Antiguo Régimen, Nueva Planta e Ilustración en España: Transformación y Modernización

Antiguo Régimen en España

El término Antiguo Régimen fue acuñado tras la Revolución Francesa de 1789, y se usa para definir la sociedad anterior a las revoluciones liberales. Sus rasgos principales son: sociedad estamental, economía de base rural y señorial, y régimen político de monarquías absolutas.

La llegada de los Borbones al trono español significó la consolidación del absolutismo monárquico de inspiración francesa. El monarca constituía la encarnación del Estado. Su poder era ilimitado y en su figura se concentraban todos los poderes.

La sociedad se caracterizaba por la desigualdad jurídica y el inmovilismo. Los grupos privilegiados eran dueños de la mayor parte de la propiedad territorial, no pagaban impuestos y ostentaban cargos públicos. Los no privilegiados estaban compuestos por el resto de habitantes del reino, soportaban la mayor parte de las cargas económicas del Estado y se hallaban marginados de las decisiones políticas. Los campesinos estaban sometidos al régimen señorial, y la burguesía comercial e industrial se desarrolló durante el siglo XVIII, aunque su peso e importancia no sobrepasaba el ámbito de algunas ciudades dedicadas al comercio, especialmente colonial.

La economía era fundamentalmente agraria y colonial. El 80% de la población se dedicaba a la agricultura, pero la mayor parte de la tierra cultivable estaba fuera del mercado y la mayor parte de la población no podía acceder a la propiedad, que estaba amortizada. Los grupos privilegiados eran los titulares de los señoríos, sobre los que ejercían jurisdicción y de los que recibían rentas. El comercio y la artesanía dependían del mundo agrario. La artesanía seguía organizada de forma gremial. Respecto al comercio, el mercado interior era débil y escaso, solo el comercio colonial mantenía cierta importancia gracias a las transacciones con América.

Decretos de Nueva Planta y la Unificación de España

Los primeros Borbones, Felipe V y Fernando VI, asumieron la tarea de unificar y reorganizar los reinos peninsulares.

Utilizaron los Decretos de Nueva Planta, un conjunto de decretos mediante los que:

  • Se reformaron las instituciones: Se suprimieron los fueros, la autonomía municipal y las Cortes de Cataluña, Aragón, Valencia y Mallorca, integrándolas en las Cortes de Castilla, que pasaron a ser Cortes de España. Se suprimió el Consejo de Aragón, cuyas funciones asumió el Consejo de Castilla, que pasó a ser un órgano consultivo y perdió peso en el gobierno.
  • Se reformó la administración central: Se crearon las Secretarías, que apoyaban la labor del monarca. Los secretarios eran nombrados por el rey y eran ayudados por funcionarios que ejecutaban las órdenes del rey y controlaban la administración.
  • Se reformó la administración provincial: Se crearon demarcaciones provinciales gobernadas por Capitanes Generales con atribuciones militares, administrativas y judiciales, que presidían las Reales Audiencias que se implantaron en todos los territorios. Se generalizó para el gobierno de las diferentes ciudades la figura del corregidor. Se creó la figura del Intendente, con la misión de recaudar impuestos y dinamizar la economía del país.
  • Se reorganizó la hacienda introduciendo un nuevo sistema impositivo. Con ello se pretendió llevar a cabo una reorganización administrativa del país a partir de la abolición de fueros y la implantación de una administración centralizada y controlada por la monarquía absolutista.

Los reinos de la Corona de Aragón perdieron sus fueros y privilegios y pasaron a depender de una administración única centralizada en la corte española.

La Ilustración en España: Razón y Progreso

La Ilustración fue una corriente de pensamiento con origen en Francia que se extendió por Europa durante el siglo XVIII. Sus principios básicos fueron: la confianza en la razón para alcanzar el conocimiento, y el interés por la educación y el progreso. Criticaba las bases del Antiguo Régimen y defendía la igualdad social, el derecho a la libertad del comercio y de la industria, y la necesidad de un contrato entre gobernantes y gobernados que garantizase los derechos del individuo.

En España, la introducción y difusión de las ideas ilustradas fue lenta y difícil por la ausencia de burguesía, la invalidez intelectual y el peso de la Iglesia. Desde 1750 surgió una generación de pensadores que reflejaban en sus escritos las preocupaciones ilustradas y criticaban el modelo social de España en el siglo XVIII. Todos coincidían en que la mejora del nivel cultural podía sacar al país del atraso, por ello hicieron de la educación un objetivo prioritario. La segunda preocupación fue la cuestión económica, por ello estudiaron la situación del país y propusieron una serie de reformas.

Carlos III ya conocía las ideas ilustradas y aceptó las reformas siempre que no atentaran contra el poder de la monarquía absoluta, forma de gobernar que se conoce como Despotismo Ilustrado. Se iniciaron una serie de reformas sociales y económicas.

Reformas Implementadas

  • En el ámbito social: Se intentó dignificar el trabajo, declarando honestas todas las profesiones (1783). Se reformó la educación, creando escuelas y academias. Se estableció la enseñanza primaria obligatoria.
  • En el ámbito económico: Se llevó a cabo un proyecto de reforma agraria. Se liberalizó el comercio y la industria. Se crearon las Sociedades de Amigos del País, con el objetivo de fomentar la agricultura, el comercio y la industria, traducir y publicar libros extranjeros e impulsar la difusión de ideas liberales.
  • En el ámbito político: Se establece el regalismo, doctrina política que defiende el poder del Estado frente a la Iglesia.

Las reformas sociales y económicas tuvieron éxito, pero la reforma agraria fue imposible ya que implicaba tocar los privilegios de la nobleza y el clero.

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