Los Felices Años Veinte y la Crisis Económica
Prosperidad y Consumo en Estados Unidos
En los felices años veinte, la economía estadounidense experimentó un prolongado crecimiento después de la Primera Guerra Mundial, lo que llevó a una década de prosperidad y a la creación del modelo de vida americano. La innovación técnica, el taylorismo y el fordismo, ayudaron a aumentar la productividad y reducir costos, mientras que los salarios, las campañas publicitarias, la compra a plazos y los préstamos bancarios permitieron la era del consumo de masas. La bolsa experimentó un gran auge debido al aumento de los resultados empresariales.
Desigualdad y Crisis
No todos se beneficiaron por igual. A partir de 1926-1927, la agricultura enfrentó dificultades debido a la acumulación de stocks, lo que provocó la caída de los precios agrícolas y muchos campesinos endeudados perdieron sus tierras y propiedades. En la industria, el aumento de los salarios fue menor que el de los beneficios, disminuyendo la capacidad adquisitiva de algunos estadounidenses y generando una sobreproducción de productos. Esto anunció la crisis económica que se avecinaba.
El Crack del 29 y sus Consecuencias
El crack bursátil de 1929 se desencadenó debido a la desconfianza de los inversores en la cotización de las acciones, provocando una caída en picado de su valor y la ruina de miles de inversores. El pánico se extendió entre los ciudadanos y los bancos se vieron obligados a cerrar por falta de fondos. La crisis se extendió, provocando una recesión económica generalizada, un aumento del desempleo y la disminución del consumo. En 1932, muchas familias cayeron en la miseria.
El New Deal de Roosevelt
Estados Unidos y otros países tomaron medidas para la recuperación económica. Franklin D. Roosevelt propuso el New Deal, un programa que defendía la intervención del Estado en la economía para ayudar a empresas privadas y crear empresas públicas en sectores sin incentivos para la inversión privada. Estableció un control sobre los bancos y promovió un gran plan de obras públicas para combatir el desempleo.
El Ascenso del Fascismo en Italia
Descontento y Crisis en la Posguerra
Tras la Primera Guerra Mundial, Italia se sintió decepcionada por los acuerdos de paz. La inestabilidad política entre 1919 y 1922, junto con una inflación elevada, el aumento del costo de vida y la disminución de los salarios reales, generaron un movimiento huelguístico que empezó a preocupar a las clases más conservadoras.
El Liderazgo de Mussolini y el Partido Fascista
El ascenso del fascismo fue liderado por Benito Mussolini, quien creó en 1919 la Fasci de combate, grupos paramilitares uniformados con camisas negras, para frenar el auge del movimiento obrero en Italia. En 1921, los fascis se transformaron en el Partido Nacional Fascista, con el objetivo de detener los movimientos revolucionarios. Su ideología se basaba en la construcción de un Estado fuerte que garantizase la propiedad privada y una política exterior expansionista. En las elecciones de 1922, Mussolini exigió al rey que le entregara el gobierno, y tras organizar una Marcha sobre Roma, el monarca lo nombró jefe de Gobierno.
El Nazismo en Alemania y el Camino hacia la Guerra
La República de Weimar y sus Desafíos
Alemania se convirtió en una república democrática y estableció su capital en Weimar. La República de Weimar enfrentó la oposición de grupos de izquierda y de extrema derecha, así como la crisis económica, la inflación y el desempleo. Las duras condiciones del Tratado de Versalles empeoraron la situación, con la pérdida de territorios y reparaciones económicas. La situación de pobreza afectó a todas las clases sociales en Alemania.
El Ascenso de Hitler y el Partido Nazi
Adolf Hitler se unió al Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP) en 1920 y se convirtió en su líder indiscutible. Su ideología se refleja en «Mi lucha», donde expresa su desprecio por la democracia y su odio al bolchevismo, así como su defensa del antisemitismo y la superioridad de la raza aria. En 1929, en Alemania surgió un clima de descontento social y político, que llevó a muchos a apoyar a partidos extremistas. El Partido Nazi, liderado por Hitler, logró ganar apoyo de importantes personalidades y de sectores desesperados de la población. En 1932, Hitler fue nombrado canciller y en 1933, tras el incendio del Parlamento, eliminó a sus adversarios y exigió plenos poderes. Tras la muerte del presidente Hindenburg, Hitler se proclamó Führer y canciller del Tercer Reich en 1934.
El Régimen Nazi y la Segunda Guerra Mundial
El régimen nazi en Alemania, desde 1934, inició un sistema totalitario que eliminó las libertades y garantías individuales, suprimió partidos y sindicatos, y estableció una ideología única. La policía fue sustituida por la SS y se creó la Gestapo, la policía secreta. Se impuso la ideología nazi y se eliminó a minorías consideradas inferiores, como los judíos. Para convertir a Alemania en una potencia mundial, Hitler inició una política militar y conquistadora para expandir el dominio alemán. Se utilizó la propaganda y el miedo para controlar la población, y los nazis lograron un régimen con amplio apoyo popular. La Segunda Guerra Mundial ya estaba preparada.