Ante todo, hemos de situarnos ante la evidencia de que la Guerra Civil fue la cuarta guerra que sufría nuestro país en menos de cien años, tras las tres guerras carlistas. Incluso la independencia de las últimas colonias americanas podría considerarse, a día de hoy, como una guerra civil. ¿Qué nos da a entender esta situación?
- Un país que tenga una identidad nacional indiscutible nunca tendrá que sufrir una Guerra Civil.
- Un país que cuente con aventuras exteriores triunfantes, nunca tendrá una Guerra Civil, pues esas victorias no harían sino cohesionar el interior del país.
- Un país de clases medias nunca ha tenido ni tendrá una Guerra Civil en su historia.
- Un país con una población alfabetizada nunca ha tenido ni tendrá una Guerra civil.
España presenta estos cuatro problemas, por lo que parece lógico la sucesión de cuatro guerras civiles a lo largo de su historia.
Factores Clave en el Origen de la Guerra Civil
Encontramos las causas de la Guerra Civil en varios factores claves:
- El fracaso de la Segunda República.
- La presencia de dos bandos fuertemente polarizados.
- El fracaso de la sublevación.
- La internacionalización de la Guerra Civil Española.
El Fracaso de la Segunda República
La Guerra Civil surge a raíz del fracaso en el segundo intento republicano de la historia nacional. La Segunda República trataba de luchar por acabar definitivamente con los problemas sociales que venían arrastrando, como el reparto injusto e irregular de tierras, el exceso de influencia del clero tanto en la educación como en la moral o las ambiciones sobrexcedidas del ejército, entre otras. Estas reformas tuvieron una gran promulgación teórica pero se vieron frustradas en la práctica, pues las tierras no fueron repartidas por la carestía económica que sufrían las arcas del país, las medidas contra la Iglesia fueron tomadas como un ataque personal por una gran parte de la sociedad que vio como su estilo de vida estaba amenazado y la moral nacional siguió con un carácter moralista demostrado en el nulo desarrollo del divorcio y el aborto; y el ejército se veía receloso y, lo que era aún peor, prisionero del tedio que generaba la ausencia de campañas internacionales.
De la misma manera, con la caída del gobierno Azañista y la subida al poder de los cedistas, se produjo la contrarreforma que dio al traste con todas las reformas que se habían llevado a cabo en el período precedente e invirtió las tornas. Esto deja claro que los gobiernos republicanos no consiguieron unificar España, sino que con sus medidas, fueron provocando un cisma entre estas. De ahí el fracaso de esta República que sancionaba las manifestaciones con sucesos como el de Casas Viejas o las revueltas asturianas y que no supo actuar ante la amenaza de unos militares ambiciosos y ociosos.
La Polarización de la Población
En cuanto a la población se refiere, en primer lugar encontramos una España basada en el orden de siempre, en la que hacen acto de presencia: los monárquicos, los militares sublevados que se unieron en la UME desde el triunfo del Frente Popular, admiradores del fascismo y demás clases que mostraban su repudio contra la República y esencialmente contra el primer bienio y sus reformas insultantes para estos.
En definitiva, nos queda una parte de población que miraba nostálgica hacia el pasado o con un sentimiento antirrepublicano profundo, que pone de manifiesto un problema tradicional, presente en cualquier época de nuestra historia, que es el miedo a la modernidad y al progreso.
La otra parte de la población la formaba el bando republicano con POUM, PSOE, CNT, FAI, PCE, UGT y a los representantes del nacionalismo catalán y vasco, con una mayor variedad de ideologías y carencia de militares profesionales, pues la mayor parte de ellos se hallaría en el bando sublevado. Se definieron claramente dos Españas, cada una de ellas temerosa de la contraria, defensora de sus ideas y tan concienciadas en imponerse una por encima de otra que se olvidaron de lo que les unía y lo que las habría poder convertido en una sola.
La Internacionalización del Conflicto
Un factor clave para que la sublevación de julio de 1936 se convirtiese en una guerra fue la internacionalización de la Guerra Civil. Este conflicto hace aumentar la inestabilidad internacional que se percibía en la antesala de la Segunda Guerra Mundial; el régimen Nazi y el fascismo italiano se contraponían a las democracias europeas que veían el hambre insaciable de los totalitarismos.
Pese a que al principio varias de las grandes potencias internacionales firmaron un compromiso de no intervención en la Guerra Civil Española, no faltaron potencias que aportaron su grano de arena a la descompensación de los dos bandos. Los principales partícipes fueron Alemania e Italia que en parte por la afinidad con los sublevados, en parte por la intervención de Serrano Suñer y en mayoría por intereses territoriales. Alemania albergaba tener acceso a los Pirineos y poder establecer bases en suelo ibérico, además de la oportunidad de probar su aviación y su artillería de cara a un conflicto internacional que se comenzaba a perfilar, mientras que por parte de Italia estaban las ansiadas Islas Baleares y el deseo de aumentar la influencia en el Mediterráneo que llevaron a Mussolini a enviar al Cuerpo de Tropas Voluntarias en el que toda la ponzoña de las cárceles italianas dieron rienda suelta a su virulencia en enclaves republicanos como Cádiz.
También fue el bando sublevado responsable de que países democráticos como Francia no tomaran partido a favor de sus homólogos españoles, ya que el miedo de los países democráticos era que Franco diese acceso libre a los nazis a los Pirineos, ante la confirmación de este de que no iba a suceder las fronteras francesas se cerraron a la par que la esperanza republicana se disipaba. Ante esto los escasos aliados, la URSS, de los republicanos se vieron con las vías para suministrar recursos cerradas por tierra ante la pasividad francesa y asediada por mar por los submarinos del fascismo italiano; pero con los bolsillos repletos del oro que la República debía pagar.
Conclusiones
Así vemos que la Guerra Civil fue el resultado de dos bandos que carecieron de paciencia, entendimiento y espíritu democrático, de intransigentes que pensaron que su apellido era España y su patrimonio un bien inviolable. Al fin y al Cabo la Guerra Civil fue el resultado de los intereses extranjeros y la ambición de unos pocos de implantar su estilo de vida sin escuchar a los demás.