de buena voluntad. La UP recogía las ansias populistas del dictador, y también su autoritarismo. Era el pulmón democrático para el régimen que manténía al dictador en el gobierno.
La UP, el Estado y el Gobierno no se confundían. Teóricamente, los miembros del directorio y los gobernadores civiles no tenían porqué pertenecer a la UP, pero sí los miembros de los ayuntamientos y las diputaciones En su formación reuníó una amalgama de gentes procedentes del carlismo, del conservadurismo de Maura, propietarios agrícolas y burgueses industriales. Por eso, la UP nacíó muerta en su intento de reunir a “hombres nuevos y apolíticos” fue vano. La solución del conflicto de Marruecos fue el éxito más importante de la dictadura.
Los nuevos ataques rifeños a las posiciones españolas en 1924 y una conversación con el jefe de la Legión, Franco, y con el general Sanjurjo, le empujaron a proporcionar todos los medios para acabar con el conflicto. En esta decisión también influyeron el compromiso contraído con Francia en 1912 con respecto al protectorado y la gran cantidad de intereses económicos en la zona. Se preparó un ejército moderno que, unido al ejército francés, desembarcó en Alhucemas en Septiembre de 1925. En la primera acción conjunta de la historia que uníó las fuerzas de tierra, mar y aire. Tras varias semanas de duros ataques (incluyendo gases tóxico), Abd-el-Krim se entregó a las autoridades francesas. El gran éxito fue ante todo político y popular. Reconcilió al dictador con el pueblo ya que el ejército, había salvado su honor, con los empresarios inversores en Marruecos y con Hacienda, que pudo empezar a pensar en la reducción del déficit presupuestario. A finales de 1925 se constituyó el Directorio Civil. El Gobierno siguió manteniendo en suspenso los preceptos constitucionales y legislando por decretos. Fueron tiempos de una economía en alza porque la de Europa también lo estaba. El régimen no aportó modelos económicos nuevos ni nuevos esquemas de actuación, sino que se limitó a propiciar la industrialización a mejorar la agricultura con nuevas técnicas y a incrementar el comercio exterior. La base de estas tres políticas fue un gran desarrollo de las obras y los servicios públicos y, con el apoyo del PSOE y de la UGT pudo crear una estructura para las relaciones entre los patronos y los trabajadores. La cuestión catalana fue uno de los problemas que la dictadura de Primo de Rivera no pudo o no quiso solucionar. La persecución de la lengua catalana,la intervención del gobierno en la elección de la junta del Colegio de Abogados de Cataluña y su intromisión en la iglesia prohibiendo la utilización del catalán en los actos litúrgicos, llevó a una reacción de los obispos. Tampoco supo frenar el movimiento obrero que poco a poco iba tomando posiciones. A partir de 1928 el PSOE empezó a pensar que, ya que no había un auténtico régimen parlamentario, la única solución debería ser la república, y lo mismo propusieron el partido comunista y los anarquistas de la CNT.Hubo dos fuerzas que contribuyeron a la caída de Primo de Rivera: los intelectuales y el ejército de la Península. Los intelectuales, que no habían aceptado el régimen desde el principio, se vieron atacados con la destitución de Unamuno, como rector de la Universidad de Salamanca y con su posterior destierro, con la clausura del Ateneo de Madrid. Las revueltas universitarias en el curso 1928-1919 acabaron con represiones y con el cierre de la universidad. Los militares de la Península se encontraron con un Primo de Rivera favorable a los militares de Marruecos, muy poco favorable a proteger la carrera militar de los de la Península. En 1926, incluso, se preparó una conspiración militar contra el régimen, la “Sanjuanada”, que fracasó. En los últimos meses de 1929, arreciaron las protestas y el 30 de Enero de 1930 Alfonso XIII aceptó la dimisión de Primo de Rivera, encargando al viejo militar Dámaso Berenguer la formación de un nuevo gobierno. El Pacto de San Sebastián reuníó a las fuerzas principales para tratar un futuro cambio hacia la república los constitucionalistas,losrepublicanos históricos; y el Partido Socialista. El acuerdo político del Pacto de San Sebastián implicó la creación de un comité revolucionario. De esta alianza estuvieron ausentes la CNT y otras fuerzas obreras que solamente estuvieron representadas por el PSOE. En Diciembre de 1930 se difundíó un manifiesto firmado por los principales dirigentes políticos en el que se llamaba a la población a derribar la monarquía. Mientras que para los gobiernos, primero de Berenguer y luego de Aznar, el objetivo era organizar un proceso electoral que culminase en unas Cortes que otorgaran el consenso a la monarquía. Primero habría que convocar unas elecciones municipales, para sustituir a los ayuntamientos de la dictadura, y luego unas elecciones generales a Cortes. Las primeras elecciones municipales se celebraron el 12 de Abril de 1931, en un clima de limpieza por parte del gobierno, con una excesiva confianza por parte de los partidos monárquicos. Sin embargo, estas elecciones acabaron convirtiéndose en un plebiscito sobre la monarquía. Aunque salieron más concejales monárquicos que republicanos, la suerte estaba echada para Alfonso XIII. El día 13 de Abril, tras conocerse los resultados electorales, miles de personas salieron a las calles para manifestarse a favor de la república
La UP, el Estado y el Gobierno no se confundían. Teóricamente, los miembros del directorio y los gobernadores civiles no tenían porqué pertenecer a la UP, pero sí los miembros de los ayuntamientos y las diputaciones En su formación reuníó una amalgama de gentes procedentes del carlismo, del conservadurismo de Maura, propietarios agrícolas y burgueses industriales. Por eso, la UP nacíó muerta en su intento de reunir a “hombres nuevos y apolíticos” fue vano. La solución del conflicto de Marruecos fue el éxito más importante de la dictadura.
Los nuevos ataques rifeños a las posiciones españolas en 1924 y una conversación con el jefe de la Legión, Franco, y con el general Sanjurjo, le empujaron a proporcionar todos los medios para acabar con el conflicto. En esta decisión también influyeron el compromiso contraído con Francia en 1912 con respecto al protectorado y la gran cantidad de intereses económicos en la zona. Se preparó un ejército moderno que, unido al ejército francés, desembarcó en Alhucemas en Septiembre de 1925. En la primera acción conjunta de la historia que uníó las fuerzas de tierra, mar y aire. Tras varias semanas de duros ataques (incluyendo gases tóxico), Abd-el-Krim se entregó a las autoridades francesas. El gran éxito fue ante todo político y popular. Reconcilió al dictador con el pueblo ya que el ejército, había salvado su honor, con los empresarios inversores en Marruecos y con Hacienda, que pudo empezar a pensar en la reducción del déficit presupuestario. A finales de 1925 se constituyó el Directorio Civil. El Gobierno siguió manteniendo en suspenso los preceptos constitucionales y legislando por decretos. Fueron tiempos de una economía en alza porque la de Europa también lo estaba. El régimen no aportó modelos económicos nuevos ni nuevos esquemas de actuación, sino que se limitó a propiciar la industrialización a mejorar la agricultura con nuevas técnicas y a incrementar el comercio exterior. La base de estas tres políticas fue un gran desarrollo de las obras y los servicios públicos y, con el apoyo del PSOE y de la UGT pudo crear una estructura para las relaciones entre los patronos y los trabajadores. La cuestión catalana fue uno de los problemas que la dictadura de Primo de Rivera no pudo o no quiso solucionar. La persecución de la lengua catalana,la intervención del gobierno en la elección de la junta del Colegio de Abogados de Cataluña y su intromisión en la iglesia prohibiendo la utilización del catalán en los actos litúrgicos, llevó a una reacción de los obispos. Tampoco supo frenar el movimiento obrero que poco a poco iba tomando posiciones. A partir de 1928 el PSOE empezó a pensar que, ya que no había un auténtico régimen parlamentario, la única solución debería ser la república, y lo mismo propusieron el partido comunista y los anarquistas de la CNT.Hubo dos fuerzas que contribuyeron a la caída de Primo de Rivera: los intelectuales y el ejército de la Península. Los intelectuales, que no habían aceptado el régimen desde el principio, se vieron atacados con la destitución de Unamuno, como rector de la Universidad de Salamanca y con su posterior destierro, con la clausura del Ateneo de Madrid. Las revueltas universitarias en el curso 1928-1919 acabaron con represiones y con el cierre de la universidad. Los militares de la Península se encontraron con un Primo de Rivera favorable a los militares de Marruecos, muy poco favorable a proteger la carrera militar de los de la Península. En 1926, incluso, se preparó una conspiración militar contra el régimen, la “Sanjuanada”, que fracasó. En los últimos meses de 1929, arreciaron las protestas y el 30 de Enero de 1930 Alfonso XIII aceptó la dimisión de Primo de Rivera, encargando al viejo militar Dámaso Berenguer la formación de un nuevo gobierno. El Pacto de San Sebastián reuníó a las fuerzas principales para tratar un futuro cambio hacia la república los constitucionalistas,losrepublicanos históricos; y el Partido Socialista. El acuerdo político del Pacto de San Sebastián implicó la creación de un comité revolucionario. De esta alianza estuvieron ausentes la CNT y otras fuerzas obreras que solamente estuvieron representadas por el PSOE. En Diciembre de 1930 se difundíó un manifiesto firmado por los principales dirigentes políticos en el que se llamaba a la población a derribar la monarquía. Mientras que para los gobiernos, primero de Berenguer y luego de Aznar, el objetivo era organizar un proceso electoral que culminase en unas Cortes que otorgaran el consenso a la monarquía. Primero habría que convocar unas elecciones municipales, para sustituir a los ayuntamientos de la dictadura, y luego unas elecciones generales a Cortes. Las primeras elecciones municipales se celebraron el 12 de Abril de 1931, en un clima de limpieza por parte del gobierno, con una excesiva confianza por parte de los partidos monárquicos. Sin embargo, estas elecciones acabaron convirtiéndose en un plebiscito sobre la monarquía. Aunque salieron más concejales monárquicos que republicanos, la suerte estaba echada para Alfonso XIII. El día 13 de Abril, tras conocerse los resultados electorales, miles de personas salieron a las calles para manifestarse a favor de la república