Causas de la 1ª Guerra Mundial
La rivalidad entre las potencias coloniales, la exaltación nacionalista y el conflicto de los Balcanes fue el detonante de la 1ª Guerra Mundial.
Europa durante la Guerra
El malestar existente entre las grandes potencias originó una carrera de armamentos. En 1882, Alemania, Austria-Hungría e Italia firmaron la Triple Alianza. Francia, temerosa del poder de Alemania, se alió con Rusia y Gran Bretaña; las tres potencias acabaron firmando la Triple Entente. El 28 de junio de 1914, fue asesinado en Sarajevo (capital de Bosnia) Francisco Fernando, príncipe heredero austro-húngaro. Austria declaró la guerra a Serbia para extender su dominio en los Balcanes. Rusia intervino para proteger a Serbia, y Alemania, aliada de Austria, declaró la guerra a Rusia y a Francia. En una semana, todos los países se declararon la guerra; Gran Bretaña también lo hizo al invadir los alemanes Bélgica.
La Revolución Rusa
Durante la 1ª Guerra Mundial
En 1917 estalló la Revolución Bolchevique, derrocando al zar Nicolás II e instaurando el primer estado comunista del mundo.
La Autocracia Zarista
A comienzos del siglo XX, imperaba en Rusia el absolutismo monárquico. El zarismo era una autocracia; el zar tenía todo el poder, gobernaba por decreto y no estaba sujeto a ninguna constitución ni parlamento. La burocracia y un poderoso ejército aseguraban el control del imperio con la ayuda de la iglesia ortodoxa. La agricultura, principal actividad económica, era de unos pocos terratenientes, en su totalidad aristócratas privilegiados, y la población eran campesinos sometidos a un régimen casi feudal. En Moscú, San Petersburgo y los Urales se estaban industrializando gracias a capital extranjero; allí surgió el proletariado industrial. En 1898 se fundó el Partido Socialdemócrata Ruso; en 1912 se dividió entre mencheviques y bolcheviques, estos últimos liderados por Lenin.
La Revolución de Febrero
La 1ª Guerra Mundial creó en Rusia las condiciones para un estallido revolucionario. Los desastres militares se sucedieron al movilizar millones de campesinos hacia el ejército y descendió la producción agrícola. El hambre apareció en las ciudades y se extendió el malestar entre obreros y campesinos, desacreditando al zar Nicolás II. La población empezó a organizarse en soviets (consejo de obreros, campesinos y soldados) pidiendo el fin de la guerra y de la autocracia.
La Caída del Zarismo
En febrero de 1917 estalló la revolución en San Petersburgo, provocando la caída del zarismo y dando paso a un gobierno provisional dirigido por Kerensky y apoyado por el parlamento, convirtiéndose en república democrática.
La Revolución de Octubre
Los bolcheviques deseaban derrocar al gobierno provisional e instaurar el socialismo. El 25 de octubre, los soviets, impulsados por los bolcheviques, se sublevaron y en 10 días se hicieron con el poder. Con el apoyo del Congreso de los Soviets de Rusia, Lenin formó un gobierno obrero estableciendo las primeras medidas revolucionarias (expropiación de tierras, reparto entre campesinos; las fábricas las controlaba un comité de obreros) y se firmó la paz de Brest-Litovsk en 1918 con Alemania, ocasionando importantes pérdidas territoriales a Rusia.
El Crack del 29 y la Gran Depresión
El 24 de octubre de 1929, conocido como el Jueves Negro, una gran oleada vendedora afectó a la bolsa de Nueva York. La gran oferta de acciones hizo que su valor cayera en picado, desencadenando un crack bursátil originado por el excesivo precio alcanzado por las acciones y el deseo de hacer dinero rápido. Muchos inversores se arruinaron y el pánico se extendió entre los ciudadanos que acudieron a los bancos a por su dinero. Los bancos, al no tener tanta liquidez y no poder cobrar los préstamos hechos a particulares y empresas arruinadas en el crack, originaron que muchos bancos quebraran. En pocos años, la crisis bursátil se propagó a la industria, el comercio y la agricultura, provocando una recesión económica generalizada (Gran Depresión). La crisis originó un gran número de parados, una gran caída de consumo y miseria. En 1932, llegó a haber 13 millones de parados. Desde EE. UU., la crisis se extendió al resto del mundo al retirar el capital propio los bancos americanos de los europeos; las empresas americanas disminuyeron sus inversiones en Europa, reduciendo las importaciones y extendiendo la crisis al resto del mundo.
El New Deal
En 1932, Franklin D. Roosevelt creó el New Deal, que defendía la intervención del estado para reactivar la economía, proponiendo una serie de medidas económicas, como ayudas a empresas, empresas públicas, destrucción de los stocks agrícolas acumulados, control de los bancos y facilitación de préstamos a bajo interés para creación de empleo. Fueron acompañadas de reformas sociales para luchar contra el paro, realizando el gran plan de obras públicas de EE. UU. (carreteras, embalses, puentes, puertos…), reduciendo la jornada laboral a 40 horas semanales. Estas medidas relanzaron la economía americana y en 1934 se alcanzó la productividad de 1929. La renta nacional empezó a crecer cuatro años después. A pesar de estas mejoras, la crisis no se superó hasta el estallido de la 2ª Guerra Mundial.