INTRODUCCIÓN
La muerte de Franco marcó el inicio de una nueva etapa en la historia de España: la transición a la democracia.
A pesar de las medidas articuladas del régimen, no existió un claro proyecto de evolución política. El intento por evitar a toda costa una nueva quiebra (guerra civil) de la sociedad Española se convirtió en un objetivo político prioritario.
La desaparición del dictador puso en funcionamiento los mecanismos institucionales de la sucesión a la jefatura del estado y Juan Carlos fue proclamado rey de España el 22 de noviembre de 1975.
1ª parte
El continuismo de Arias Navarro y el desmantelamiento del franquismo
El discurso de coronación de Don juan Carlos apuntaba sus intenciones reformistas y su voluntad de iniciar una monarquía integradora y de concordia * este nuevo espíritu de concordia que hace referencia el texto en la primera línea : “un espíritu nuevo se dejó entrever desde el primer discurso del Rey Juan Carlos I”
El rey
- colocó a su antiguo preceptor
Torcuato Fernández Miranda al frente de las Cortes y del Consejo del Reino - y obligó a Arias Navarro a contar en su gobierno con algunas de las figuras más destacadas del reformismo franquista, como Fraga, Osorio, Garrigues y Areilza.
- Inició contactos con la oposición y con destacados líderes de los países europeos.
- Especialmente significativo fue el indulto general que permitió la salida de la cárcel de algunos políticos de la oposición como Marcelino Camacho, líder de Comisiones Obreras
Arias Navarro, por su parte, inició una tímida reforma que se limitaba a recuperar la fracasada Ley de Asociaciones de 1974.
La política de congelación salarial decretada por el ministro de Economía provocó el estallido de conflictos laborales.
El presidente Arias Navarro reaccionó de manera autoritaria ante los nuevos conflictos que surgían y entre ellos destacaron los hechos de Vitoria, en los que la policía causó cinco muertos.
La lentitud con que avanzaban las reformas y los problemas que comenzaba a causar la crisis económica daban cada vez más fundamento a la ruptura económica con el franquismo y en marzo de 1976, los dos principales organismos de la oposición se fusionaron en la Coordinadora Democrática, conocida como Platajunta.
En estas circunstancias, el rey provocó la dimisión de Arias Navarro y logró nombrar presidente del gobierno a Adolfo Suárez.
La mayoría de la oposición interpretó este nombramiento como un freno al proceso de reforma, ya que los antecedentes políticos de Suárez eran franquistas *como refleja el texto: “alzó hasta la presidencia del gobierno a un desconocido Adolfo Suárez un burócrata del antiguo régimen “. Sin embargo, iniciaba un proceso de desmantelamiento de la dictadura. Suárez concedió una amnistía generosa e inició una serie de contactos como comenzó a abrirse camino la estrategia de la ruptura pactada.
El proceso aperturista culminó cuanto las Cortes franquistas dieron su aprobación al proyecto de Ley para la Reforma Política* como lo refleja el texto en “las viejas Cortes franquistas autorizaron la transición a la democracia“. Suárez convocó el 15 de diciembre de 1976 un referéndum para que el pueblo español se pronunciara sobre la ley de Reforma Política.
El resultado fue favorable al gobierno por abrumadora mayoría.
Un paso fundamental para el establecimiento de un sistema democrático era la legalización de los partidos políticos de la oposición. En 1976, el PSOE, aunque aún era ilegal, celebró públicamente su XXVII Congreso. En él recibió el espaldarazo de la Internacional Socialista y antes de que acabara el año fue legalizado.
El legalizado general del PCE, Santiago Carrillo, provocó su detención volviendo de su exilio, también a finales de 1976. La actitud moderada del PCE al encajar con una gran serenidad el asesinato de cinco militantes comunistas a manos de un comando de extrema derecha (asesinatos de Atocha), su compromiso de cuestionar la monarquía y la presión ejercida por el conjunto de la oposición a través de la Comisión de los Nueves llevaron a Suárez a legalizar al PCE, el gran enemigo del franquismo, en abril de 1977.
Una vez garantizada la pluralidad política, los partidos se prepararon para concurrir a las primeras elecciones democráticas que tenían lugar en el país desde los tiempos de la República. Suárez creó la Unión de Centro Democrático (UCD) y más a la derecha se formó Alianza Popular encabezada por Fraga, coalición heterogénea y poco cohesionada de antiguos franquistas y de partidarios de la reforma.
En las elecciones del 15 de junio de 1977. La UCD obtuvo una mayoría relativa y el PCE sufrió un fuerte descalabro que dejó perplejos a sus seguidores, los cuales se consideraban la encarnación de la resistencia antifranquista. Alianza Popular vio cómo el electorado penalizaba su excesivo apego al franquismo.
(CON LA AYUDA DEL GRÁFICO, SE PUEDE PONER, LA UCD GANA CON 165 VOTOS, SEGUIDA DE. . . )
2ª parte EL PERIODO CONSTITUYENTE
El gobierno de UCD y las Cortes surgidas de las elecciones del 15 de junio se enfrentaron a dos retos históricos y era preciso atajar la crisis económica y por otro construís un nuevo marco político.
– El consenso económico: los Pactos de la Moncloa
A medida que avanzaba la década, se hacían más patentes los graves problemas económicos. El modelo económico franquista favoreció la expansión de la crisis. Dada la situación, todas las fuerzas políticas y sindicales estuvieron de acuerdo en resolver estos problemas consensuadamente y el 25 de octubre de 1977 se firmaron los Pactos de la Moncloa y se realizó entre el gobierno correspondiente, los sindicatos y la patronal.
-El consenso político: la Constitución de 1978
El primer paso hacia la elaboración de la Constitución fue la creación de una ponencia para su redacción integrada por diputados de los diferentes partidos como lo refleja el artículo 1.1. El estado social y democrático de derecho que reconoce es una concepción más avanzada que la del estado liberal o incluso el Estado democrático. Esta concepción pone de interés social para muchos temas por encima del interés individual. Y en el artículo 1.2. Se reconoce un tipo de soberanía que está intermedio entre la soberanía nacional y la soberanía popular. En la soberanía nacional, el pueblo al elegir sus representantes cede sus derechos y estos representantes actúan libremente. En la soberanía popular, por el contrario, el pueblo controla el poder por completo, lo ejerce directamente. En la Constitución de 1978 es una situación intermedia y aparecen mecanismos para que el pueblo controle el poder, el Defensor del Pueblo, que atiende directamente las reclamaciones de los ciudadanos y la recogida de firmas que son 500.000 como iniciativa popular, para llevar alguna propuesta al Congreso.
Los acuerdos no fueron fáciles en temas como la educación, la libertad religiosa, el aborto, el divorcio, la pena de muerte, el sistema electoral.
- La amplia declaración de derechos y libertades de los españoles, que se inspiró en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y contrastaba con los restringidos que habían estado durante la dictadura. Están reflejados en los artículos 3, 6 y 7 .
- La definición del sistema político español como una monarquía parlamentaria como recoge el artículo 1.3.
- La división de poderes.
El legislativo correspondía a las Cortes, integradas por el Congreso y el Senado, dos cámaras elegidas cada cuatro años por sufragio universal, directo y secreto. El ejecutivo recaía en el gobierno, integrado por el presidente, los vicepresidentes y los ministros, que serían elegidos en función de la composición mayoritaria de las Cortes. Por último, el poder judicial correspondía a los jueces y magistrados, coordinados en última instancia por el Tribunal Supremo. Este cuadro de instituciones se completó con otras dos: el Tribunal Constitucional, que se encarga de interpretar la Constitucional, que se encarga de interpretar la Constitución en caso de conflicto, y el Defensor del Pueblo, cuya misión es atender directamente a los ciudadanos. - La descentralización del Estado, como refleja el artículo 2
El nuevo marco legal fundamental fue propuesto a referéndum el 6 de diciembre de 1978 y fue aprobado mayoritariamente. Así, con una abstención del 33 %, que en el caso del País Vasco fue del 54, 5 %.
-El nuevo Estado autonómico
Tras las elecciones de 15 de junio de 1977 quedaba claro que en las nacionalidades históricas, Cataluña y el País Vasco sobre todo, los partidos nacionalistas con mayor representación (PNV y CIU).
Cataluña y el País Vasco, e incluso de Galicia, la unanimidad desaparecía a la hora de determinar los límites geográficos.
En otras regiones, las fuerzas políticas optaron por generalizar la creación de autonomías.
En Cataluña y el País Vasco esto fue interpretado como un intento de diluir el nacionalismo histórico.
Entre tanto, en Cataluña casi un millón de personas se manifestaron a favor de la autonomía el 11 de septiembre de 1977. Un mes después regresaba el presidente de la Generalitat en el exilio, Josep Tarradellas y se restableció. La Generalitat provisional se encargó de negociar con el gobierno central los traspasos de competencias a lo largo de 1978.
En Andalucía se aprobó en abril de 1978 el régimen preautonómico y se constituyó la Junta de Andalucía y acordó desarrollar el proceso autonómico a partir del artículo 151 de la Constitución, que hacía posible un acceso rápido. El 28 de febrero de 1980 se realizó un referéndum para ratificar la iniciativa autonómica en el que se estableció la necesidad de lograr en cada provincia la mayoría absoluta.
Aunque no se consiguiera la mayoría absoluta en Almería y se inició la redacción del Estatuto que fue aprobado por amplia mayoría el 20 de octubre de 1981.