Ascenso y Consolidación del Fascismo Italiano: Un Estudio Detallado

El Fascismo en Italia

El final de la guerra tuvo graves efectos económicos y sociales, se disparó la inflación y hubo una oleada de huelgas. Los empresarios temían una revolución. La crisis afectó también a la monarquía y provocó un crecimiento de partidos políticos de masas (socialista y popular católico). El partido socialista no consiguió aunar a las masas por sus problemas entre los reformistas y los maximalistas, estos últimos fundaron el partido comunista.

El 23 de marzo de 1919, Benito Mussolini fundó en Milán el Fascio italiano de combatientes, pero en las elecciones de finales de 1919 no consiguió ningún escaño por Milán, obteniendo menos de 5000 votos.

El Ascenso del Fascismo

El desarrollo del fascismo se inició en 1920 por el miedo que tenía la clase dirigente a cualquier iniciativa de la extrema izquierda. Todos aportaron al fascismo: los industriales, el ejército, la policía y la justicia.

La elección de un alcalde comunista en Bolonia en noviembre de 1920 hizo que el fascismo interviniera contra los campesinos, las cooperativas rurales, contra los sindicatos, las casas del pueblo y los periódicos de izquierdas. El fascismo creció rápidamente, llegando a más de 700,000 miembros en la primavera de 1922.

En 1921 se creó el Partido Nacional Fascista. La extrema izquierda no reaccionó. Los socialistas organizaron una huelga general que los fascistas rompieron por la fuerza.

En las elecciones de mayo de 1921 solo hubo 32 fascistas en la cámara, pero Mussolini contaba con el apoyo de los grandes propietarios, industriales y el estado mayor. El rey Víctor Manuel III solo quería mantener la corona, y en octubre de 1922 llamó a Mussolini para formar un nuevo gobierno.

Consolidación del Poder Fascista

Inicialmente, Mussolini nombró a 4 ministros fascistas junto con liberales, conservadores y populares. Dejó subsistir a una prensa de oposición, pero prohibió las huelgas. En noviembre de 1922 le concedieron a Mussolini plenos poderes, lo que hizo que en las elecciones de abril de 1924, y gracias a la nueva ley electoral, a los industriales y a la violencia fascista, Mussolini obtuviera el 65% de los votos y 375 escaños.

En 1924, el terrateniente Matteotti, que además era diputado socialista y secretario general del partido, acusó a Mussolini de violencia y malversación, y amenazó con aportar las pruebas que lo demostraban. El 10 de junio, Matteotti fue asesinado. Mussolini, como responsable indirecto del asesinato, fue atacado por la oposición y una parte de los diputados boicotearon las sesiones de la cámara. El 3 de enero de 1925, reivindicó la responsabilidad de lo ocurrido, lo que en la práctica fue el anuncio de la dictadura.

Desde el ministerio del interior se prohibieron todas las publicaciones, se detuvo a periodistas, queriendo eliminar así toda la oposición. Prepararon leyes nuevas para modificar la estructura del estado y dar a Mussolini pleno poder. Solamente estaba por encima de él el rey, aunque su papel era solo representativo como jefe del estado. De esta manera, la doctrina de Mussolini dominó el estado, representado por el Duce, y dominó al individuo, a la familia, a los movimientos juveniles, a las corporaciones y todo. El objetivo fundamental era el poder y la grandeza de la nación italiana, eliminando la lucha de clases y las diferencias políticas.

El fascismo permitió que subsistieran algunos cuadros. El rey tenía un papel representativo, los senadores tenían honores pero no tenían poder. Los diputados, a partir de 1928, fueron elegidos para depender solamente del Partido Fascista, su papel solo era consultivo.

El Duce solo respondía ante el rey, tenía el poder económico y militar, nombraba y revocaba a los ministros, se rodeaba de sus compañeros. El partido fascista controlaba la propaganda y se encargaba de mantener el orden. Tener el carnet del partido se convirtió en algo obligatorio para poder encontrar un empleo o tener cualquier cargo público.

El Estado Corporativo

En 1926, la ley Rocco hizo que todos los trabajadores se relacionaran con los sindicatos fascistas para fijar las condiciones de trabajo y los salarios, y prohibieron completamente la huelga.

La Carta de Trabajo en 1927 hizo que el estado corporativo organizara la vida económica y tuviera la responsabilidad de que se respetaran los convenios colectivos y que el interés nacional fuera más importante que el interés privado.

En 1934 se integraron los sindicatos fascistas en 22 corporaciones dirigidas por un consejo en donde convivían los representantes de los trabajadores y de los sindicatos, pero todas estaban arbitradas por el estado.

Características del Fascismo

El carácter más importante del fascismo es que es totalitario, es decir, dirige y controla en todos los ámbitos, la actividad y lo que piensa cada italiano.

Para movilizar a la gente, lo hacían desde organizaciones que controlaba el partido y desde los primeros años. Desde los 4 años a los niños les encuadraban en alguna de ellas hasta que a los 18 años pasaban a pertenecer a las juventudes fascistas. Todas estas organizaciones dependían del secretario general del partido y a finales del régimen eran prácticamente obligatorias. Su finalidad era convertir a los italianos en verdaderos fascistas.

Para los aspectos espirituales y culturales, se creó el ministerio de prensa y propaganda que se ocupaba de controlar la prensa e hizo que la propaganda fuera obsesiva desde los años 30.

La enseñanza primaria y superior estaban completamente controladas por el régimen, los profesores tenían que prestar juramento de fidelidad al régimen. La menos controlada era la educación secundaria.

A partir de 1936, el totalitarismo italiano se radicalizó en gran medida por la aproximación a la Alemania nazi, a causa también del control que el gobierno tenía sobre todas las cosas. Y a partir de 1938 parecía todo una imitación del reich hitleriano, incluso por el racismo hacia los judíos.

Oposición al Régimen

Al igual que Hitler, Mussolini no tenía apenas oposición. Los partidos políticos contrarios pasaron a ser clandestinos. Se organizaron varios atentados contra el Duce, pero todos fallaron. A los opositores los enviaban a prisiones pequeñas en poblaciones aisladas.

Otra oposición fue la iglesia católica, pero la mayor oposición se realizó desde el exterior, sobre todo en Francia, donde organizaron la resistencia al fascismo publicando periódicos y libros y denunciando ante la opinión mundial el verdadero fascismo, aunque nunca consiguieron levantamientos armados en Italia.

Economía Fascista

En lo económico, el fascismo se encargó de proteger la industria nacional y la autofinanciación económica. En 1933 se creó un instituto para ayudar a las empresas con dificultades mediante la compra de sus acciones por bancos. Así, el estado se fue haciendo con el control de los sectores económicos.

En 1934, el estado, para protegerse, solo autorizó importaciones que ellos consideraban imprescindibles. La industria nacional se renovó, pero a costa de una baja calidad y elevados costes. Se invirtió en obras públicas para frenar el desempleo y se quiso fomentar la producción agraria y la natalidad.

El nivel de vida de los italianos se situó por debajo del europeo, los salarios disminuyeron y subió el paro.

El principal beneficio del fascismo fue la poderosa oligarquía gracias a la estrecha relación entre el sector privado y el estatal.

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