitales y tecnología propia.
- La orografía y las condiciones naturales del país que provocaban un coste de construcción superior.
- Un atraso económico y debilidad del mercado interior poco rentable para las empresas.
- La dificultad para aprovisionarse de combustible.
- La tardanza en lograr la conexión con el centro.
- El aislamiento de Galicia.
- La inexistencia de conexión entre los centros de producción y de consumo.
Consecuencias Económicas
Todo esto, siendo el ferrocarril un sistema de articulación del transporte interior y el mercado nacional, supuso una serie de consecuencias, como que se construyera tarde y mal o que no potenciara lo suficiente la industria nacional, el crecimiento económico y el desarrollo industrial.
Conclusión: La Importancia del Capital Extranjero
Aun así, gracias a la Ley comentada acudió capital extranjero en masa, que dispuso de prestaciones de recursos naturales por parte del Estado, al que se otorgó una franquicia general para importar con exención de impuestos, tal como se expone en el texto, lo que favoreció la articulación del mercado nacional, que a la larga, fue clave para el desarrollo de sectores como la minería del carbón o la siderurgia, y de ahí su importancia.