Las causas de la Guerra de la Independencia Española
Las causas de la Guerra de Independencia se encuentran en el proceso general de crisis del Antiguo Régimen, que coincide con el fin del gobierno de Carlos IV y el gobierno de Godoy. Esta crisis se aceleró con la invasión de España por tropas napoleónicas y las humillantes abdicaciones de Bayona, que dejaron el trono en manos de José Bonaparte.
Desde el inicio de la revolución en Francia, Carlos IV (1788-1808) y su ministro Floridablanca intentaron mantener una postura neutral y evitar cualquier “contagio” revolucionario, tomando medidas como el férreo control en las aduanas y una estricta censura. En 1792, Carlos IV nombró valido a Manuel Godoy, quien se convirtió en la figura clave del periodo.
La ejecución de Luis XVI en 1793 provocó la ruptura de la tradicional alianza con Francia. La participación en la Guerra de los Pirineos (1793-1795) supuso la recuperación de algunos territorios y el nombramiento de Godoy como Príncipe de la Paz. Aprovechando su popularidad, Godoy firma en 1796 con Francia el Tratado de San Ildefonso, renovándose así la vieja alianza de los Pactos de Familia. Tras algunas derrotas, Francia y España vencen a Portugal e Inglaterra en la Guerra de las Naranjas de 1801. En 1803, una nueva guerra contra Inglaterra terminó en la catástrofe naval de la armada franco-española frente al almirante Nelson en Trafalgar en 1805.
En este momento, el ministro Godoy era muy criticado por la nobleza y por el clero, asustados por los intentos de desamortización. Este descontento cristalizó en la formación de un grupo de oposición liderado por el Príncipe de Asturias, el futuro Fernando VII, quien se propuso acabar con el gobierno de Godoy y de Carlos IV.
En 1807, Godoy firmó el Tratado de Fontainebleau, por el que se autorizaba el paso de tropas francesas por España con el fin de invadir Portugal, aliado de los británicos y en guerra con Napoleón. Muy pronto se hizo evidente que la entrada consentida de las tropas napoleónicas se había convertido en una ocupación de España. Consciente de este hecho, Godoy tramó la huida de la familia real hacia Andalucía, desplazándose todos a Aranjuez.
El 11 de marzo de 1808 se produjo el episodio clave de la crisis de la monarquía: el motín de Aranjuez, un motín popular organizado por los partidarios del Príncipe de Asturias, que precipitó la caída de Godoy y obligó a Carlos IV a abdicar en su hijo con el título de Fernando VII. Sin embargo, Napoleón no reconoció a Fernando como rey. Estos sucesos mostraban claramente la crisis del Antiguo Régimen y la descomposición política de la monarquía borbónica.
Con las tropas del general Murat en Madrid, Napoleón llamó a padre e hijo a Bayona en Francia y les forzó a abdicar en su hermano José Bonaparte. Fueron las Abdicaciones de Bayona, por las que los Borbones cedieron sus derechos a Napoleón. Tratando de atraerse a la opinión ilustrada, el nuevo monarca José I publicó el Estatuto de Bayona, una Carta Otorgada que concedía algunos derechos de tinte liberal.
Mientras tanto, el 2 de Mayo de 1808 estalló en Madrid un motín popular. El pueblo, molesto por los abusos de las tropas francesas, cuando el resto de la familia real salía del Palacio de Oriente para ir a Bayona, intentó impedirlo de forma espontánea. Murat reprimió la insurrección con gran dureza (Fusilamientos del Tres de Mayo). En los días siguientes, la insurrección se extendió por toda España, al unirse espontáneamente a la rebelión muchas ciudades y provincias. Incluso algunos oficiales, como los capitanes Daoiz y Velarde, decidieron sumarse a la lucha contra los franceses. Había empezado la Guerra de la Independencia (1808-1814).
Rasgos generales de la Guerra
Fue una guerra de liberación nacional, de carácter popular, contra el invasor francés. Distinguimos tres vertientes:
- Conflicto internacional, iniciado en 1792, en el que participaron Inglaterra, Portugal y España contra Francia. La intervención del ejército inglés, dirigido por el duque de Wellington, fue decisiva.
- Guerra civil. Ante la invasión francesa se configuran dos bandos enfrentados:
- Una minoría apoyó a José I: Los afrancesados. Intelectuales, altos funcionarios y parte de la alta nobleza, partidarios de la monarquía del Despotismo Ilustrado, pero no de los Borbones, que habían demostrado su incapacidad. Aceptaron al nuevo monarca pensando que así evitarían la guerra, que un poder fuerte frenaría los excesos revolucionarios y que haría las reformas necesarias para modernizar el país. Principios doctrinales: monarquismo, oposición a los avances revolucionarios y necesidad de reformas económicas y sociales pacíficas.
- La mayoría formó el frente patriótico contra los franceses: una heterogénea amalgama de clases e ideologías. Aunque todos compartían el rechazo al francés y el reconocimiento de Fernando VII como legítimo rey, hay diversas posturas:
- Los ilustrados, como Jovellanos y Floridablanca, deseaban la vuelta del rey para continuar las reformas.
- Los liberales aspiraban a que la guerra permitiese hacer una revolución que transformase el Antiguo Régimen en un régimen liberal parlamentario.
- Los absolutistas (muchos nobles y clérigos) querían la vuelta al Antiguo Régimen; contaban con el apoyo de la mayor parte de las clases populares, en defensa de la tierra, la religión y el rey.
- Crisis política. Ante el vacío de poder creado por la ausencia de Fernando VII, se improvisó un poder político alternativo, surgiendo espontáneamente las Juntas de Defensa, organismos revolucionarios que asumieron la soberanía para defender la independencia del país. Primero fueron Locales y luego Provinciales (13). La Junta Central Suprema, establecida en Aranjuez y presidida por Floridablanca, coordinaba la actuación de todas y asumió la tarea de dirigir la guerra y gobernar el país en las zonas no ocupadas. Pese a que gran parte de los miembros de estas juntas eran conservadores y partidarios del Antiguo Régimen, la situación bélica provocó la asunción de medidas revolucionarias como la convocatoria de Cortes.
Dada la inferioridad de las tropas españolas, las formas típicas de lucha fueron las guerrillas y los sitios. La guerrilla era una forma espontánea y popular de lucha, en el mundo rural, con poca gente (soldados huidos del ejército, bandoleros, campesinos, clérigos) que atacaban con rapidez y por sorpresa en la retaguardia y contaban con el apoyo del pueblo. Se organizaban en ‘partidas’, iban armados como podían y no hacían prisioneros. Juan Martín ‘El Empecinado’, Francisco Espoz y Mina y el cura Merino fueron guerrilleros famosos. Los sitios son la forma de resistencia de las ciudades para entretener y desgastar a las tropas enemigas.
Desarrollo y fases de la guerra
*1. De mayo a noviembre de 1808: la resistencia popular espontánea se extiende por todo el país. El ejército español del general Castaños venció al francés del mariscal Dupont en Bailen (19 de julio de 1808), lo que impedia ocupación de Andalucía. Los franceses se replegaron y sólo conservaron el país vasco-navarro, Barcelona y Figueras. José I abandonó Madrid para establecerse en Vitoria y las tropas francesas retroceden hasta el Ebro. Esta primera etapa es de claro protagonismo de la resistencia española*2.De noviembre de 1808 a julio de 1812: Se enfrentaron el ejercito. francés, con el apoyo de los «afrancesados»,, y la guerrilla española. Fase de claro predominio francés. Napoleon en persona dirige la contraofensiva con la Grande Armée, un ejército de 150.000 hombres. Expulsa a los britanicos y avanza hasta Madrid (batalla de Somosierra) donde restablece a José I. Cuando vuelve a Paris, continua la ocupación de la Península, aunque el relieve y la resistencia de los españoles dificultan el avance. Zaragoza y Gerona aguantan el ataque y resisten duros sitios-también Cádiz, que resistió gracias a su privilegiada situación geográfica. Las guerrillas populares actúan por todas partes (guerra de guerrillas). Los ingleses, dirigidos por Wellington, tras ganar en Talavera (1809) se repliegan y resisten en Portugal.*3.De julio de 1812 hasta diciembre del813: la guerra da un giro y los ejércitos anglo-españoles pasan a la ofensiva. Napoleón debe sacar sus mejores tropas para la campaña de Rusia. Wellington ocupa Badajoz y Ciudad Rodrigo y gana la batalla de Los Arapiles (Salamanca), lo que le permite ocupar Madrid. Nuevas derrotas ‘francesas (Vitoria y San Marcial, 1813) consiguen la expulsión de España de los franceses. Napoleón, completamente debilitado, firma el Tratado de Valencay a fines de 1813, devolviendo la corona a Femando VIL y así concluye la guerra.*Consecuencias de la guerra: La Guerra de la Independencia fue un desastre para España. Además de muertos – más de 300.000- y heridos, las destrucciones y saqueos causaron hambre, epidemias, la ruina de la agricultura y la ganadería, la paralización del comercio y de la incipiente industria y el aumento de la enorme deuda estatal. Por otro lado, los españoles se acostumbraron. a resolver sus conflictos por la violencia La guerrilla popular fue una auténtica escuela de rebelión colectiva, utilizada tanto por liberales como por absolutistas a lo largo del XIX.