Análisis del Conflicto Bélico Español de 1936-1939

La Guerra Civil Española: Sublevación, Desarrollo y Consecuencias

El Golpe Militar y el Estallido de la Guerra

La Guerra Civil Española estalló como consecuencia de un golpe militar iniciado en Melilla el 17 de julio de 1936. El alzamiento triunfó rápidamente en la zona española de Marruecos. El general Mola, destinado en Pamplona, fue el principal cerebro de la sublevación. El general Franco se trasladó desde Canarias a Marruecos para ponerse al mando del ejército de África. Otro organizador, el general Sanjurjo, murió en un accidente de aviación. Tras ello, se formó una Junta de Defensa Nacional en Burgos, presidida por Cabanellas, para dirigir las operaciones militares del bando nacional. Numerosos civiles de las zonas sublevadas, sobre todo falangistas y tradicionalistas carlistas (requetés), recibieron armas.

Los sublevados, llamados nacionales, lograron apoyos en Galicia, la Meseta septentrional, Cáceres, Álava, Navarra, gran parte de Aragón, Sevilla, Mallorca y Canarias. La Armada y la aviación permanecieron fieles a la República. La mayoría de los católicos apoyaron a Franco, y el episcopado justificó el alzamiento.

Situación en el Bando Republicano

En Madrid, Casares Quiroga dimitió el 18 de julio, siendo nombrado presidente del gobierno José Giral, de Izquierda Republicana. Giral decidió proporcionar armas a la población civil. En Madrid, el general Fanjul no logró el triunfo de la sublevación. Tampoco en Barcelona. Mientras los insurrectos impusieron disciplina a requetés y falangistas, en la zona republicana se desconfiaba de los militares fieles, y los milicianos armados tomaron el control de las calles.

Al poco tiempo se produjo una revolución obrera en la zona republicana. Las instituciones y leyes republicanas perdieron efectividad, mientras las organizaciones obreras controlaban los ayuntamientos, colectivizaban la tierra, creaban milicias y establecían cárceles privadas (checas). En la zona republicana se enfrentaron dos modelos: la CNT-FAI y el POUM, partidarios de la colectivización inmediata, y el PSOE y el PCE, que intentaban restaurar el orden y centralizar las decisiones en el gobierno, respetando la propiedad. El PNV apoyó a la república por la autonomía, y el clero vasco no sufrió persecución. El 1 de octubre las Cortes votaron el estatuto vasco, y Aguirre fue elegido presidente del gobierno vasco.

En septiembre de 1936 se estableció un gobierno de unidad, presidido por Largo Caballero, con ministros del PSOE, PCE, Izquierda Republicana y grupos nacionalistas vascos y catalanes. En noviembre se incorporaron cuatro dirigentes anarquistas, entre ellos Federica Montseny. Días después, el gobierno se trasladó a Valencia. La política de Largo Caballero se centró en restablecer la autoridad del gobierno central, la unidad en el ejército y lograr ayuda exterior.

Desarrollo del Conflicto: Etapas y Evolución

El objetivo inicial de los sublevados era la conquista de Madrid. En el verano de 1936, los milicianos republicanos frenaron en la Sierra de Guadarrama el avance del ejército de Mola. Desde el Sur, Franco avanzó hacia Madrid a través de Extremadura. En septiembre fue conquistada Talavera. El avance de Franco se retrasó al liberar el Alcázar de Toledo. Mola tomó Irún, aislando la zona cantábrica de Francia.

El 1 de octubre de 1936, Franco fue designado Jefe del Gobierno del Estado español. Su gobierno fue reconocido por Italia y Alemania. En su primer gobierno, el ministro más influyente fue el falangista Serrano Suñer. En abril de 1937 se unificaron todas las fuerzas políticas que apoyaban el alzamiento en la Falange Española Tradicionalista y de las JONS.

Tras el fracaso en la toma de Madrid, Franco optó por una guerra de desgaste, atacando el frente Norte. La conquista de Vizcaya, Santander y Asturias proporcionó recursos industriales y mineros. Para distraer a Franco, los republicanos atacaron en Brunete y Belchite, pero en octubre de 1937 había caído todo el frente Norte.

En la República, la tensión entre las fuerzas políticas aumentó en 1937. En mayo, en Cataluña, estalló el conflicto entre los defensores de la revolución obrera (anarquistas) y quienes consideraban necesario restablecer la autoridad del Estado (PSUC y Esquerra). Tras combates, el gobierno envió refuerzos. Los dirigentes del POUM fueron arrestados, y su principal dirigente, Andrés Nin, asesinado. Tras estos sucesos dimite Largo Caballero, y le sucede Juan Negrín, aumentando la influencia del PCE.

El ataque republicano a Teruel comenzó en diciembre de 1937. Teruel fue conquistada, pero los nacionales la retomaron. En abril de 1938, Franco llegó al Mediterráneo por Vinaroz, cortando en dos el territorio republicano. La última gran ofensiva republicana fue el paso del río Ebro. Tras la derrota, el avance de Franco sobre Cataluña fue sencillo. En febrero de 1939, los nacionales llegaron a la frontera francesa, provocando que unos 500.000 españoles se refugiaran en Francia.

Azaña dimitió, pero Negrín decidió regresar. El gobierno de Negrín proponía la resistencia a ultranza. El coronel Casado dio un golpe contra el gobierno de Negrín, produciéndose combates en Madrid. Franco exigió la rendición incondicional. El 28 de marzo, las tropas franquistas entraron en Madrid. El 1 de abril de 1939 terminó la guerra.

La Represión Durante la Guerra Civil

Desde los primeros meses de la guerra, la violencia en ambos bandos fue intensa y cruel. Lo más frecuente era el asesinato sin juicio. La saca y los paseos fueron habituales. En el bando insurrecto, Mola dio instrucciones para aplastar con violencia cualquier oposición. Matanzas tristemente célebres fueron las de Paracuellos del Jarama, en el lado republicano, y la de Badajoz o Málaga en el bando sublevado. Los patronos, militantes de derechas y eclesiásticos fueron los colectivos más perseguidos por los republicanos.

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