Guerra Civil Española (1936-1939)
I. Inicios de la Guerra
1. Sublevación Militar
La chispa: Un clima de violencia, con asesinatos como el del teniente José Castillo y el de Calvo Sotelo, adelantó los planes para el golpe de estado. El 17 de julio de 1936 se sublevó la guarnición de Melilla, extendiéndose por Marruecos y la península al día siguiente. Fue un fracaso en las principales ciudades, con el ejército y las fuerzas del orden fieles a la República. En Madrid, el general Fanjul fue cercado en el cuartel de la Montaña por el pueblo. En Barcelona, el general Goded fue derrotado por el pueblo y la fidelidad a la República. La sublevación no contó con el apoyo popular, triunfando en la España rural y en ciudades como Sevilla, Córdoba y Zaragoza. La franja cantábrica quedó aislada con los republicanos.
Interpretaciones
En julio ya había dos Españas irreconciliables. Para unos, fue un “glorioso alzamiento nacional” que salvó a España de la anarquía con una “cruzada de liberación”. Para otros, fue una lucha para defender los logros de la república democrática y terminar con el fascismo. Muchos lucharon por su lugar, más que por su ideología.
2. Balance de los Bandos
1. Fuerzas Militares: La República controlaba grandes zonas mineras e industriales con mayor población. En la España rebelde, la población e industria eran menores, pero contaban con mayores recursos agrícolas. En cuanto a recursos financieros, la República controló el Banco de España para comprar armamento, sobre todo a la URSS. En cuanto a las tropas, de 18 generales, 4 se sublevaron (Cabanellas, Goded, Queipo de Llano y Franco). La República tenía mayores efectivos, con 116.501 hombres; del lado rebelde, 140.000, de los que 47.000 eran del ejército de Marruecos, mandados por Franco. En el lado republicano, jefes de milicias sin experiencia fueron nombrados generales. Se improvisó un ejército con milicias de batallones de partidos (Largo Caballero) o sindicatos, sin disciplina ni experiencia, con una efectividad dudosa, frente a la disciplina de los rebeldes, con 200.000 falangistas y 63.000 carlistas, armados y disciplinados.
2. Población Civil y Distribución Geográfica: Las clases altas y el campesinado medio apoyaron a los sublevados; las clases trabajadoras, a la República. La mayoría silenciosa ocultó su ideología si en su zona triunfó el rival. Los gobiernos del País Vasco y Cataluña apoyaron a la República, mientras que los nacionales buscaban eliminar las autonomías. En Madrid, el gobierno fue presidido por Largo Caballero, y la República por Manuel Azaña.
3. La Internacionalización y Prolongación del Conflicto
1. Comité de No Intervención: Sin ayuda extranjera, la guerra no habría durado más de medio año, debido a la escasez de material. Francia y Gran Bretaña, democráticos, crearon un comité de no intervención con 30 países más, para controlar y cerrar fronteras, pero no se cumplió.
2. Ayuda a la República: La URSS, Francia y México, vinculada al comunismo en la opinión pública internacional. La ayuda soviética se pagó con oro del Banco de España. Las Brigadas Internacionales: 60.000 voluntarios de 30 países, con poca experiencia, vinieron bajo el lema: “España será la tumba del fascismo”. Jóvenes comunistas y socialistas lucharon contra el totalitarismo y para salvar la democracia. Su base fue Albacete, y su intervención detuvo al ejército rebelde a las puertas de Madrid en otoño de 1936. Unos 18.000 quedaron enterrados aquí.
3. Ayuda a los Rebeldes: Italia y Alemania, pagada en materias primas, con 73 yacimientos que necesitaba la industria bélica alemana. Alemania: la Legión Cóndor. Italia: 40.000 soldados del Corpo di Truppe Volontarie. Portugal e Irlanda: miles de combatientes, permitiendo que las zonas rebeldes se unieran.
II. Desarrollo Bélico
1ª Fase (18 de julio de 1936 a marzo de 1937)
1. Guerra de Columnas (18 de julio de 1936 a noviembre de 1936): Grupos de tropas con armas pequeñas y ágiles. La República disolvió el ejército y el 1 de agosto creó otro con batallones de voluntarios. Hubo milicias reclutadas de organizaciones políticas y sindicatos, el ejército popular regular. En los primeros meses, la República salió malparada. Navarra y Sevilla: centros rebeldes al mando de Mola y Franco. El objetivo era Madrid. En Valladolid, Mola organizó la columna Serrador, pero su avance sobre Madrid fue detenido por las milicias en la capital y los regulares. En el sur, las tropas africanas vencieron, aunque hubo milicias. En Sevilla, los sublevados dominaron el Guadalquivir y unieron Granada. El paso del ejército de África por Gibraltar con ayuda exterior fue importante. Columnas mandadas por Yagüe avanzaron por Extremadura. El 11 de agosto, Mérida; el 14, Badajoz; y hacia Toledo. El 3 de septiembre, Talavera, pero Franco socorrió a los sitiados en el Alcázar de Toledo. El 9 de septiembre, a través de la Sierra de Gredos, unieron fuerzas, quedando un bloque norte y sur. Con un mando único, Franco, jefe del gobierno del estado. San Sebastián cayó el 13 de septiembre.
2. Batalla de Madrid (7 de noviembre de 1936 a marzo de 1937): Conjunto de acciones durante 5 meses como el Jarama y Guadalajara, el primer gran revés para los sublevados y que condicionó la duración del conflicto. La ayuda extranjera tomaba fuerza y la República mostró resistencia. El ataque de Franco se produjo entre el noroeste y sureste de Madrid, el 7 de noviembre. Cruzaron el Manzanares y poco más. Comenzaron entonces a aislar a la capital. Fracasado el Jarama, se buscó atacar por Guadalajara el 8 de marzo. Los republicanos lanzaron una contraofensiva que frenó a los rebeldes. El 8 de febrero se había perdido Málaga.
2ª Fase, Etapa Decisiva (abril de 1937 a noviembre de 1938)
1. Caída de la Franja Cantábrica (abril-octubre de 1937): Franco conquistó toda la cornisa cantábrica en verano de 1937, con carlistas, aviación alemana e italiana y fusiles alemanes. El 26 de abril, Guernica; el 19 de junio, tomaron Bilbao. Santander en agosto y Asturias con resistencia en octubre. La República emprendió ofensivas en otros frentes como Aragón en agosto de 1937, donde las milicias catalanas anarcosindicalistas hicieron retroceder el frente hacia el este, sitiando Huesca. Se desencadenaría un fuerte ataque en Belchite, la primera gran batalla sin variaciones esenciales.
2. Guerra en la 1ª Mitad de 1938: El ejército republicano puso al frente a un gran técnico, Vicente Rojo. Comenzó con la lucha en Teruel, el 15 de diciembre, con éxitos republicanos. Franco ejecutó una ofensiva en el Bajo Aragón, dando lugar a la batalla del Alfambra. El 22 de febrero reconquistó Teruel. En marzo ganó el frente de Aragón, el Maestrazgo, y Cataluña quedó aislada. Entonces, buscó llegar a Valencia.
3. Batalla del Ebro (26 de julio de 1938 – 15 de noviembre de 1938): Última gran batalla de la guerra. El avance republicano siguió hasta el día 30. Las batallas más duras se produjeron en septiembre. La contraofensiva final comenzó el 28, mismo día en que las Brigadas Internacionales se iban en Barcelona. El 15 de noviembre, las últimas fuerzas republicanas repasaron el Ebro.
3ª Fase, Última Etapa (15 de noviembre de 1938 – 28 de marzo de 1939)
Descomposición política de la República, y definitivo golpe de estado del coronel Casado en Madrid, a primeros de marzo, contra el gobierno de Negrín. El 23 de diciembre, Franco inició su ofensiva final en Cataluña. Barcelona fue bombardeada de nuevo, y el día 26 de enero cayó. Febrero fue dramático, con partidarios de continuar con la esperanza del conflicto europeo inminente, y otros que querían pactar con Franco una paz humanitaria. Franco promulgó la Ley de Responsabilidades Políticas. En el centro ya no se combatió. Casado, el 5 de marzo, creó un Consejo de Defensa, con socialistas, anarquistas y republicanos. Las tropas de Franco entraron en Madrid el 28 de marzo, terminando oficialmente la guerra el 1 de abril de 1939.
Las Consecuencias de la Guerra
Los vencedores persiguieron a los vencidos. El dolor y el rencor de la mayoría fue común en la posguerra. En los últimos meses de guerra, muchos combatientes republicanos y familias que habían defendido al gobierno legal tuvieron que abandonar España, muchos jamás regresaron. Casi medio millón de muertos, muchos asesinados en las retaguardias o en las cárceles. Acabada la guerra, más de 250.000 personas ingresaron en prisiones o campos de trabajo. México fue la nación que más acogió y su capital fue la sede política de la República en el exilio. Se destruyó la regeneración cultural y educativa de la Edad de Plata española.
Consecuencias económicas: pérdida de reservas, disminución de la producción agrícola, destrucción de infraestructuras viarias, fabriles y viviendas, y la caída del nivel de renta. Consecuencias políticas: final de la experiencia modernizadora y democratizadora que había tenido España y el inicio de un periodo de represión, falta de libertad y supresión de derechos. En el ámbito internacional, inicio de 20 años de aislamiento, excepto con el Vaticano y Argentina. No se solucionaron los problemas de convivencia política.