Auge y Caída de las Potencias Mundiales: De la Crisis Económica a la Segunda Guerra Mundial

El New Deal

El New Deal fue un programa implementado por el presidente de los Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, durante la década de 1930 para combatir la Gran Depresión. Consistió en una serie de políticas y programas gubernamentales destinados a estimular la economía, crear empleo y proporcionar seguridad social a los ciudadanos. Esto incluyó proyectos de obras públicas, regulación financiera, protección laboral y programas de ayuda social. Aunque controvertido, el New Deal se considera fundamental para la recuperación económica y la creación de un estado de bienestar en los Estados Unidos.

Consecuencias de la Crisis a Nivel Global

La crisis de 1929 se expandió rápidamente al resto del mundo, afectando a todos los sectores industriales y financieros. La caída de las inversiones y del consumo provocó el cierre de empresas, un aumento del paro y la extensión de la pobreza. Además, se produjo una caída del comercio mundial y un retroceso de las compras e inversiones americanas.

Keynesianismo

El economista John Maynard Keynes planteó como alternativa a la crisis reactivar el consumo y estimular la inversión empresarial. Para facilitarlo, contempló la intervención del Estado a través del gasto público, pese al endeudamiento que suponía.

El Auge de la Bolsa y la Especulación Financiera

El Plan Dawes, implementado tras la Primera Guerra Mundial, logró su objetivo de estimular el crecimiento económico a través de dos medidas principales:

  • La concesión de créditos a bajo interés, que se invirtieron en actividades productivas y en la compra de acciones en la bolsa.
  • La mejora de la competitividad, que permitió la reducción de costes y precios de venta.

Sin embargo, esta mejora económica pronto provocó una sobreproducción, donde la oferta superó con creces a la demanda. En 1926, la combinación de la sobreproducción y la especulación financiera generó una recesión económica, lo que llevó a que muchas industrias invirtieran en la bolsa, considerándola una forma fácil y segura de obtener beneficios.

De la Crisis Financiera a la Depresión Generalizada

La crisis financiera de 1929 generó una crisis de liquidez que afectó incluso a los estados, que ya no podían afrontar la compra de productos al exterior ni mantener las medidas y ayudas del Plan Dawes. La caída de la actividad industrial generó un gran desempleo, y aunque los precios de los productos bajaron para favorecer su venta, la demanda no se reactivó, produciéndose una deflación. Este fenómeno marcó el inicio de la Gran Depresión.

Los Nuevos Medios de Comunicación

En este periodo, el acceso a la información actualizada se convirtió en una realidad, y estar al corriente de la actualidad se volvió un hábito y un derecho. Se acuñó el término «mass media» (medios de comunicación masivos) y se inventaron la propaganda y el marketing para estimular el consumo.

El American Way of Life

Surgió el denominado «estilo de vida americano», enfocado a evidenciar el éxito económico y social. Se expresaba en el auge de una clase media capaz de disfrutar de una buena vivienda y ciertos lujos, convirtiéndose en el sueño de muchas personas.

La Revolución de los Consumidores

Las necesidades de consumo se impulsaron, aumentando la producción en masa. Nuevas fórmulas de compraventa, como las compras a plazos, compensaban los elevados precios. Sin embargo, los sectores más tradicionales, por su falta de modernización y competitividad, no se beneficiaron, abocando a muchos de sus empleados al paro. Muchos agricultores se arruinaron y exigieron impuestos que equipararan los precios de los productos agrícolas. El paro empujó a muchos a vender sus tierras y emigrar a la ciudad, incrementando el éxodo rural. Esta revolución, aunque trajo prosperidad a algunos, también generó desigualdades.

La Reconstrucción de Europa

La caótica situación económica de Europa tras la Primera Guerra Mundial afectaba a Estados Unidos, que propuso suavizar las condiciones del Tratado de Versalles. Se aprobó el Plan Dawes, que además de relajar los plazos de entrega de las indemnizaciones de guerra, respaldaba la nueva moneda alemana, el Rentenmark. Esta medida funcionó y Europa comenzó a recuperarse.

Un Clima de Euforia y Prosperidad

La recuperación económica trajo consigo una relajación de las tensiones entre Alemania, Francia y Bélgica. En 1925 se firmó el Tratado de Locarno, por el que estos tres países se comprometían a respetar las fronteras establecidas. En este ambiente de distensión, los países europeos mejoraron, aunque no tanto como Estados Unidos, que se convirtió en el principal inversor exterior, aupando al dólar como moneda de referencia para los cambios internacionales. Varios factores contribuyeron a este auge económico: la mejora de la productividad, la competitividad de sus productos y la exportación a Europa, que generó un superávit en la balanza comercial estadounidense. Se inauguraban así los «Felices Años 20».

El Endeudamiento Generalizado

El Tratado de Versalles había establecido fuertes indemnizaciones de guerra para Alemania, considerada la principal responsable del conflicto. El pago de estas indemnizaciones, junto con la devolución de los préstamos solicitados durante la guerra, desestabilizaron la economía europea. El principal acreedor de los aliados era Estados Unidos, que se había convertido en la primera potencia económica mundial.

Inflación, Devaluación e Hiperinflación

En Alemania, con una economía debilitada, el nuevo gobierno democrático optó por aumentar la emisión de moneda para financiar el pago de las indemnizaciones. Esto provocó una devaluación del marco alemán y un aumento generalizado de los precios, dando lugar a un proceso hiperinflacionario que debilitó aún más la economía alemana, dejándola al borde de la ruina. La inflación y el aumento del paro también se produjeron en otros países europeos.

El Clima de Tensión Militar

La incapacidad de Alemania para hacer frente al pago de las indemnizaciones provocó el progresivo incumplimiento de los acuerdos del Tratado de Versalles. Ante esta situación, Francia y Bélgica ocuparon la cuenca minera alemana del Ruhr, lo que agravó la crisis y provocó una espiral de consecuencias:

  • Económicas: Los alemanes de la región del Ruhr quedaron en paro e iniciaron huelgas. El gobierno alemán, para financiar las ayudas sociales, aumentó la emisión de moneda, agravando la devaluación y la inflación.
  • Políticas: La población alemana consideró la ocupación del Ruhr como una humillación, lo que estimuló el auge de ideas nacionalistas como el nazismo.
  • Militares: Se crearon redes militares semiclandestinas al margen de lo acordado en Versalles y se planteó la reactivación de la industria del armamento.

El Fermento de las Futuras Dictaduras

Las manifestaciones nacionalistas y antidemocráticas tuvieron como escenario principal la propia Alemania. En 1923, Adolf Hitler, líder del Partido Nazi, protagonizó un intento fallido de golpe de Estado conocido como el «Putsch de Múnich». Este clima de inestabilidad política y social dio alas a alternativas totalitarias como el comunismo, el fascismo y el nazismo, que fueron haciéndose hueco en el panorama político europeo.

El Fascismo

El fascismo es un sistema político totalitario que tuvo su primera expresión en la Italia de entreguerras, liderado por Benito Mussolini, y que se extendió a la Alemania nazi. Se caracteriza por su rechazo a la democracia, su exaltación de la violencia y su nacionalismo extremo. Algunas de sus características principales son:

  • Nacionalismo exacerbado que justifica el expansionismo territorial.
  • Componente racista y xenófobo.
  • Exaltación del Estado por encima de los derechos individuales.
  • Rechazo a la democracia y al principio de igualdad.
  • Culto a un líder carismático que concentra todos los poderes.
  • Propaganda y control de los medios de comunicación.
  • Movilización y organización de las masas en torno al partido único.

El Triunfo de Stalin

Tras la muerte de Lenin en 1924, Joseph Stalin ascendió al poder en la Unión Soviética, estableciendo un régimen autoritario y totalitario. Stalin eliminó a sus oponentes políticos y consolidó su poder a través de purgas internas y la represión de la disidencia. Su gobierno se caracterizó por el culto a la personalidad, la planificación económica centralizada y la industrialización forzada.

La Planificación Económica de Stalin

La planificación económica de Stalin se orientó hacia la construcción de una sociedad sin propiedad privada, con una economía dirigida por una rígida planificación centralizada. Se establecieron planes quinquenales con el objetivo de convertir a la URSS en una potencia industrial, dando prioridad al fomento de la industria pesada. Durante el primer plan quinquenal se colectivizaron los bienes inmuebles, los transportes y la industria. Se pretendió suprimir la economía de mercado y el Estado pasó a controlar la distribución de los recursos. La producción industrial creció de forma significativa, especialmente en sectores como el hierro, el acero, la energía y la construcción de infraestructuras. En 1930, la URSS se había situado entre las grandes potencias industriales del mundo.

La Colectivización Forzosa

En 1928 se inició la colectivización forzosa del campo, con el objetivo de aumentar la producción agraria y controlar al campesinado. Se suprimió la propiedad privada y se obligó a los campesinos a integrarse en granjas colectivizadas (koljós). Aquellos que se resistieron fueron declarados enemigos del pueblo, especialmente los kulaks (campesinos adinerados), que fueron perseguidos y eliminados. El Estado tomó el control de la producción, la comercialización y la fijación de precios. Los bajos salarios de los campesinos y la violencia empleada durante la colectivización provocaron una hambruna que causó millones de muertos.

Las Grandes Purgas y el Gulag

Para afianzar su poder absoluto, Stalin inició una represión generalizada conocida como las «Grandes Purgas». Se persiguió a viejos dirigentes del partido, intelectuales, militares y ciudadanos sospechosos de ser enemigos del pueblo. Se llevaron a cabo juicios públicos basados en acusaciones falsas, donde los acusados eran obligados a confesar crímenes que no habían cometido. Miles de personas fueron ejecutadas o enviadas a campos de concentración del Gulag, un sistema penitenciario que se extendía por toda la Unión Soviética. Los prisioneros del Gulag eran sometidos a trabajos forzados en condiciones infrahumanas.

El Problema de la Posguerra en Italia

La Italia de 1918 tuvo que afrontar diversos problemas tras la Primera Guerra Mundial:

  • Económicos: El aumento del coste de la vida y la disminución de los salarios provocaron un gran malestar social, con numerosas huelgas y ocupaciones de tierras.
  • Políticos: Los partidos tradicionales se vieron desafiados por el auge del Partido Socialista y el Partido Popular. La frustración por los escasos beneficios obtenidos tras la guerra, a pesar de haber formado parte del bando vencedor, alimentó el surgimiento de un movimiento revanchista.

El Partido Nacional Fascista y la Toma del Poder

En este contexto de crisis, Benito Mussolini fundó en 1921 el Partido Nacional Fascista, que prometía un Estado fuerte para frenar la movilización obrera y la amenaza revolucionaria. El partido recibió apoyo financiero de la burguesía industrial y sus bases se nutrieron del descontento social y político. Las escuadras fascistas, conocidas como «camisas negras», protagonizaron numerosos actos violentos contra opositores políticos y sindicalistas. En agosto de 1922, durante una huelga general, el Partido Fascista sustituyó a los huelguistas por sus propios militantes, demostrando su fuerza. El golpe definitivo llegó con la «Marcha sobre Roma» del 28 de octubre de 1922, cuando miles de camisas negras ocuparon la capital italiana. Ante la negativa del rey Víctor Manuel III a intervenir, el gobierno dimitió y el rey encargó a Mussolini la formación de un nuevo gobierno.

La Dictadura Fascista

Una vez en el poder, Mussolini comenzó a construir una dictadura. En las elecciones de 1924, los fascistas obtuvieron la mayoría absoluta mediante la intimidación y el fraude electoral. A partir de 1925, Mussolini instauró un régimen totalitario:

  • Se prohibió la actividad de todos los partidos políticos, excepto el fascista.
  • Se creó un estado unificado y centralizado, con Mussolini como jefe de gobierno con plenos poderes.
  • Se estableció una policía política, la OVRA, para perseguir a los opositores al régimen.
  • Se firmó el Pacto de Letrán con la Iglesia Católica en 1929, que puso fin a la disputa entre el Estado italiano y la Iglesia.

Dirigismo Económico y Autarquía

En el terreno económico, el fascismo italiano se caracterizó por una fuerte intervención estatal. En 1933 se creó el IRI (Instituto para la Reconstrucción Industrial), a través del cual el Estado fue tomando el control de sectores importantes de la economía. Se estableció un estricto control de los intercambios comerciales, autorizando solo las importaciones consideradas indispensables. El objetivo era alcanzar la autarquía, es decir, la autosuficiencia económica.

La República de Weimar

La República de Weimar, instaurada en Alemania tras la Primera Guerra Mundial, nació en un contexto de gran inestabilidad política y económica. Diversos factores amenazaron su supervivencia desde el principio:

  • Insurrección espartaquista de 1919: Un levantamiento obrero promovido por los comunistas que pretendía instaurar una república soviética en Alemania.
  • Putsch de Kapp de 1920: Un intento de golpe de Estado protagonizado por grupos paramilitares de extrema derecha que se oponían a la República de Weimar.
  • Putsch de Múnich de 1923: Un intento fallido de golpe de Estado liderado por Adolf Hitler y el Partido Nazi.
  • Hiperinflación de 1923: La devaluación del marco alemán y el aumento descontrolado de los precios provocaron una grave crisis económica y social.

A pesar de estos problemas, la República de Weimar logró una cierta estabilidad gracias al Plan Dawes, que permitió la recuperación económica a partir de 1924. Sin embargo, la retirada de los créditos americanos tras la crisis de 1929 sumió de nuevo a Alemania en una profunda recesión económica, lo que favoreció el ascenso del nazismo.

Adolf Hitler y el Ascenso del Nazismo

Adolf Hitler fue el líder del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP), más conocido como Partido Nazi. Hitler supo capitalizar el descontento social y la humillación nacional que sentían muchos alemanes tras la derrota en la Primera Guerra Mundial y la crisis económica. Su ideología se basaba en el nacionalismo extremo, el racismo, el antisemitismo y el militarismo. Prometía devolver a Alemania su grandeza perdida y construir un nuevo orden mundial basado en la supremacía de la raza aria.

El Ascenso del Nazismo al Poder

El aumento del malestar social y la polarización política favorecieron el crecimiento del Partido Nazi en la década de 1930. En las elecciones de 1932, los nazis se convirtieron en la primera fuerza política del país. Ante el temor de una guerra civil, el presidente Hindenburg nombró a Hitler canciller en enero de 1933, con el apoyo de los partidos conservadores, que creían poder controlarlo. Sin embargo, Hitler aprovechó su posición para destruir la democracia alemana:

  • Incendio del Reichstag: En febrero de 1933, el Parlamento alemán fue incendiado en un acto aún sin esclarecer. Los nazis culparon a los comunistas y utilizaron este pretexto para suspender las libertades civiles e iniciar una persecución sistemática de la oposición.
  • Ley Habilitante: En marzo de 1933, el Parlamento aprobó una ley que otorgaba a Hitler plenos poderes para gobernar durante cuatro años sin necesidad de contar con el legislativo. Esta ley supuso el fin de la República de Weimar y el inicio de la dictadura nazi.

La Dictadura Nazi

Una vez instaurada la dictadura, Hitler y el Partido Nazi transformaron Alemania en un Estado totalitario:

  • Se ilegalizaron todos los partidos políticos, excepto el nazi.
  • Se creó un estado policial, con la Gestapo como cuerpo represivo encargado de perseguir a los opositores al régimen.
  • Se establecieron campos de concentración para encerrar a los enemigos del nazismo: judíos, comunistas, socialistas, sindicalistas, homosexuales, testigos de Jehová, etc.
  • Se inició un proceso de rearme a gran escala, violando el Tratado de Versalles.
  • Se puso en marcha una política de expansión territorial, con el objetivo de crear un gran imperio alemán en Europa del Este (Lebensraum).

Cohesión Social y Pureza Racial

El régimen nazi buscaba la cohesión social en torno a la ideología nacionalsocialista. Para ello, se creó el Ministerio de Propaganda, dirigido por Joseph Goebbels, que controlaba todos los medios de comunicación y la cultura. Se persiguió a los artistas e intelectuales que no se plegaban a las directrices del régimen. Se impuso una educación basada en la ideología nazi, con el objetivo de adoctrinar a la juventud. La propaganda nazi exaltaba los valores arios: la fuerza, la disciplina, el espíritu de sacrificio y la obediencia al líder. Se promovió el culto a la personalidad de Hitler, presentado como un guía infalible que conduciría a Alemania hacia un futuro glorioso.

La ideología nazi se basaba en la creencia de la superioridad de la raza aria. Los judíos eran considerados una raza inferior y parásita que amenazaba la pureza del pueblo alemán. Se puso en marcha una política de persecución sistemática contra los judíos, que culminó con el Holocausto, el genocidio perpetrado por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.

Las Leyes de Núremberg

En 1935, se promulgaron las Leyes de Núremberg, que despojaban a los judíos de su ciudadanía alemana y les prohibían casarse con alemanes. Estas leyes supusieron el inicio de la segregación legal de los judíos en Alemania.

La Noche de los Cristales Rotos

En la noche del 9 al 10 de noviembre de 1938, se produjo un pogromo contra los judíos en Alemania y Austria, conocido como la «Noche de los Cristales Rotos». Miles de negocios judíos fueron saqueados e incendiados, sinagogas fueron destruidas y judíos fueron asesinados o deportados a campos de concentración. Este acontecimiento marcó un punto de inflexión en la persecución nazi contra los judíos.

Autarquía y Rearme

: los nazis convirtieron a Alemania en una gran potencia mundial que tenía como objetivo transformar Alemania en un estado autosuficiente y con esta finalidad se elaboró un plan cuatrienal donde se preparaba El País para futuras guerras. Además el estado ejercía un fuerte control sobre los precios y los salarios iniciando planes de Obras Públicas y se
dio prioridad al armamento y el índice de producción industrial creció enormemente 

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