Coalición del Frente Popular: Programa y Contexto en las Elecciones de 1936

Presentación del Fragmento del Programa del Frente Popular (1936)

El siguiente texto es un fragmento del Programa del Frente Popular, publicado en Madrid el 15 de enero de 1936. La fuente bibliográfica es la obra Documentos de historia contemporánea de España, de A. Fernández y otros autores, publicado en 1996. Se trata de un texto político de autor colectivo y fuente primaria, dirigido al electorado de izquierdas que participaría en las elecciones de febrero de 1936.

Fuerzas Políticas y Sindicales del Frente Popular

La idea principal del documento es la formación de una coalición electoral entre diversos partidos y sindicatos con el objetivo de unir a las fuerzas de izquierdas para las elecciones del 16 de febrero de 1936. Estas fuerzas son:

  • Izquierda Republicana: Fundada por Manuel Azaña en 1934, resultado de la fusión de Acción Republicana, el sector izquierdista de los radical-socialistas y una organización nacionalista republicana gallega liderada por Santiago Casares Quiroga.
  • Unión Republicana: Fundada en 1903 para aglutinar a las fuerzas republicanas durante la Restauración. Sus líderes fueron Alejandro Lerroux y Nicolás Salmerón.
  • Partido Socialista: Fundado por Pablo Iglesias en 1879. La implantación del socialismo fue lenta debido a la predominancia inicial del anarquismo en el movimiento obrero español. Durante la Segunda República, los principales dirigentes del PSOE fueron Indalecio Prieto, Francisco Largo Caballero (más radical) y Julián Besteiro.
  • UGT: Sindicato obrero vinculado al PSOE, fundado en 1888. Planteó por primera vez en España la diferencia entre partido de la clase obrera (que aspira al poder) y organización de resistencia o sindicato, orientado a defender los intereses de los trabajadores.
  • Federación Nacional de Juventudes Socialistas: Fundada en Bilbao en 1903 por Tomás Meabe, inspirada en el modelo austríaco y las tesis de Rosa Luxemburgo, debido a la precaria situación laboral de los jóvenes, especialmente en las minas y siderurgias del norte de España.
  • Partido Comunista: Formado el 14 de noviembre de 1921 tras una escisión del PSOE por marxistas disconformes con la socialdemocracia, con la intención de unirse a la Internacional Comunista convocada por Lenin.
  • Partido Sindicalista: Creado en 1932 por el anarcosindicalista moderado Ángel Pestaña, quien abogaba por dotar al movimiento obrero de un partido político. Pestaña obtuvo un escaño con el triunfo del Frente Popular.
  • Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM): Fundado en 1935 por Joaquín Maurín y Andreu Nin. Compuesto por facciones discrepantes del trotskismo dentro del Partido Comunista. Los acontecimientos de octubre de 1934, con la derrota de la huelga general revolucionaria, les impulsaron a buscar la unidad del movimiento obrero.

Condiciones del Acuerdo y Declaración de Intenciones

El documento establece las bases de este acuerdo político:

  • Un plan de acción común con un objetivo electoral concreto, sin renunciar a la ideología de cada partido.
  • En caso de victoria, una directriz de gobierno republicano de izquierda compuesto por partidos políticos y sindicatos obreros.

La coalición se compromete a:

  • Priorizar la paz social.
  • Aprobar una Ley de Amnistía para presos políticos desde noviembre de 1933.
  • Gobernar por el interés general, no por intereses partidistas o económicos.
  • Garantizar las libertades democráticas.
  • Dignificar la clase trabajadora, aboliendo privilegios sociales y económicos causantes de desigualdades y abusos.
  • Garantizar el derecho a una educación laica con valores morales universales.

Contexto Histórico de las Elecciones de 1936

El Bienio Conservador y la Crisis Política

El Bienio Conservador (1933-1935) frenó las reformas del bienio azañista, generando descontento social. Los sucesos revolucionarios de octubre de 1934, especialmente en Asturias, desgastaron al gobierno de Lerroux, radicalizado por la CEDA. Los escándalos de corrupción del Partido Radical llevaron a una profunda crisis. Ante la inestabilidad, Niceto Alcalá Zamora, presidente de la República, disolvió las Cortes y convocó elecciones para febrero de 1936.

La Formación del Frente Popular y las Elecciones

La política antireformista y represiva del gobierno radical-cedista movilizó a la izquierda, que se unió bajo el Frente Popular. La derecha no logró una candidatura única, a diferencia de 1933. Los resultados polarizaron la política en dos bloques: derechas e izquierdas. El Frente Popular obtuvo 263 escaños, la derecha 156 y el centro 54. El electorado votó principalmente a socialistas, republicanos de izquierda y católicos. Los extremos no obtuvieron muchos votos. Había 33 partidos representados en las Cortes.

Consecuencias y el Camino a la Guerra Civil

Manuel Azaña fue nombrado presidente de la República y Santiago Casares Quiroga, jefe de gobierno. Fueron las últimas elecciones de la Segunda República antes del golpe de Estado que dio inicio a la Guerra Civil, y las segundas en las que votaron las mujeres. No hubo elecciones democráticas hasta junio de 1977. De febrero a julio de 1936, el Frente Popular reanudó las reformas interrumpidas en 1933. La derecha se sintió amenazada por el empuje sindical y los conflictos sociales. La violencia verbal y física se hizo presente. Una sublevación militar debilitó al Estado y al Gobierno republicano. En febrero de 1936 hubo elecciones libres; en julio, un golpe de Estado. Las posibilidades del país quedaron atenazadas por la dictadura de Franco durante 40 años.

Valoración Histórica y Contexto Previo

Reinado de Alfonso XIII y la Crisis de la Restauración (1902-1923)

Las primeras décadas del siglo XX fueron dinámicas en España, con modernización económica, ideológica y social, aunque lejos de los niveles europeos. Gran parte de la realidad seguía siendo rural, con atraso y desigualdad social. Las condiciones de jornaleros y obreros eran miserables. La inestabilidad gubernamental, la implantación del sufragio universal en 1890, el crecimiento urbano y la fragmentación parlamentaria dificultaron la manipulación del voto. Desde 1917, se promovieron gobiernos de concentración, pero las disputas internas eran frecuentes. Entre 1917 y 1923 hubo trece crisis totales de gobierno.

Conflictividad Social y el Problema de Marruecos

Se fortaleció la oposición republicana, obrera y nacionalista. Hubo un auge de la conflictividad obrera y campesina, vehiculizada por anarquistas y socialistas. La Semana Trágica de Barcelona en 1909 y la huelga general revolucionaria de 1917 fueron estallidos sociales por las desigualdades. El desastre de Annual en 1921 y el Expediente Picasso evidenciaron irregularidades y corrupción en el ejército en África. La presión pública llevó a una comisión militar de investigación. Antes de que se emitiera el dictamen, sectores del ejército y la derecha consideraron una dictadura militar. La situación del régimen parlamentario se agravó con el problema de Marruecos. Las huelgas y atentados eran frecuentes. La inestabilidad se radicalizó. Muchos ministros vieron en el golpe militar una posible solución. Intelectuales y la opinión pública mostraron cierto entusiasmo inicial. Esto permitió el golpe de Miguel Primo de Rivera el 13 de septiembre de 1923 y el establecimiento de una dictadura.

Dictadura de Miguel Primo de Rivera (1923-1930)

El Golpe de 1923 y el Directorio Militar (1923-1925)

Miguel Primo de Rivera, Capitán General de Cataluña, se sublevó con el apoyo del rey Alfonso XIII. Presentó un proyecto de regeneración, un “paréntesis de curación” de los males del país. El rey lo nombró Ministro único, manteniendo la apariencia constitucional. Se suspendió la Constitución de 1876 y se disolvieron las Cortes. Se instituyó un directorio militar de 9 militares presidido por Primo de Rivera. Se declaró el estado de guerra hasta 1925 para restablecer la “paz social”. Se disolvieron Ayuntamientos y Diputaciones, sustituidos por militares. Se investigó la corrupción de los caciques rurales, pero los militares incurrieron en las mismas prácticas. Se elaboró el Estatuto Municipal de 1924 para reformar la administración local, concediendo mayor autonomía a los municipios, aunque los alcaldes seguían siendo elegidos por el gobierno. Se creó el partido Unión Patriótica, sin un ideario preciso, que buscaba ser un partido sin corrupción, pero terminó sirviendo de apoyo a la Dictadura. Se extendió el Somatén catalán a toda España como fuerza parapolicial. Primo de Rivera persiguió la autonomía regional, especialmente en Cataluña, prohibiendo el uso del catalán y las manifestaciones culturales. Se estrecharon las relaciones con la Iglesia católica.

El Conflicto de Marruecos y el Directorio Civil (1925-1930)

El conflicto de Marruecos centró el interés de Primo. Las sublevaciones rifeñas provocaron derrotas del ejército español entre 1924 y 1925. En septiembre de 1925, el desembarco de Alhucemas, en colaboración con Francia, fue un éxito y puso fin a la resistencia rifeña. El fin de la guerra en Marruecos dio popularidad al dictador. En política exterior, se estrecharon lazos con Portugal, donde también se instauró una dictadura en 1926. A fines de 1925, Primo de Rivera nombró un gobierno civil, intentando volver a la normalidad sin convocar elecciones. Se creó la Asamblea Nacional Consultiva para retomar la normalidad parlamentaria, pero fue un fracaso. La dictadura se benefició de la buena coyuntura económica de los “felices 20”. Se iniciaron planes de fomento económico, especialmente en industria e infraestructuras. Se incrementó el gasto público con grandes obras públicas. Se nacionalizaron sectores de la economía y se incrementó el intervencionismo estatal. Se concedieron monopolios a la Compañía Telefónica Nacional de España y a Campsa. Se promovió el regadío con la creación de las Confederaciones Hidrográficas. En lo social, se creó el Consejo Nacional de Trabajo, Comercio e Industria y el Instituto de Reformas Sociales, impulsando medidas como el apoyo a emigrantes y el seguro de maternidad. La buena coyuntura económica evitó choques con los movimientos obreros. El anarquismo estaba debilitado y dividido. En 1927 se creó la Federación Anarquista Ibérica (FAI), con mayoría partidaria de la insurrección.

La Oposición a la Dictadura y la Caída de Primo de Rivera

La dictadura no actuó con crueldad con los opositores. Inicialmente, la clase política aceptó el golpe como inevitable. Intentaron influir en Alfonso XIII para apartar al dictador, pero al ver que el rey lo mantenía, la oposición se hizo más evidente. Abarcó a dirigentes liberales y conservadores, republicanos como Vicente Blasco Ibáñez y Manuel Azaña, militares como Queipo de Llano y Weyler, socialistas, anarquistas, intelectuales como Miguel de Unamuno, Azorín y Ortega y Gasset, y el movimiento estudiantil. A partir de 1928, la dictadura perdió apoyos. Tras el crack de 1929, los problemas económicos se extendieron, aumentando el descontento social y las huelgas. Anciano, enfermo y sin apoyos, Primo de Rivera dimitió el 27 de enero de 1930. Falleció en el exilio en París dos meses después.

El Gobierno de Dámaso Berenguer (1930-1931) y la Transición a la República

Tras la dimisión de Primo de Rivera, Alfonso XIII nombró jefe de Gobierno al general Berenguer para iniciar la transición a la normalidad constitucional de 1876. La inexperiencia política de Berenguer hizo que el proceso fuera lento, calificándose su gobierno como una «dictablanda». En agosto de 1930, republicanos, socialistas y otros grupos firmaron el Pacto de San Sebastián, comprometiéndose a derrocar la monarquía e instaurar una democracia. Se creó un Comité Revolucionario presidido por Niceto Alcalá Zamora. Intelectuales como Ortega y Gasset, Gregorio Marañón y Ramón Pérez de Ayala se movilizaron a favor de la república. El ejército también se sumó a las protestas. En diciembre de 1930, fracasó la sublevación de Jaca, liderada por Galán y García Hernández, quienes fueron ejecutados. Alfonso XIII se vio cada vez más aislado. Berenguer dimitió el 14 de febrero de 1931, dando paso a un gobierno presidido por el almirante Aznar. Se convocaron elecciones municipales para el 12 de abril, que se convirtieron en un plebiscito sobre la monarquía. El triunfo de las candidaturas republicanas y socialistas en las zonas urbanas precipitó la abdicación del rey y la proclamación de la República el 14 de abril de 1931.

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