DICTADURA Y TERCER REICH
En Alemania la conquista del poder absoluto fue más rápida que en la Italia fascista. Una vez en el gobierno Hitler mantuvo su radicalismo y se afánó en acaparar todos los resorte del poder. Primero consiguió la disolución del Reichstag y la convocatoria de nuevas elecciones en Marzo de 1933. La campaña electoral se desarrolló en un clima de extrema violencia en la que las SA y las SS hostigaron continuamente a los partidos de izquierdas.
En este ambiente se produjo el incendio del Reichstag el 27 de Febrero de 1933 y los nazis lo achacaron a un complot comunistas y aprovecharon para suspender los derechos constitucionales.
En Marzo, en medio del estado de excepción se celebraron las elecciones. A pesar de la represión contra los partidos de izquierdas, los nazis no tuvieron mayoría absoluta, quedándose en el 44% de los votos, pero volvieron a apoyarse en los partidos de derechas. Así, el nuevo Parlamento sacaba una ley por la que el canciller podía gobernar con plenos poderes durante cuatro años sin consultar al parlamento. Hitler utilizó la ley para convertirse en dictador y eliminar a todos los partidos políticos menos el suyo.
Para construir el “nuevo Estado” necesitaba el apoyo del ejército y de la oligarquía económica, por lo que decidíó eliminar a los elementos más radicales de las SA, que podían ser vistos como una amenaza casi revolucionaria. El 30 de Junio de 1934, la “noche de los cuchillos largos” Hitler ordenó el asesinato de Röhm, jefe de las SA, y sus colaboradores, así como de todos los líderes opositores.
Con la muerte de Hindenburg en Agosto de 1934, asoció a la cancillería la presidencia del Reich, para lo que contaba con el apoyo del ejército. Ello supónía la sumisión del ejército (Wehrmacht) y de la policía al partido nazi.
Las SS y la Gestapo (policía política)
Se convirtieron en garantes del Tercer Reich.
ADOCTRINAMIENTO Y PROPAGANDA
El régimen nazi desató una campaña masiva de adoctrinamiento y control ideológico que afectó a todos los aspectos de la vida cotidiana. El objetivo era empapar a toda la sociedad de la ideología nacionalsocialista y fomentar el culto al führer como un ser infalible.
Gran parte del adoctrinamiento se desarrolló a través de la educación y de las organizaciones juveniles. Desde los diez años, los niños y niñas entraban por separado a las Juventudes Hitlerianas, en las que se les inculcaba camaradería, obediencia y sentido del deber. La educación se controlaba con el fin de adoctrinar a la juventud en las teorías racistas, antisemitismo y militarismo. Los profesores tenían que pertenecer obligatoriamente a la Asociación de profesores Nazis y las universidades quedaban bajo el gobierno.
También se suprimíó la libertad de expresión y se censuraron todas las actividades literarias y artísticas. Se confeccionaron listas de autores prohibidos y se impulsó la quema de libros. Intentaron utilizar las artes plásticas para transmitir el valor de la patria y de la raza.
La propaganda nazi utilizó con eficacia los medios de comunicación y la cultura. Goebbels concentró en su persona, desde 1933, la educación y todo el aparato ideológico del Tercer Reich, al
frente del Ministerio para la Formación del Pueblo y de la Propaganda. Cualquier medio de comunicación fuera del control de los nazis fue prohibido o absorbido por el aparato de propaganda.
RACISMO
Uno de los objetivos prioritarios del Estado nazi fue asegurar la cohesión social, sustituyendo la división de clases sociales por la unidad y la supremacía racial. Para ello había que eliminar las “impurezas” que no se ajustaban al estereotipo ario, ya fuese por su origen étnico, incapacidad física o mental o por alguna anomalía social. Se introdujo un programa de eutanasia por el que unas 72.000 personas con incapacidades físicas, mentales y enfermedades crónicas e incurables.
El grupo de víctimas más amplio fue la comunidad judía. Las medidas nazis contra los judíos atravesaron tres fases:
• Entre 1933 y 1938 se impulsó una legislación que eliminaba los derechos de los judíos y expoliaba sus bienes. Esta fase tuvo su momento culmen en las Leyes de Nuremberg, aprobadas en 1935 excluían a los judíos de la nacionalidad alemana y prohibía los matrimonios mixtos.
• Desde 1938 el antisemitismo se hizo más violento y se dio vía libre a su persecución. En la noche del 9 al 10 de Agosto de 1938 se produjo la “noche de los cristales rotos”, en la que las tiendas y sinagogas judías fueron destruidas y saqueadas e inmediatamente después miles de judíos fueron detenidos y encerrados en campos de concentración.
• El punto culminante se alcanzó a partir de 1942, en plena Segunda Guerra Mundial, cuando Hitler ordenó la “solución final”, es decir, el programa de eliminación total de la población judía de Europa, que se llevó a cabo a través de una red de campos de trabajo y exterminio, en los que murieron casi seis millones de judíos.
AUTARQUÍA Y REARME.
El gobierno nazi intervino en economía introduciendo en las fábricas una rígida estructura para asegurar el orden y la disciplina de los trabajadores, se eliminaron los sindicatos y los obreros fueron obligados a integrarse en el sindicato nazi del Frente Alemán del Trabajo.
Suelen distinguirse dos periodos en la política económica del Tercer Reich. El primero se corresponde a los años 1934-1936, cuando se centró en la reactivación de la economía, el impulso del comercio exterior y el desempleo. Para reducir el desempleo se emprendieron obras públicas y para el impulso del comercio exterior se realizó mediante el control de las importaciones y el aumento de los intercambios de materias primas con Europa central y oriental.
Desde 1936 se puso en marcha una decidida política de autarquía económica y de rearme intensivo. Se impulsó al máximo la utilización de los recursos del suelo y del subsuelo, se desarrolló la producción de sucedáneos y de productos sintéticos y se incrementaron las inversiones en los sectores relacionados con la industria de guerra. Además, se congelaron los salarios, se alargó la jornada laboral y se impuso el racionamiento.
La recuperación económica no pudo superar dos obstáculos como la falta de materias
primas y de alimentos, lo que se intentó solucionar mediante el “espacio vital”, basado en la ampliación de territorios mediante la guerra.
El aumento de la producción y el pleno empleo hicieron olvidar a los alemanes los sacrificios impuestos a los obreros (congelación de salarios y aumento de la jornada laboral). Por eso las clases medias y los campesinos se convirtieron en el soporte social del régimen. Sin embargo, la política económica era insostenible a largo plazo y dependía del estallido de una guerra para dar salida a la gran acumulación de armamento y obtener recursos de otros países.