La República de Weimar: Auge y Caída
La Derrota en la Gran Guerra y el Tratado de Versalles
El régimen surgido tras la derrota en la Primera Guerra Mundial fue democrático y parlamentario, conocido como la República de Weimar. El nuevo estado alemán firmó el Tratado de Versalles con los vencedores, pero la mayoría consideró que el acuerdo era impuesto y humillante. Muchas fuerzas políticas alemanas pretendían revisar dicho acuerdo. Los partidos nacionalistas, antiliberales y militaristas eran muy numerosos, especialmente en la zona de Baviera. En este ambiente, Hitler refundó el Partido Nacional-Socialista Obrero Alemán en Múnich.
El Desorden Económico de la Posguerra
La Primera Guerra Mundial provocó una catástrofe económica sin precedentes y un período de hiperinflación. En 1923, la crisis se acentuó, el dinero se devaluó y los más afectados fueron los ahorradores modestos, pensionistas, viudas de guerra, funcionarios y asalariados. Era frecuente que se acusara a algunos grupos sociales de conspirar para enriquecerse a costa de los «buenos alemanes».
La Debilidad del Régimen
La República de Weimar tuvo que hacer frente a los intentos revolucionarios promovidos por el Partido Comunista, a los intentos de separación de varios estados y a los golpes de estado de grupos de extrema derecha. La República se hizo más derechista y reprimió con mayor dureza al movimiento obrero que al golpismo. La tolerancia hacia los golpistas llegó a ser escandalosa y se consintió la violencia callejera de las milicias paramilitares del partido nazi (entre ellas, las SA, tropas de asalto paramilitares creadas en 1920, conocidas por su uniforme de camisas pardas, y las SS, policía militarizada diseñada como guardia personal de Hitler).
La División del Parlamento
El sistema electoral alemán impedía que los partidos obtuvieran mayorías suficientes para gobernar en solitario. Esto obligó a formar gobiernos de coalición inestables. Hitler abandonó en sus discursos todo aquello que sonase a revolucionario y recibió el apoyo de grupos sociales y la financiación del gran capital. Esta estrategia le permitió acceder al poder.
La Crisis de 1929
Alemania fue uno de los países más afectados por la Gran Depresión, que incrementó el malestar social y el desempleo existente, amenazando con arruinar a la clase media alemana. En las elecciones de 1932, el Partido Nazi fue el más votado. Hindenburg invitó a Hitler a dirigir un gobierno de coalición derechista el 30 de enero de 1933.
Los Nazis en el Poder
Hitler construyó un régimen a su medida. Para suprimir la democracia, disolvió el Reichstag y convocó elecciones. En febrero de 1933, decretó el estado de excepción. Otra medida adoptada por Hitler fue prohibir partidos políticos y asociaciones, excepto el Partido Nazi y sus organizaciones. Logró que el Reichstag votase a favor de una ley de emergencia que le permitía aprobar leyes sin contar con el parlamento. Finalmente, convocó elecciones con única lista nazi, convirtiendo a Alemania en un estado de partido único. Tras la muerte de Hindenburg, no se eligió a un nuevo presidente de la república, sino que Hitler se autodenominó Führer. Para exterminar toda oposición, Hitler se deshizo del ala más radical de su partido, liderada por las SA. En 1934, en la llamada «Noche de los Cuchillos Largos», fueron asesinados todos los dirigentes de las SA. Hitler se atrajo al ejército y al capitalismo. Desde ese momento, las SS y la Gestapo (policía política) dirigieron la represión.
Las Alternativas Democráticas
Reino Unido
Sufrió graves problemas después de la Gran Guerra, pero contó con ventajas:
- Una larga tradición parlamentaria: El sistema político británico no fue consecuencia de la guerra, sino que ya existía.
- Un sistema electoral mayoritario (no proporcional): Este sistema permitía mayorías absolutas en las cámaras y gobiernos fuertes, difíciles de derribar.
- Unos partidos políticos (izquierda y derecha) que aceptaban el sistema: Sobresalían el Partido Conservador y el Partido Laborista.
- Un movimiento obrero formado por sindicatos maduros y experimentados: Reivindicaban medidas a través de huelgas bien organizadas, pretendiendo negociar, no hacer la revolución.
- Un vasto imperio: Les permitió mantener el liberalismo económico durante más tiempo que la mayoría de países europeos. En 1932 se recurrió al proteccionismo.
Francia
Impidió que el autoritarismo se estableciera gracias a:
- Un sistema electoral mixto: Se facilitaba la formación de coaliciones antes de las elecciones, con la intención de lograr mayorías en cada distrito. Los gobiernos fueron inestables.
- La unión de la izquierda: El impacto de la crisis económica y la impotencia de los sucesivos gobiernos para atajarla impulsaron un movimiento fascista. Los socialistas, los comunistas y la izquierda burguesa se unieron para evitar una dictadura fascista, creando el Frente Popular que venció en las elecciones.
- Los intentos de potenciar el poder adquisitivo: El gobierno logró que obreros y empresarios suscribieran los Acuerdos de Matignon, que reducían la semana laboral a cuarenta horas y aumentaban los salarios.
Estados Unidos
La estabilidad estadounidense fue posible gracias a:
- Su relativo aislamiento de los problemas europeos: EE.UU. no participó en la Sociedad de Naciones y se limitó a facilitar el pago a sus deudores europeos tras la Primera Guerra Mundial.
- El predominio político del Partido Republicano hasta 1933: Este partido representaba a los empresarios industriales, financieros y comerciales.
- El desarrollo de la sociedad de consumo: Sirvió de soporte a un sistema político muy estable.