Ascenso y Caída de la Dictadura de Primo de Rivera: El Camino a la Segunda República

La Dictadura de Primo de Rivera y la Transición a la Segunda República

El Pronunciamiento de Primo de Rivera

El 12 de septiembre de 1923, el capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, protagoniza un golpe de Estado. La causa inmediata del pronunciamiento se atribuye a la falta de iniciativa política para solucionar los problemas del país y poner fin a la inestabilidad. Esta inestabilidad se debía a factores como:

  • Dificultades de orden público generalizadas.
  • Aumento de los precios.
  • Parálisis industrial.
  • Enfrentamientos en el Parlamento y en la opinión pública como consecuencia del desastre de Annual.
  • Clima conspirativo provocado por militares africanistas.
  • Declaraciones del Rey apelando a una solución “con o sin constitución”.

Ante esta situación, Primo de Rivera se pronuncia con sus tropas en Barcelona. El Rey le encarga formar gobierno, convirtiéndose en corresponsable de la instauración de la dictadura en España. El pronunciamiento se produce con escasa contestación de los medios económicos, sociales y políticos. El gobierno de García Prieto dimite, la clase política apenas reacciona y parte de ella se muestra a favor de la llegada del esperado “cirujano de hierro”. El PSOE y la UGT no organizan ninguna respuesta popular, y la CNT se muestra incapaz de oponer resistencia. Solo algunos intelectuales se muestran radicalmente opuestos a la instauración del régimen.

El Directorio Militar (1923-1925)

Las primeras medidas del dictador se dirigen a establecer un nuevo sistema de poder que permita la adopción de futuras políticas para la regeneración del país. Crea un directorio militar, formado por ocho generales y un contralmirante, como órgano asesor de Primo de Rivera, único ministro e interlocutor privilegiado ante el Rey, con quien despacha los asuntos del gobierno.

I. Libertades y Sistema de Representación

La dictadura supone una restricción general de libertades políticas y de prensa, y la anulación del sistema de representación creado con la Constitución de 1876. Pretende con ella la uniformidad de la voluntad nacional y dar una respuesta a los problemas de orden público heredados del periodo anterior. En este sentido, el directorio militar:

  • Suspende las garantías constitucionales.
  • Sustituye a los gobernantes civiles por militares.
  • Disuelve las diputaciones y suspende de sus funciones a todos los concejales de los ayuntamientos.
  • Crea el somatén.
  • Limita la libertad de prensa y establece la censura sobre publicaciones.
  • Destierra a Miguel de Unamuno.
  • Prohíbe las manifestaciones del Primero de Mayo.

II. Cataluña

Los aires regeneracionistas con los que la dictadura empieza su gobierno le proporcionan un cierto apoyo del nacionalismo catalán conservador. Pero pronto, la política del dictador choca con las aspiraciones nacionalistas. El presidente de la Mancomunidad es destituido, se suprime posteriormente dicha institución y se prohíbe la utilización del catalán en las iglesias.

III. Guerra de Marruecos

El directorio militar acepta los resultados de la investigación acerca de los sucesos de Annual. El general Berenguer es condenado y separado del ejército, pero las nuevas autoridades le conceden la amnistía. Primo de Rivera tiene que hacer frente a una situación en Marruecos que se ve progresivamente agravada por el nuevo empuje de las cabilas. Interviene de forma directa proclamándose Alto Comisario. La arrogancia de Abd el-Krim, que piensa en una inmediata toma de Tánger, hace que amplíe su campo de operaciones al sector francés de Marruecos. Esta situación propicia la creación de un frente franco-español que tiene como resultado el desembarco de Alhucemas. Las tropas franco-españolas infligen una severa derrota al caudillo marroquí, que se rinde unos meses más tarde a las autoridades militares francesas. Abd el-Krim es deportado finalmente a la isla de La Reunión. Finaliza, pues, la guerra de Marruecos, y Primo de Rivera consigue uno de sus mayores éxitos políticos.

IV. El Estatuto Municipal y Provincial

Se crea el Estatuto Municipal y Provincial, que establece una ampliación de competencias de los ayuntamientos y de las diputaciones para la gestión de los servicios a la población. Dicho estatuto permite el aumento del gasto en infraestructuras sanitarias, educativas y de alcantarillado, pero no la regeneración ni la neutralización de los caciques.

V. La Unión Patriótica

Tiene su origen en los círculos agrarios que se movilizan en abril de 1924, tras una llamada del dictador para la constitución de comités como plataformas políticas de apoyo al nuevo régimen. En su primera asamblea se le dota de una Jefatura Nacional y de una Junta Directiva con funciones consultivas. Bajo el lema “Patria, Religión y Monarquía”, sirve de encuentro a los viejos y nuevos caciquismos, los ayuntamientos y las diputaciones, pero es incapaz de traer la regeneración. La Unión Patriótica no puede ser considerada un partido democrático de masas. Su dependencia del poder provoca su disolución una vez finalizado el régimen dictatorial.

VI. Política Laboral y Relación con el Movimiento Obrero

Eduardo Aunós regula las condiciones de la emigración estableciendo una dirección general para la misma, crea el seguro de maternidad, ayudas para familias numerosas, seguro de enfermedad y descanso dominical. Su obra cumbre en el plano laboral es la fundación de la Organización Corporativa del Trabajo, que regula las condiciones salariales y laborales sometiéndose al arbitraje de la autoridad gubernativa.

La UGT participa en estos comités siguiendo la orientación de Largo Caballero, que pretende crear una organización fuerte que asegure la transformación paulatina de la sociedad. Con ello, el sindicalismo socialista acepta de hecho algunos de los principios reguladores del sindicalismo católico.

Se produce una honda división en el socialismo español entre la rama sindical, mayoritaria, y la rama política, minoritaria. El resultado de esta estrategia socialista es el logro de cierta paz social. Con los primeros efectos de la crisis, la posición de UGT y del PSOE se modifica, y adopta posiciones de apoyo al régimen republicano.

La CNT conoce durante la dictadura una etapa difícil, marcada por la persecución y el asesinato de sus líderes y su división interna. La organización federal tiene que esperar a 1930 para la reconstrucción desde sus bases clandestinas.

El PCE reestructura su dirección en 1925, colocando al frente a José Bullejos, que mantiene una orientación extremista en el seno de un partido con apenas influencia social y que trata de penetrar en la CNT. Se incorporan al partido dirigentes sindicales sevillanos como José Díaz.

El Directorio Civil (1925-1930)

El 3 de diciembre de 1925, una vez realizada parte de la tarea con la que se autojustificó el golpe y en medio de una gran popularidad por la marcha de los acontecimientos en Marruecos, Primo de Rivera establece el Directorio Civil, con la intención de institucionalizar el nuevo régimen. El nuevo equipo de gobierno constituido por Primo de Rivera es una conjunción de antiguos mauristas y de miembros de la Unión Patriótica.

I. Institucionalización de la Dictadura

Ante la resistencia del monarca a la convocatoria de una Asamblea Nacional Consultiva en 1926, Primo de Rivera impone la adhesión popular hacia el nuevo régimen, medida con la que fuerza al rey a aceptar la citada convocatoria. Componen la Asamblea miembros por derecho propio y representantes de las distintas corporaciones españolas.

La principal misión de dicha asamblea es la redacción de una nueva constitución, terminada finalmente en 1929. Sin embargo, dicho proyecto es rechazado al no contar con el apoyo de la corona, pues elimina la prerrogativa que tenía el monarca de sanción de los ministros. La oposición tampoco la admite, al considerar que en la misma se conceden excesivos poderes al Rey.

II. Política Económica

Las medidas más relevantes fueron:

  1. Creación de monopolios como CAMPSA o la Compañía Telefónica Nacional de España.
  2. Otorgación de subvenciones a compañías navieras como Transmediterránea.
  3. Realización de obras públicas, que multiplica la producción de electricidad.
  4. Concentración bancaria.
  5. Intento de llevar a cabo una reforma fiscal, que fracasa ante la oposición.
  6. Proteccionismo, a través del fomento de la producción industrial con ayudas fiscales y créditos.
  7. Aumento de la concentración empresarial.
  8. Desarrollo de la industria básica (siderurgia, químico-pesada y fuentes de energía).
  9. Fomento del turismo.
  10. Creación de un plan hidrológico y la aparición de las confederaciones hidrológicas.

III. Política Exterior

La dictadura establece como ejes de su política exterior:

  1. La alianza coyuntural con Francia para acabar con la presión de las cabilas de Abd el-Krim.
  2. Una actitud posterior de acercamiento a Inglaterra con el fin de sostener una posición de fuerza en el territorio marroquí frente a Francia.
  3. Intento de aumentar la representación de España en el Consejo Permanente de la Sociedad de Naciones.
  4. Intensificar las relaciones con Portugal e Hispanoamérica.

Crisis de la Dictadura

El fracaso que para la institucionalización del régimen supone el rechazo de una nueva constitución acelera la descomposición de la dictadura, que sufre el acoso de varios movimientos situados a su izquierda y a su derecha. Esto supone un desgaste para el dictador, que tiene como consecuencia final su dimisión y exilio voluntario.

I. Movimiento Estudiantil

Los estudiantes, organizados en la Federación Universitaria Escolar, y el claustro de la Universidad de Madrid protagonizan una gran movilización en 1928, como consecuencia de la aprobación del artículo 53 de la reforma de enseñanza universitaria. Mediante este artículo se equiparan los títulos expedidos por las universidades de los agustinos de El Escorial y de los jesuitas de Deusto con los de las universidades públicas.

En marzo de 1929 se reabre el conflicto. La movilización de estudiantes es reprimida por el gobierno, pero se extiende a otras universidades y se radicaliza con la quema de efigies del monarca y del dictador.

La protesta se amplía con la intervención de profesores. Como respuesta, el gobierno cierra la Universidad Central. Finalmente, en septiembre de 1929, el gobierno deroga el artículo 53.

II. Malestar en el Ejército

En 1926 se produce una modificación de los criterios tradicionales de ascenso, por escala cerrada, en el arma de artillería. El hecho origina un grave enfrentamiento con Primo de Rivera, que se opone a los criterios elaborados por las asambleas de jefes y generales del arma. El gobierno suspende a todos los oficiales de artillería y libera de la subordinación y disciplina a los suboficiales y soldados. El rey no interviene, lo que favorece la futura tendencia republicana del arma de artillería.

III. Pronunciamiento Republicano

José Sánchez Guerra es el dirigente de un pronunciamiento realizado el 29 de enero de 1929. Su objetivo es levantar a las guarniciones de la periferia de Madrid y llevar a cabo una huelga general. El movimiento fracasa por la indecisión de muchos jefes comprometidos. Finalmente, el movimiento es reprimido por la fuerza.

IV. Crisis de la Peseta

El déficit comercial y la especulación de ciertos grupos en torno al valor de la peseta motivan su devaluación con respecto a la libra. Estos factores quebrantan la imagen de un régimen que apenas cuenta con apoyo político en la derecha y en la izquierda. La Corona, que teme ser arrastrada por la oposición al dictador, acepta la dimisión de Primo de Rivera en enero de 1930.

El Gobierno de Berenguer (Vuelta al Turnismo)

El antiguo comisario de Marruecos, general Dámaso Berenguer, es elegido por el rey Alfonso XIII para conducir la transición desde el régimen dictatorial a la normalidad constitucional de 1876. Difícil tarea que supone pasar por alto los últimos siete años, a la que se une el ritmo lento de transición que adopta el general y los presupuestos económicos que paralizan la inversión estatal y, por tanto, la demanda de bienes a los sectores industriales. Los apoyos al nuevo gobierno son escasos. Berenguer establece medidas para diluir el sistema de poder de la dictadura. Ante la presión popular, decreta una amnistía que soluciona el problema de los artilleros y facilita el ingreso de los catedráticos en la universidad. Su gobierno ha de hacer frente a la hegemonía de la izquierda social en la calle, que protagoniza una oleada de huelgas dirigidas por el PSOE, la UGT y la CNT. Se produce un hundimiento de la popularidad del monarca, por lo que se reconvierte la Unión Patriótica en un bloque monárquico bautizado con el nombre de Unión Monárquica Nacional en 1931. Este bloque no logra aunar a todas las fuerzas alfonsinas. Los grupos republicanos se muestran muy activos en la preparación del advenimiento del nuevo régimen político y encuentran adhesión de una parte de la intelectualidad y del ejército.

Pacto de San Sebastián e Insurrección Republicana

Fruto de los contactos entre el viejo republicanismo y los nuevos grupos conservadores que estiman necesaria la caída de la monarquía es el Pacto de San Sebastián, firmado el 17 de agosto de 1930.

Este pacto supone la conjunción de esfuerzos entre grupos que abarcan un amplio espectro político: el conservadurismo republicano, el catalanismo republicano, el regionalismo gallego, el centro-izquierda, el radicalismo y el federalismo.

En el acuerdo se establece la formación de un comité ejecutivo y la estrategia para el advenimiento de la República, consistente en la insurrección del ejército, la rebelión de Cataluña y la movilización obrera.

A partir de entonces tiene lugar una campaña a favor del régimen republicano. Los contactos con las organizaciones proletarias UGT y CNT dan como resultado su incorporación a la conspiración en octubre de 1930. El comité pasa a denominarse Gobierno Provisional de la República y establece el 15 de diciembre como fecha para la insurrección, pero los capitanes al mando de la insurrección la adelantan en Jaca el día 12 de diciembre.

Proclaman la República en la ciudad oscense y se dirigen hacia Huesca, pero las condiciones climáticas adversas, la ausencia de otros insurrectos y la falta de munición determinan la rendición de los capitanes al mando.

Mientras tanto, en Madrid, el general Mola ordena la detención del gobierno provisional y de sus miembros destacados del republicanismo y del socialismo. El movimiento previsto para el día 15 fue un fracaso en Madrid al no movilizarse las organizaciones obreras y no entrar en acción los militares comprometidos. Con la proclamación del Estado de Guerra, la censura previa y parte del comité revolucionario detenido, el movimiento se extingue en el resto del Estado, que ha respondido con la convocatoria de huelgas generales en numerosas ciudades.

La Caída de la Monarquía

El fracaso de la insurrección no detiene el ascendente movimiento hacia un cambio de régimen. Tras el levantamiento del estado de guerra, la universidad española se paraliza ante los ataques de los legionarios en la Universidad de Madrid. Como respuesta, el gobierno vuelve a cerrar los centros universitarios.

El gobierno de Berenguer no consigue concertar con la oposición el modelo de elecciones. Los republicanos exigen que se convoquen elecciones municipales como medio de garantizar la limpieza electoral.

El 14 de febrero de 1931, Alfonso XIII acepta la dimisión de Berenguer y abre paso al último Gobierno de la monarquía, que recae en el almirante Aznar. Como misión inmediata tiene que celebrar el juicio contra el Gobierno Provisional de la República, condena a los acusados únicamente a seis meses y son inmediatamente puestos en libertad. Se convocan elecciones de carácter municipal en las que se obtiene la mayoría republicana, y el 14 de abril de 1931 se proclama en la Puerta del Sol la Segunda República. Finalmente, el rey decide salir de España desde el puerto de Cartagena.

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