La Revolución Francesa: Girondinos, Jacobinos y el Camino hacia Napoleón
El Contexto Político de 1792
En 1792, Francia se encontraba en plena efervescencia revolucionaria. Se formaron partidos políticos con diversas ramas, destacándose principalmente dos: los girondinos y los jacobinos.
- Girondinos: Representaban a la alta burguesía y eran monárquicos constitucionales. Buscaban cambios moderados y se sentaban a la derecha en la Asamblea Nacional. Defendían un sufragio universal masculino limitado por la riqueza.
- Jacobinos: Eran republicanos radicales, apoyados por la baja y media burguesía. Querían cambios profundos y promovían el sufragio universal. Se ubicaban a la izquierda en la Asamblea.
De esta división en la Asamblea surge la diferenciación moderna entre partidos políticos de izquierda y derecha.
La Caída de la Monarquía y el Gobierno Girondino
Inicialmente, los girondinos tuvieron el poder. Sin embargo, durante esta etapa, se produjo el arresto de Luis XVI y su familia. La Asamblea Nacional descubrió pruebas de que el rey conspiraba con otros países para recuperar el control absoluto. Estas cartas llegaron al Parlamento, confirmando la traición del monarca.
El 21 de enero de 1793, Luis XVI fue condenado a muerte y ejecutado en la guillotina. Aunque el gobierno girondino llevó a cabo la ejecución, las pruebas eran irrefutables.
La Influencia de Marat y el Radicalismo
En este período, Jean-Paul Marat, autor de periódicos, cobró gran relevancia. Su periódico, de corte amarillista, se convirtió en un símbolo de la Revolución. Marat incitaba a la violencia, publicando supuestas situaciones y listas de sospechosos que no estaban de acuerdo con el Parlamento, muchos de los cuales terminaron en la guillotina. Tras su muerte, se convirtió en un mártir de la Revolución.
Robespierre y el Reinado del Terror
Otro personaje fundamental fue Maximilien Robespierre. Huérfano y con una beca de estudios, se graduó en Derecho. Inicialmente, estaba en contra de la pena de muerte y se le conocía como «El Incorruptible».
Robespierre, miembro de los jacobinos, impulsó la segunda constitución republicana de 1793, instaurando la Primera República Francesa. Aunque no era extremadamente radical al principio, todo cambió cuando llegó al poder.
Tras la ejecución del rey, el poder girondino se debilitó, y los jacobinos tomaron el control del gobierno. Robespierre cambió la constitución, dando inicio al período conocido como «El Terror», la etapa más sangrienta de la Revolución.
El poder jacobino se basaba en el apoyo popular, especialmente de los campesinos. Dentro de este grupo, destacaban los sans-culottes, los más radicales, que controlaban las calles. Se les llamaba así porque usaban pantalones largos, a diferencia de los menos radicales, que vestían pantalones piratas y medias.
La Convención y la Radicalización de la Revolución
Los jacobinos, una vez en el poder, implementaron una serie de reformas. La Convención fue un período de aplastante presencia jacobina. Robespierre, sospechando de todos, suspendió los derechos civiles para asegurar su poder. Comenzó a ejecutar a cualquier persona considerada sospechosa. Se calcula que unas 10,000 personas fueron ajusticiadas con juicio y unas 40,000 sin él. Nadie estaba a salvo, incluyendo a girondinos y a jacobinos importantes como Danton, quien, a pesar de ser radical, fue ejecutado por Robespierre por pedir moderación.
La Contrarrevolución en la Vendée
La región de la Vendée, predominantemente agrícola, se convirtió en un foco contrarrevolucionario. Durante la Convención, se desató una guerra interna entre el ejército revolucionario y los aldeanos. Robespierre envió soldados con la orden de aniquilar a cualquier ser viviente en la Vendée, lo que se considera un genocidio.
La Caída de Robespierre
Robespierre, en su paranoia, comenzó a elaborar una lista de sospechosos incluso dentro de las filas jacobinas. Antes de que pudiera ejecutar a más personas, fue acusado de dictador y ajusticiado en la guillotina en 1794.
La Guerra contra Austria y el Ascenso de Napoleón
Ante el peligro de una intervención austriaca, Francia se adelantó y declaró la guerra. A pesar de los problemas internos y el caos, Francia también enfrentaba una guerra externa. Los austriacos estuvieron a punto de entrar en París.
En este contexto bélico, surgió la figura crucial de Napoleón Bonaparte. Un soldado que ascendió rápidamente en el escalafón militar y que ahora dirigía ejércitos en esta guerra, comenzando a destacar.
El Directorio (1795-1799)
Tras la caída de Robespierre, el poder volvió a los girondinos, quienes promulgaron la Constitución de 1795, más moderada y similar al modelo británico. El poder legislativo se dividió en dos cámaras, y el ejecutivo recayó en cinco personas que formaban el Directorio.
Este período, conocido como el Directorio, no fue fácil. Aunque se suprimió el Terror y la psicosis de las ejecuciones indiscriminadas, la situación económica era crítica debido a la guerra y la hambruna. El Directorio enfrentó una situación muy difícil.
Napoleón y el Fin del Directorio
Francia comenzó a ganar batallas gracias a Napoleón, quien finalmente obligó a Austria a firmar la paz. Napoleón negoció la rendición austriaca por su cuenta, repartiendo tierras y obteniendo ganancias territoriales, sin contar con el Directorio. Sin embargo, el Directorio no pudo hacer nada debido al caos interno.
El Directorio se apoyó en el ejército, especialmente en Napoleón, para calmar a la población. Napoleón fue ganando peso político y tomando decisiones sin consultar al Directorio, como la paz con Austria y la invasión de Egipto. Su objetivo era perjudicar a Inglaterra, que comerciaba desde Egipto. Conquistó Egipto (Batalla de las Pirámides) y Siria, aunque fue derrotado por el comandante Nelson en la Batalla del Nilo.
Napoleón abandonó a su ejército en Egipto, regresó a Francia y dio un golpe de Estado el 18 de Brumario de 1799, derrocando al Directorio. Estableció un sistema consular con tres cónsules, siendo él el Primer Cónsul, marcando el inicio de una nueva era en Francia.