Al final del bienio radical–
Cedista las diferencias entre el Partido Radical y la cada vez más extremista CEDA eran evidentes en el seno del gobierno.
Pero la crisis definitiva vino con un escándalo de corrupción, el del Estraperlo, que afectó a altos cargos gubernamentales. Lerroux y el Partido Radical cayeron en un descrédito total, del que no se recuperarían.
-Frente Popular: pacto electoral entre Izquierda Republicana, PSOE, PCE, POUM y Esquerra Republicana de Catalunya. Agrupaba a todas las izquierdas; incluso la CNT, con muchos presos en la cárcel, apoyó de forma tácita a la coalición. Fue un acuerdo electoral, pero no de gobierno.
-La coalición de los grupos de derecha, formada por la CEDA y Renovación Española, acudíó con un programa basado en el miedo a la revolución social. Falange y PNV se presentaron por su cuenta.
Por un escaso margen la victoria fue para el Frente Popular, triunfador en las ciudades y provincias del sur y la periferia. Mientras, la derecha triunfó en el norte e interior del país.
Tras las elecciones, Manuel Azaña fue nombrado Presidente de la República.
El nuevo gabinete inició rápidamente la acción reformista
-Amplia amnistía para todos los represaliados tras Octubre de 1934.
-Restablecimiento del Estatuto catalán y tramitación de nuevos estatutos de autonomía.
El Estatuto de Galicia, fue aprobado en plebiscito en Junio de 1936, y el del País Vasco estaba prácticamente terminado en Julio de 1936.
-Alejamiento de Madrid de los generales más sospechosos de golpismo. Franco, Mola y Goded fueron destinados a Canarias, Navarra y Baleares.
-Reanudación de las reformas del Bienio Reformista, sobre todo de la reforma agraria. Esta medida fue rápidamente desbordada por la acción de los jornaleros que se lanzaron a la ocupación de fincas.
Al final del bienio radical-cedista (1934-1936) las diferencias entre el Partido Radical y la cada vez más extremista CEDA eran evidentes en el seno del gobierno. Pero la crisis definitiva vino con un escándalo de corrupción, el del Estraperlo, que afectó a altos cargos gubernamentales. Lerroux y el Partido Radical cayeron en un descrédito total, del que no se recuperarían. La aparición de nuevos escándalos precipitó el fin de la legislatura y la convocatoria de nuevas elecciones a Cortes en Febrero de 1936.
En un ambiente de creciente radicalización, se presentaron las siguientes candidaturas a las elecciones de Febrero de 1936:
-Frente Popular: pacto electoral entre Izquierda Republicana, PSOE, PCE, POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista) y Esquerra Republicana de Catalunya. Agrupaba a todas las izquierdas; incluso la CNT, con muchos presos en la cárcel, apoyó de forma tácita a la coalición. Fue un acuerdo electoral, pero no de gobierno.
-La coalición de los grupos de derecha, formada por la CEDA y Renovación Española, acudíó con un programa basado en el miedo a la revolución social. Falange y PNV se presentaron por su cuenta.
Por un escaso margen la victoria fue para el Frente Popular, triunfador en las ciudades y provincias del sur y la periferia. Mientras, la derecha triunfó en el norte e interior del país.
Tras las elecciones, Manuel Azaña fue nombrado Presidente de la República. El objetivo era que Indalecio Prieto, hombre fuerte del ala más moderada del PSOE, ocupara la jefatura del gobierno. Sin embargo, la negativa de su propio partido, dividido en diversas tendencias, llevó a que se formara un gobierno presidido por Casares Quiroga y formado exclusivamente por republicanos de izquierda, sin la participación del PSOE. Así, el nuevo gobierno nacía debilitado.
El nuevo gabinete inició rápidamente la acción reformista:
-Amplia amnistía para todos los represaliados tras Octubre de 1934.
-Restablecimiento del Estatuto catalán y tramitación de nuevos estatutos de autonomía. El Estatuto de Galicia, fue aprobado en plebiscito en Junio de 1936, y el del País Vasco estaba prácticamente terminado en Julio de 1936.
-Alejamiento de Madrid de los generales más sospechosos de golpismo. Franco, Mola y Goded fueron destinados a Canarias, Navarra y Baleares.
-Reanudación de las reformas del Bienio Reformista, sobre todo de la reforma agraria. Esta medida fue rápidamente desbordada por la acción de los jornaleros que se lanzaron a la ocupación de fincas.
El ambiente social era cada vez más tenso: la izquierda obrera viraba hacia una postura claramente revolucionaria y la derecha buscaba de forma evidente el fin del sistema democrático. Desde el mes de Abril se sucedieron los enfrentamientos violentos callejeros entre grupos falangistas y milicias socialistas, comunistas y anarquistas.
Mientras, la conspiración militar contra el gobierno del Frente Popular avanzaba. Por un lado, había una trama política conformada por los principales líderes de los partidos: Gil Robles, Calv