Ascenso y Consolidación del Nazismo en Alemania: De Weimar al Tercer Reich

La Instauración del Nazismo en Alemania

La República de Weimar

A punto de finalizar la Primera Guerra Mundial, el káiser Guillermo II abdicó y se proclamó la república, estableciendo su capital en Weimar. Alemania tuvo que asumir la derrota militar y aceptar las duras condiciones de paz del Tratado de Versalles, considerado humillante por muchos alemanes. Los años de posguerra fueron para Alemania de crisis económica, miseria y paro. La República de Weimar, dirigida por democratacristianos y socialistas, tuvo que hacer frente a la dura situación económica y al descontento de varios sectores de la población. En sus primeros años, se vio amenazada por movimientos revolucionarios de izquierda y por varios golpes de Estado de la extrema derecha.

Hitler y el Partido Nazi

Adolf Hitler, un soldado de la Primera Guerra Mundial que no aceptó la derrota alemana, fundó el Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores de Alemania (NSDAP), del que se erigió líder. Se dotó de una organización paramilitar, las Secciones de Asalto (SA). Su ideología despreciaba la democracia y odiaba el bolchevismo. Defendía el antisemitismo, la superioridad de la raza aria y la necesidad de forjar un gran imperio. Para cautivar a los trabajadores, no dudó en usar la demagogia, prometiendo trabajo, reducción de los beneficios industriales, mejora de los salarios y una sociedad más solidaria. Acusó a los judíos, comunistas y demócratas de ser responsables de la crisis alemana. Las milicias nazis se opusieron violentamente a la república y protagonizaron intentos de insurrecciones.

El Nazismo al Poder

Hubo una mejora de las condiciones económicas y una cierta estabilidad social. Sin embargo, las consecuencias de la crisis de 1929 fueron muy duras. La retirada del capital estadounidense llevó a muchos bancos a la quiebra, provocando el cierre de fábricas, paro y descontento social. El malestar social llevó a una buena parte de la población hacia las propuestas de los partidos extremistas, siendo muchos atraídos por las promesas nazis. El Partido Nazi comenzó a contar con el apoyo de personas influyentes y a disponer de fuertes ayudas económicas. Tras las elecciones de 1932, el Partido Nazi consiguió que se nombrase a Hitler canciller. Poco después, los escuadrones nazis provocaron un incendio en el Parlamento (Reichstag) y acusaron a los comunistas. Tras este hecho, Hitler exigió plenos poderes y eliminó a sus adversarios. Tras la muerte del presidente Paul von Hindenburg, se proclamó Führer y Canciller del Tercer Reich.

El Tercer Reich Alemán

La Dictadura Nazi

En poco tiempo, los nazis transformaron Alemania en una dictadura. Disolvieron todos los partidos y sindicatos, clausuraron el Parlamento, suprimieron las elecciones y las libertades individuales, e iniciaron la persecución sistemática de los opositores. Solo quedó autorizado el Partido Nazi, que monopolizaba todo el poder. Los trabajadores fueron llamados a afiliarse al Frente Alemán del Trabajo (DAF). La administración pública fue depurada con una ley que autorizaba el despido por razones políticas y raciales. La judicatura independiente desapareció. Desde el punto de vista social, el Estado nazi aspiraba a una total cohesión de la sociedad alemana, basada en la superioridad de la raza aria y la ideología nacionalsocialista. El nazismo otorgaba a la mujer un papel social muy marginal, limitando su actividad a las llamadas «tres K»: Kinder (niños), Küche (cocina) e Kirche (iglesia). Se crearon las Juventudes Hitlerianas para orientar el ocio y la educación de los jóvenes.

Un Régimen de Terror

El Estado se convirtió en un Estado policial que impuso su régimen por medio del terror. Unos poderosos cuerpos policiales, como la Gestapo y las SS, se encargaban de perseguir cualquier conato de oposición y de imponer el orden. El mantenimiento de la pureza racial de la sociedad alemana conllevó la persecución de los judíos, promulgándose el boicot a los negocios judíos, prohibiéndose los matrimonios mixtos, etc. Se crearon campos de concentración para recluir a los opositores y a los enemigos del Reich.

Autarquía Económica y Rearme

Desde el punto de vista económico, el Reich se propuso promover un relanzamiento que hiciese de Alemania una potencia económica mundial. La política nazi respondía fundamentalmente a los proyectos militaristas y expansionistas de Hitler. El Estado nazi ejerció un fuerte dirigismo económico que tenía como objetivo conseguir la autarquía económica y convertir a Alemania en un Estado autosuficiente. La industria del armamento tuvo prioridad y alcanzó un gran desarrollo. Para hacer frente al paro, se llevó a cabo un programa de obras públicas. Las ambiciones expansionistas necesitaban un ejército poderoso, por lo que se inició una política militarista. Con un ejército poderoso, Hitler se sintió preparado para lanzarse a la construcción de un gran imperio.

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