Reinado de Carlos V: Conflictos Internos
Carlos, hijo de Felipe de Borgoña y Juana ‘La Loca’ de Castilla, recibió la siguiente herencia:
- Abuelos paternos:
- Países Bajos
- Territorios de la Casa de Austria
- Abuelos maternos:
- Castilla -> América
- Aragón -> parte de Italia
Educado en Borgoña, no conocía el castellano y se rodeó de consejeros flamencos al llegar a Castilla. Tras la muerte de su abuelo Maximiliano, los príncipes alemanes lo nombraron emperador en Aquisgrán.
Rebelión de las Comunidades de Castilla
Esta rebelión contra la Corona tuvo varias causas:
- Administración de Castilla en manos de consejeros flamencos que se enriquecieron.
- El dinero solicitado a las Cortes se destinó a su elección imperial.
- La exportación de lana a Flandes perjudicaba a los productores textiles castellanos.
Se produjo un levantamiento en varias ciudades castellanas que exigían nuevos regidores comuneros. Se formó la Santa Junta o Gobierno Comunero, que demandaba la retirada de los impuestos votados en las Cortes y la expulsión de los consejeros flamencos.
Carlos V comenzó a nombrar nobles castellanos para los virreinatos. Sin embargo, en algunas zonas rurales se produjeron levantamientos contra los señores, lo que provocó que la nobleza se opusiera a los comuneros. Con el tiempo, el movimiento comunero se debilitó y culminó con la derrota en Villalar.
Rebelión de las Germanías en Valencia
Se agravó la situación de los artesanos y pequeños comerciantes frente a la oligarquía urbana y la nobleza. El rey aceptó la petición de los gremios de tener representantes en el gobierno de la ciudad.
Respuesta de Carlos V a las Comunidades de Castilla y a las Germanías de Valencia
- Ejecución de los líderes comuneros (Padilla, Bravo, Maldonado).
- La nobleza recuperó su dominio señorial.
- Las ciudades fueron sometidas a la autoridad real.
- En Valencia, la represión estuvo a cargo de los virreyes.
- El rey nombró consejeros castellanos y tuvo más en cuenta a las Cortes.
Carlos V se ausentaba con frecuencia, dejando el gobierno en manos de la reina emperatriz Isabel de Portugal y las finanzas a cargo del secretario Francisco de los Cobos.
Política Imperial de Carlos V y Guerras Europeas
Carlos V estaba obsesionado con mantener la unidad de la cristiandad frente al Islam y conservar la herencia recibida. Estas preocupaciones le generaron enemigos como Francia, los príncipes alemanes y algunos papas.
Guerra de Sucesión y Tratado de Utrecht
Tras la muerte de Carlos II sin descendencia, surgieron dos candidatos al trono:
- El archiduque Carlos de la rama de los Habsburgo austríacos.
- Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia, de la dinastía Borbón.
Carlos II legó el trono a Felipe V en su testamento, pero Europa temía la unificación de Francia y España bajo los Borbones. Se formó una coalición de naciones (Inglaterra, Austria, Países Bajos, Portugal y otros Estados) que se enfrentaron a los Borbones en un conflicto bélico entre 1702 y 1714. Los británicos ocuparon Gibraltar, y el archiduque Carlos conquistó territorios de la Corona de Aragón en Italia. Felipe de Anjou conquistó Aragón y Valencia.
Un hecho fortuito cambió la situación: el archiduque Carlos se convirtió en emperador de Austria al morir su padre. Ante la posibilidad de la unión de Austria y España, los aliados ofrecieron negociaciones a Luis XIV.
El conflicto finalizó con el Tratado de Utrecht, cuyos acuerdos fueron:
- Felipe V, rey de España.
- Los Países Bajos y posesiones italianas pasaron al Imperio Austriaco.
- Gibraltar y Menorca fueron cedidas a Inglaterra, junto con el asiento de negros y el navío de permiso.
Invasiones Bárbaras y Monarquía Visigoda
En el siglo IV se produjeron incursiones bárbaras. En el siglo V, suevos, vándalos y alanos invadieron y saquearon Hispania.
Los visigodos dominaron la Península Ibérica y asimilaron la cultura hispanorromana. La sociedad se caracterizaba por la separación de etnias. Los nobles visigodos se apoderaron de grandes propiedades, mientras que los hispanorromanos mantuvieron su propia administración y leyes diferentes. La capital se estableció en Toledo. Los reyes visigodos eran elegidos, lo que provocaba rebeliones y luchas entre nobles.
La Iglesia ganó importancia, y los concilios (asambleas legislativas que ratificaban decisiones reales) adquirieron relevancia. La Iglesia poseía grandes propiedades de tierras y esclavos. En la arquitectura religiosa, destacan pequeñas iglesias rurales.
Continuó el proceso de feudalización de finales del Imperio Romano. La población se dividía mayormente en campesinos siervos, con una pequeña parte correspondiente a la nobleza. La monarquía se debilitó.