La Crisis del Antiguo Régimen: El Reinado de Carlos IV (1788-1808)
Tras la muerte de Carlos III, accedió al trono su hijo Carlos IV (1788-1808). Durante su reinado, se agudizó la crisis económica, política y social. Comenzaron a difundirse las ideas liberales revolucionarias, las cuales triunfaban en Estados Unidos, Inglaterra y Francia, lo que provocó la caída del Antiguo Régimen.
Impacto de la Revolución Francesa
El régimen liberal que se estaba imponiendo por la vía revolucionaria en Francia desde 1789 se apoyaba en las ideas más radicales de los teóricos y pensadores políticos y económicos. El nuevo régimen defendía:
- Soberanía nacional
- División de poderes
- Los derechos del hombre y el ciudadano: Libertad, igualdad y fraternidad.
- Formación de un estado laico y un liberalismo económico
Esto conllevaría a la abolición del absolutismo, de la sociedad estamental, del régimen señorial, de los privilegios, etc. Todos ellos principales características de la sociedad del Antiguo Régimen.
Repercusión de la Revolución Francesa en España
Las ideas de la Revolución Francesa fueron recibidas con agrado por los intelectuales y burgueses ilustrados, pero con temor por los grupos privilegiados. Por lo que, Carlos IV ordenó el cierre ideológico de las fronteras prohibiendo el paso de libros y panfletos, autorizando a la Inquisición a actuar contra intelectuales sospechosos y bloqueando la salida a estudiantes.
Simbolismo de la Inquisición
- Rama de olivo: Significa la paz, pero tiene que convertirse al cristianismo. Simboliza la reconciliación con los arrepentidos.
- Espada: Si no aceptas la rama de olivo, utilizarán las espadas hasta que se rindan. Simboliza el trato a los herejes.
Estas medidas aislacionistas fueron ejecutadas por el ilustrado Conde de Floridablanca. Floridablanca fue sustituido por el Conde de Aranda. La radicalización revolucionaria en Francia se plasmó con la instauración de la República y la muerte en la guillotina del rey, lo que llevó a Carlos IV a ascender al poder a Manuel Godoy, y así declarar la guerra a Francia.
La Guerra de la Convención
A pesar de la política de alianzas con Francia seguida durante el siglo XVIII, ante la muerte de Luis XVI, Carlos IV no tuvo más remedio que declarar la guerra a la Francia revolucionaria y aliarse con Gran Bretaña y Portugal. Finalmente, Francia y España firmaron la Paz de Basilea en 1795.
La Alianza con Francia
A Francia y España les unía su oposición común a Gran Bretaña porque los ingleses poseían una potente armada que, continuamente, cortaba las rutas marítimas con América (piratas), en perjuicio directo de los intereses comerciales españoles y franceses.
Godoy y Carlos IV favorecieron la alianza franco-española, que se concretó en el Tratado de San Ildefonso. Tras el ascenso al poder de Napoleón Bonaparte continuó la alianza. La derrota marítima de la escuadra franco-española en Trafalgar consolidó el hundimiento del potencial marítimo español y agravó la crisis comercial con las colonias hispánicas.
Napoleón exigió a Godoy su ayuda para conquistar Portugal, tradicional aliada de los británicos. Este apoyo se concretó en el Tratado de Fontainebleau. Napoleón engaña al rey para poder invadir España.
Acentuación de la Crisis
Durante el reinado de Carlos IV, las guerras y los bloqueos del comercio colonial terminaron por arruinar la débil economía hispánica y por agravar el elevado endeudamiento de la hacienda real. Las crisis de subsistencia provocaron hambrunas generalizadas y conflictividad social.
El primer ministro Godoy implementó una serie de políticas reformistas que no lograron solventar los graves problemas estructurales existentes porque se mantenían los modos tradicionales en la producción agraria e industrial, el desigual reparto de la propiedad, el bajo poder adquisitivo de jornaleros y campesinos, la crisis de la hacienda real y la falta de participación política de la burguesía y de la mayoría de la población: los no privilegiados.
El desprestigio de Godoy y de Carlos IV llevó a que algunos sectores intelectuales comenzaran a radicalizar sus posturas para reivindicar la supresión del régimen estamental propio del Antiguo Régimen. Inglaterra consigue ser la potencia a la que quitarle todos los recursos.
La Guerra de la Independencia y la Revolución Liberal
La Guerra de la Independencia se inició en 1808 como respuesta a la entrada de tropas francesas, que ocuparon toda la Península, y al establecimiento de un nuevo monarca.
La Guerra de la Independencia
El malestar estaba fomentado por el clero y la alta aristocracia, que defendían el alejamiento de la Francia revolucionaria y laica, y el ascenso al trono del príncipe Fernando VII, hijo de Carlos IV.
Los Primeros Levantamientos Populares
El primer levantamiento popular estalló en el llamado Motín de Aranjuez, que provocó el apresamiento de Godoy y la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando VII. Napoleón designó a su hermano José Bonaparte como nuevo rey de España. Era conocido como Pepe Botella y lo único que hizo fue «gobernar´´ y crear nuevas cédulas de composición, una principal novedad, esto es, el embrión del actual DNI. «Pepe baja al despacho, no que estoy borracho´´ Por eso botella, porque su afición era beber vino tinto de La Rioja.
La Ocupación Francesa y la Extensión de la Guerra
La revuelta popular contra las tropas francesas se produjo en Madrid el 2 de mayo de 1808 y se saldó con una brutal represión del ejército napoleónico. Goya pintó cuadros para reflejar esa realidad. El famoso Fusilamiento del 2, 3 de mayo.
El Dominio Francés y la Guerra de Guerrillas
Napoleón domina toda España salvo el reducto de Cádiz, protegido por mar por los británicos. Las guerrillas estaban formadas por voluntarios, antiguos militares y bandoleros, todos antifranceses.
El Retroceso Francés
Desde 1812 las fuerzas militares de Napoleón fueron debilitándose, al tener que hacer frente a la difícil invasión de Rusia y a la guerra de guerrillas en España. Con el apoyo del ejército británico, dirigido por el Duque de Wellington, las tropas hispano-británicas y las guerrillas consiguieron que Napoleón fuera replegándose hacia los Pirineos y restituyera la Corona a Fernando VII en el Tratado de Valençay de 1813.
José I (Bonaparte) y los Afrancesados
José I intentó sin éxito introducir en España algunos de los logros liberales de la Revolución Francesa en base al Estatuto de Bayona que daba un primer paso para la supresión del Antiguo Régimen, pero manteniendo la autoridad monárquica y la preeminencia de la religión católica.
José I tuvo el apoyo de un grupo minoritario de colaboradores, los llamados afrancesados, que defendieron los proyectos reformistas del monarca. Eran pensadores y nobles reformistas. Las actuaciones efectivas de José I fueron muy limitadas debido al contexto bélico en el que ejerció su breve mandato. De cualquier forma, comenzó algunas reformas importantes, como la supresión de la Inquisición, la limitación del régimen señorial y la creación de centros públicos de enseñanzas medias e infantiles.